PRINCIPAL DE PRIMERA PLANA

Delincuencia organizada
asesinó a dos párrocos:HAAF
Ezequiel Flores Contreras.--El gobernador Héctor Astudillo Flores responsabilizó a “la delincuencia organizada” del asesinato de los sacerdotes Iván Añorve Jaimes y Germaín Muñiz García, ocurrido la madrugada de ayer en Taxco de Alarcón.
Según el mandatario, los presbiterios tuvieron “un altercado” con sicarios durante la fiesta de La Candelaria –en el poblado de Juliantla–, organizada por Federico y José Manuel Figueroa, familiares del extinto cantautor Joan Sebastian.
El conflicto derivó porque “algunas personas quisieron bailar con las señoritas que acompañaban a los sacerdotes, es todo lo que sabemos. Posteriormente estas personas que forman parte de la delincuencia organizada les dieron alcance en Taxco y dispararon contra la camioneta donde los sacerdotes murieron porque iban adelante y cuatro personas más resultaron lesionadas”, declaró Astudillo en entrevistas radiofónicas realizadas esta mañana y la noche de ayer.
La camioneta donde viajaban los sacerdotes y sus cuatro acompañantes, añadió, presentaba al menos 30 impactos de bala, y en el lugar del ataque fueron embalados casquillos de fusil tipo AK-47.
Sobre la asistencia de los sacerdotes al baile-jaripeo en Juliantla, amenizado por el grupo Bronco, dijo que “no es pecado” asistir a fiestas populares donde se celebra con música y alcohol.
En respuesta el obispo de la Diócesis de Chilpancingo-Chilapa, Salvador Rangel Mendoza, rechazó que los curas asesinados anduvieran de “parranderos”.
Los presbíteros de Mezcala y Las Vigas, sostuvo, “fueron atraídos por los Figueroa”, organizadores del baile en Juliantla, porque tenían la intención de que les grabaran un disco.
En entrevista con el diario El Sur, Rangel Mendoza recordó que el sacerdote Iván Añorve cantaba alabanzas y Germaín Muñiz era apasionado de la música. Por ello, agregó, ambos y sus cuatro acompañantes habrían acudido al baile para que los Figueroa les grabaran un disco.
El obispo confirmó que el hombre que aparece con un fusil AK 47 junto a sujetos armados, en una fotografía difundida por el gobierno estatal, es el sacerdote asesinado Germaín Muñiz, quien oficiaba misa en el poblado minero de Mezcala.
De igual manera, explicó que las imágenes donde él mismo aparece junto a otras personas que hasta ahora no han sido identificadas, posando frente a un helicóptero, fueron difundidas desde el año pasado como una estrategia para criminalizar y desprestigiar al clero en Guerrero.
El prelado confirmó que los sacerdotes victimados viajaban acompañados de las jóvenes Ardelis Muñiz, hermana del sacerdote Germaín Muñiz, y Alba Iris, originaria del poblado minero de Carrizalillo, además de Oscar, un pescador originario del municipio de San Marcos y amigo del párroco Iván Añorve, y Rogelio López, quien en un principio fue identificado como sacerdote y después como profesor, originario del poblado de Carrizalillo.
Incluso ayer se dio a conocer que éste último fue visitado en el hospital general Adolfo Prieto de Taxco por el sacerdote y apoderado legal de la arquidiócesis de Acapulco, Salvador Cisneros Preciado, y por el subprocurador de la Fiscalía General del estado (FGE), José Antonio Bonilla Oribe.
De acuerdo con reportes oficiales, en la zona Norte de la entidad, donde ocurrió el doble asesinato, opera el grupo delictivo Guerreros Unidos, que mantiene una abierta confrontación con la banda Los Rojos, afincada en la zona minera del río Balsas, en Mezcala, y en el vecino estado de Morelos. (proceso.com.mx).

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