NOTA
¿Quién era Quintín,
ahora está muerto?
ahora está muerto?
Zacarías Cervantes.-El activista asesinado la mañana del miércoles en Nuevo Balsas, Cocula, Quintín Salgado Salgado no era un activista cualquiera entre los paristas de la minera Media Luna. Era el pilar del movimiento que comenzó el 3 de noviembre pasado, coincidieron algunos de sus compañeros consultados por teléfono este jueves.
Antes de entrar como trabajador de la minera Media Luna fue migrante en Estados Unidos, donde además de que aprendió a la perfección el inglés, se formó como líder obrero y acendró la virtud de la solidaridad.
Cuando la minera Media Luna anunció en 2013 el inicio de sus trabajos de exploración cerca de su pueblo, Nuevo Balsas, Quintín regresó a su tierra porque creyó que era la oportunidad para lograr el desarrollo en su región. Nunca pensó que venía a enfrentar su destino, contó uno de sus compañeros del movimiento, “se topó con la cerrazón y con la insensibilidad de una empresa rapaz y voraz”.
Quintín fue contratado como obrero por Media Luna desde los trabajos de exploración, pero en 2016, cuatro meses después de que la minera inició los trabajos de explotación, se sumó a las protestas de los pobladores de Nuevo Balsas que exigieron un estudio de impacto ambiental para conocer los niveles de contaminación, así como una indemnización, sobre todo a los pescadores que vieron disminuidos sus ingresos. Por su activismo en el movimiento fue despedido.
Después como concesionario de una Urvan fue subcontratado para el transporte del personal de la empresa de Nuevo Balsas a la mina.
A partir del 3 de noviembre encabezó el movimiento de los trabajadores paristas que buscan la cancelación del Contrato Colectivo de Trabajo que la empresa tiene con un sindicato de la CTM, y en demanda de la firma de la titularidad con el Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (STMMSRM).
El delegado en Guerrero de este sindicato, Indalecio Pérez Morones dijo este jueves que Quintín se sumó al movimiento porque como concesionario el sindicato de la CTM le quitaba el 7.5 por ciento, de lo que la empresa les paga a los concesionarios subcontratados.
“Además el sindicato de la CTM es el que determina quién sí y quién no de los concesionarios prestan el servicio, y a quienes no son del sindicato sólo les permite prestar el servicio unos días sí y otros no, mientras que las concesiones que son del sindicato están trabajando todos los días”, informó el líder sindical.
Dijo que Quintín era uno de los principales activistas porque una de las demandas del paro es que los contratos de los prestadores de servicios se firmen directamente con la minera, y no con el sindicato, “por esa demanda Quintín le estaba dando el apoyo al movimiento”, reforzó su argumento Pérez Morones.
Por su dominio del inglés Quintín Salgado fue el enlace y el traductor durante la visita al plantón el 11 de diciembre pasado de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores del Acero de Estados Unidos (United Steelworkers) Bob Laventure y Manny Armenta.
El caso de Salgado Salgado es similar al de los otros dos mineros que fueron asesinados el 18 de noviembre en Atzcala, los hermanos Víctor y Marcelino Sahuanitla Peña, quienes estaban subcontratados como prestadores de servicios, pues eran los que surtían el combustible a la minera.
Uno de los compañeros de Quintín contó que por su solidaridad con el pueblo y pescadores de Nuevo Balsas en el movimiento del 2016, perdió su empleo en la minera, y por su solidaridad con los trabajadores en paro de la minera Media Luna, perdió ahora la vida.
Apenas en diciembre pasado con motivo de la celebración de la Navidad, Quintín envió el siguiente mensaje a sus compañeros paristas: “Te deseo que tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas, y la humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar y por las que no vale la pena luchar”.
El dirigente del movimiento de los paristas murió a los 37 años de edad y dejó en la orfandad a un hijo menor de edad.
SINDICATO DE CANADÁ EXIGE JUSTICIA POR ASESINATO
La Unifor, el mayor sindicato de Canadá, pidió que Torex Gold sea una de las primeras empresas canadienses en ser examinada por el Defensor del Pueblo Canadiense para las Empresas Responsables, debido a los abusos contra los derechos humanos que han cometido en México.
“Los trabajadores están siendo asesinados por oponerse a Torex Gold y no se está haciendo nada al respecto”, dijo el presidente nacional de Unifor, Jerry Dias. “¿Cuántos deben morir antes de que las empresas y los sindicatos mexicanos corruptos rindan cuentas?”
La minera Media Luna, donde el pasado miércoles murió Quintín Salgado, es propiedad de la firma canadiense Torex Gold. Al igual que muchas compañías extranjeras que operan en México.
“La muerte de Salgado es la última violencia relacionada con la huelga en la mina Media Luna, donde aproximadamente 600 trabajadores han estado en paro desde el 3 de noviembre de 2017 después de que se les impidió salir de la unión corrupta de la CTM para unirse a Los Mineros”, señaló Días. (sinembargo.mx/ El Sur).
