COLUMNA

¡EL ALACRÁN!
¡ESTOS CASOS REALES DE LA VIDA! (Parte 3)
Sí fui casado, y buscaba en las mujeres, lo que yo tenía en mi hogar, cuando llegaba temprano, dejaba en la mesa del comedor mi portafolio me abalanzaba y la tomaba entre mis brazos sintiendo latir su corazón con mucha fuerza, mi cuerpo unido junto al de ella, me enterraba sus uñas con desesperación, su respiración agitada, se manifestaba su deseo de hacer el amor, desabotoné su blusa sin prisa, retire el brassier y sentí  sus lindos pechos,  sus pezones erectos por
el calor del contacto, besaba su cuello sutilmente con suavidad,  la giraba, besaba su espalda, lo más suave, ella sentía mi miembro viril tocar sus asentaderas, el calor subía de temperatura. Ella me tomaba de la mano y nos dirigíamos a la recámara, pero por buscar más de lo mismo me quedé en la soledad, sin encontrar mi pareja ideal, o simplemente la compañía de todas las noches frías que ahora siento  la soledad acompañadas de la obscuridad, causa temor de que quizás mañana no despierte.
Los Quiere Cecilio.

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