COLUMNA
DESCUBRIENDO...
Bersabeth Azabay Ortíz
A la Región Centro
Tixtla, asentada en un valle lacustre, ubicado 500m más alto que Mochitlán, es la cuna de Vicente Guerrero y de Ignacio Manuel Altamirano. Tixtla fue sede de los poderes del estado desde 1851 hasta 1870, generándose en ella una importante vida política y cultural. La ciudad ha sido una gran receptora de música venida de diversos lugares, en virtud de que hasta 1930,
aproximadamente, sus habitantes se dedicaban al comercio mediante la práctica de la arriería. De aquellos lugares que recorrían, llegaron a Tixtla tradiciones musicales provenientes de ferias y fiestas regionales de Costa Grande, Costa Chica e incluso de los estados más cercanos, tales como sones, palomos, chilenas, patadas, jarabes, zapateados, chamarreados, arrancazacates, gustos, cantadillas, bolas, papaquis y otros géneros musicales, a los que los lugareños les han impuesto su muy particular estilo y gusto personal, por lo que han sufrido modificaciones importantes tanto en la manera de cantarlos como de bailarlos.Tixtla, asentada en un valle lacustre, ubicado 500m más alto que Mochitlán, es la cuna de Vicente Guerrero y de Ignacio Manuel Altamirano. Tixtla fue sede de los poderes del estado desde 1851 hasta 1870, generándose en ella una importante vida política y cultural. La ciudad ha sido una gran receptora de música venida de diversos lugares, en virtud de que hasta 1930,
Al norte de Tixtla se localiza Zumpango del Río, seccionado por el río Zopilote, que corre encajonado y forma el cañón del mismo nombre. La Sierra Madre del Sur separa la Costa Grande de la región de los Valles Centrales. Su parte más elevada es la montaña de Teotepec (3705 m), que sirve de límite entre los municipios de Heliodoro Castillo y Atoyac. En el municipio, que hace honor al revolucionario zapatista, cuya cabecera (municipal) es Tlacotepec, se da la explotación de pinos y ocotes, que, mediante brechas primero, y después por carretera, bajan hasta Chilpancingo. Esta ciudad alcanzó ese rango a principios de septiembre de 1813 cuando el general José María Morelos y Pavón emitió el bando respectivo. Chilpancingo pudo así albergar a los miembros de lo que sería el Congreso Constituyente. El bando en cuestión le daba, a la entonces villa, el nombre de Santa María de la Asunción.
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.