COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA

ENTREVISTA A JAIME CISNEROS MEMIJE
UN CREMATORIO ECOLÓGICO PARA LA CAPITAL DEL ESTADO DE GUERRERO
-Jaime, imaginamos que no debe ser fácil el establecimiento de un Crematorio, del primer crematorio para la capital del estado de Guerrero. ¿Qué complicaciones tuviste para poder hacer realidad este servicio en favor de Chilpancingo?
“En primera, fue la cuestión económica. Estuve ahorrando durante varios años para poder adquirirlo, para poder construir un lugar apropiado, porque es muy importante que sea algo propio del equipo. En el gobierno federal, sobre todo, encontramos muchos trámites qué hacer, muchos estudios de impacto ambiental tanto en la Semaren (Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales) como en la Semarnat. En el ayuntamiento local cumplí con todos los requisitos

que me pidieron, en el gobierno estatal igual y ya estaos funcionando desde hace aproximadamente cinco meses,  es decir, desde septiembre de 2017.
-Antes de que iniciara este servicio, imagino que era muy complicado cremar porque había que trasladar los cuerpos a otras ciudades.
“Era muy modesto, era muy difícil para la familia que con su pena, con su dolor tuviera que trasladarse a otra ciudad como Taxco o Acapulco”.
-¿Cómo funciona el servicio cuando alguien lo solicita?
“Vienen a nuestras instalaciones, se les hace saber cómo trabajamos, el paquete que tenemos de cremación, y ya ellos deciden si velan a su familiar aquí en nuestras instalaciones o en domicilio, y programamos una hora para la cremación, y mientras tanto tramitamos ante el Registro Civil del Ayuntamiento el papeleo sobre la cremación”.
-¿Cuándo inicia este servicio a nivel internacional o mundial?
“Tengo entendido que en Alemania, con Adolfo Hitler. Él fue creador de esos hornos incineradores  Y en México, tengo entendido que en los años 60 ya empezó a cremarse, en la agencia Gayoso y de ahí ha venido derivando a otras entidades de nuestro país”.
-¿Cómo te sientes al haber establecido este negocio en Chilpancingo?
“Antes que nada, por seguir los pasos de mi padre, que fue el que inició con este negocio en 1965 y ahora lo continúo, y tratamos de hacer el momento menos doloroso para la familia, facilitarles los servicios funerarios y hacérselos menos pesado”.
-Se siente que has dado un paso muy importante, socialmente hablando, en favor de las familias guerrerenses.
“Pues, sí, porque viene a complementar mi negocio que en un inicio era la venta de ataúdes. Con los años iniciamos los velatorios, que también ha habido una buena aceptación, y ahora extendemos nuestro servicio a la cremación de personas”.
-¿Es caro un servicio de esta naturaleza?
“Pues, no es caro. Estamos cobrando 5 mil 900 pesos la cremación, claro, más algún ataúd que tenemos en renta, los permisos para la cremación, pero hay para todos los bolsillos. Antes salía más caro porque teníamos que hacer trámites de traslado a la ciudad de Iguala, y eso incrementaba el costo”.
-En cuestión de la fe, ¿cómo funciona tu negocio?
“Vienen aquí varios sacerdotes a oficiar una misa de cuerpo presente cuando tenemos ocupado el velatorio”.
-¿Cuál es el mensaje, Jaime, que le puedes proporcionar por este medio a la sociedad?
“Bueno, que los servicios funerarios, de acuerdo a nuestras posibilidades, los hemos ido incrementando, los hemos mejorado y ya Chilpancingo, con su horno crematorio y en cuanto a servicio funerarios ya queda a un buen nivel como en varias grandes ciudades, en grandes estados.
Ya no tenemos que enviarle a nadie este servicio. Tuvimos la posibilidad de adquirir un horno crematorio ecológico que no humea, no despide olores, porque tenemos algunos vecinos ahí y creo que tendríamos protestas, que tendríamos alguna manifestación de inconformidad. La gente que necesite este servicio puede dirigirse a Funerales Chilpancingo. Estamos ubicados en Hidalgo 23, Centro”.-¿Algo más que quieras comentar, Jaime?
“Pues, que me siento satisfecho de haber incrementado los servicios funerarios aquí en Chilpancingo en cuanto a servicio y calidad”.
-Muchas Gracias, Jaime.
-“Muchas gracias, Héctor. El agradecido soy yo”.