Antes de entrar como trabajador de la minera Media Luna fue migrante en Estados Unidos, donde además de que aprendió a la perfección el inglés, se formó como líder obrero y acendró la virtud de la solidaridad.
Cuando la minera Media Luna anunció en 2013 el inicio de sus trabajos de exploración cerca de su pueblo, Nuevo Balsas, Quintín regresó a su tierra porque creyó que era la oportunidad para lograr el desarrollo en su región. Nunca pensó que venía a enfrentar su destino, contó uno de sus compañeros del movimiento, “se topó con la cerrazón y con la insensibilidad de una empresa rapaz y voraz”.
Quintín fue contratado como obrero por Media Luna desde los trabajos de exploración, pero en 2016, cuatro meses después de que la minera inició los trabajos de explotación, se sumó a las protestas de los pobladores de Nuevo Balsas que exigieron un estudio de impacto ambiental para conocer los niveles de contaminación, así como una indemnización, sobre todo a los pescadores que vieron disminuidos sus ingresos. Por su activismo en el movimiento fue despedido.
Después como concesionario de una Urvan fue subcontratado para el transporte del personal de la empresa de Nuevo Balsas a la mina.
A partir del 3 de noviembre encabezó el movimiento de los trabajadores paristas que buscan la cancelación del Contrato Colectivo de Trabajo que la empresa tiene con un sindicato de la CTM, y en demanda de la firma de la titularidad con el Sindicato de Trabajadores Mineros, Metalúrgicos y Similares de la República Mexicana (STMMSRM).
El delegado en Guerrero de este sindicato, Indalecio Pérez Morones dijo este jueves que Quintín se sumó al movimiento porque como concesionario el sindicato de la CTM le quitaba el 7.5 por ciento, de lo que la empresa les paga a los concesionarios subcontratados.
“Además el sindicato de la CTM es el que determina quién sí y quién no de los concesionarios prestan el servicio, y a quienes no son del sindicato sólo les permite prestar el servicio unos días sí y otros no, mientras que las concesiones que son del sindicato están trabajando todos los días”, informó el líder sindical.
Dijo que Quintín era uno de los principales activistas porque una de las demandas del paro es que los contratos de los prestadores de servicios se firmen directamente con la minera, y no con el sindicato, “por esa demanda Quintín le estaba dando el apoyo al movimiento”, reforzó su argumento Pérez Morones.
Por su dominio del inglés Quintín Salgado fue el enlace y el traductor durante la visita al plantón el 11 de diciembre pasado de los dirigentes del Sindicato de Trabajadores del Acero de Estados Unidos (United Steelworkers) Bob Laventure y Manny Armenta.
El caso de Salgado Salgado es similar al de los otros dos mineros que fueron asesinados el 18 de noviembre en Atzcala, los hermanos Víctor y Marcelino Sahuanitla Peña, quienes estaban subcontratados como prestadores de servicios, pues eran los que surtían el combustible a la minera.
Uno de los compañeros de Quintín contó que por su solidaridad con el pueblo y pescadores de Nuevo Balsas en el movimiento del 2016, perdió su empleo en la minera, y por su solidaridad con los trabajadores en paro de la minera Media Luna, perdió ahora la vida.
Apenas en diciembre pasado con motivo de la celebración de la Navidad, Quintín envió el siguiente mensaje a sus compañeros paristas: “Te deseo que tengas el suficiente amor propio para pelear muchas batallas, y la humildad para saber que hay batallas imposibles de ganar y por las que no vale la pena luchar”.
El dirigente del movimiento de los paristas murió a los 37 años de edad y dejó en la orfandad a un hijo menor de edad.
SINDICATO DE CANADÁ EXIGE JUSTICIA POR ASESINATO
La Unifor, el mayor sindicato de Canadá, pidió que Torex Gold sea una de las primeras empresas canadienses en ser examinada por el Defensor del Pueblo Canadiense para las Empresas Responsables, debido a los abusos contra los derechos humanos que han cometido en México.
“Los trabajadores están siendo asesinados por oponerse a Torex Gold y no se está haciendo nada al respecto”, dijo el presidente nacional de Unifor, Jerry Dias. “¿Cuántos deben morir antes de que las empresas y los sindicatos mexicanos corruptos rindan cuentas?”
La minera Media Luna, donde el pasado miércoles murió Quintín Salgado, es propiedad de la firma canadiense Torex Gold. Al igual que muchas compañías extranjeras que operan en México.
“La muerte de Salgado es la última violencia relacionada con la huelga en la mina Media Luna, donde aproximadamente 600 trabajadores han estado en paro desde el 3 de noviembre de 2017 después de que se les impidió salir de la unión corrupta de la CTM para unirse a Los Mineros”, señaló Días. (sinembargo.mx/ El Sur).
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