COLUMNA

Entre la verdad y la ficción
Jorge Falcón.

VEO QUE CAMPAÑA TIENES Y TE DIRÉ QUÉ CANDIDATO ERES.
*Candidatos con más debilidades, los más susceptibles a perder; porque no están posesionados por ellos mismos. Es decir, sus trabajos o desempeños anteriores han sido mediocres ante la sociedad.
*Ante nuevas tecnologías de la Información y de la Comunicación, se requiere de especialistas, para lograr objetivos concretos ante el electorado.
*Los viejos métodos de hacer campaña, son anacrónicos y obsoletos. Discursos ficticios an

te hechos que le aplastan sus palabras.
Falta de planeación y estrategias en sus rutas para buscar el voto; y, así captar simpatizantes. Métodos para contar con excelentes coordinadores de promoción e inducción al voto.
Es un mal endémico generalizado pensar que un proceso de selección de personal lo puede hacer cualquiera.
Imposible trabajar con candidatos que no están posesionados. Pese a que muchos han ocupado cargos de representación popular, jamás pusieron o lograron remontar su presencia, voluntad y trabajo entre sus representados, porque simple y llanamente carecen de ideas, trato humano y proyección de sus anhelos futuros. Por lo tanto carecen de una formulación de estrategia electoral. O pierdes o ganas, con sentidos prácticos.
Enfrentar una contienda electoral no es tarea fácil y menos si no estás preparado para asumir este tipo de procesos. Sabiendo reconocer el llamado DAFO o FODA, que son, a simple lectura y vista: Fortalezas (factores críticos positivos con los que se cuenta), Oportunidades, (aspectos positivos que podemos aprovechar utilizando nuestras fortalezas), Debilidades, (factores críticos negativos que se deben eliminar o reducir) y Amenazas, (aspectos negativos externos que podrían obstaculizar el logro de nuestros objetivos). Hartos aspirantes, tienen más debilidades que fortalezas; y, son ellos mismos los que perjudican su propia campaña, porque además, no permiten las observaciones para allanar esos obstáculos. Y, se les hace simple buscar culpables, que remediar su situación. Que tragedia la de ellos y ellas.
El FODA, es una herramienta que permite conformar un cuadro de la situación actual que permite, en función de ello, tomar decisiones acordes con los objetivos y políticas formulados. Por ello, se hace como requisito diario o cada dos o tres días, según el caso, el diagnóstico de campañas, con sus posibles desviaciones y amenazas, para solucionarlas en equipo. Empeñándose para focalizar los cinco objetivos primordiales que son la sensibilización, la visibilización, la adhesión, la movilización y el posicionamiento.
Muchos cuentan con malos y poco entrenamiento de sus integrantes de su equipo de campaña. Cada uno debe enfocarse en sus trabajos para eficientarlos y no confrontándose. Eso es pérdida de tiempo y retroceso en la captación de votantes para su candidato y organismo político.
La saturación de promoción publicitaria que existe en la actualidad hace que cada vez sea más difícil para cualquier candidato llamar la atención y diferenciarse del resto a través de la propaganda. Para ello se requiere del marketing de guerrilla.
El Instituto Nacional Electoral (INE), dispuso de tiempos y espacios para cada contendiente, precisamente para que cada equipo trabaje para su candidato, con precisión y estrategia publicitaria para conseguir la máxima difusión mediática.
Hay candidatos mediocres, porque son y han sido políticos mediocres que dan discursos mediocres. Piensan que es indispensable bombardear a la gente con la imagen de “bondadoso o bondadosa” e “insuperable” candidato -así sean incompetentes o deshonestos- para convertirlos en un “producto” capaz de ganar después en las urnas. Eso no es posible. La sociedad ya no se traga el anzuelo. Máxime cuando son los mismos personajes que en nada han beneficiado a la sociedad. ¿Cómo quieren posesionarse? ¿Cómo quieren que se les “quiera”? ¿Cómo pretenden ganar en las urnas?
Pregonar con el clásico ejemplo, del borracho que le dice a sus hijos que no tomen. Cuando vemos el hartazgo de la sociedad, ante un gran número de representantes populares y funcionarios ignorantes, mitómanos y cleptómanos, que no se inmutan por cambiar sus estrategias de gobierno y gobernanza.