POLICRÓNICA

Cacicazgo…Permitido por la base trabajadora, en el Sindicato Unico de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), impera el cacicazgo amañado, ayer hubo elecciones y un militante del Partido de la Revolución Democrática (PRD) se proclama ganador ante seis más que participaron en la contienda.

El cacicazgo que impera en el Sindicato Unico de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG) se debe a que la misma base trabajadora que supera a los 23 mil 300 basificados, lo permiten, ya que se engaña a la opinión pública de que en la elección para renovar el Comité Ejecutivo Central, participan planillas, cuando en realidad no existe, es de nombre, pero en el terreno de los hechos solamente contiende una persona para la secretaría general.  Hasta hoy ninguno de los 23 mil afiliados al SUSPEG ha reparado y muchos lo saben, de esta descomunal aberración, inclusive en esta ocasión por vez primera se conoció que participaron hasta siete supuestas planillas, cuando en realidad fueron siete personas. Es una acción amañada desde siempre y los ciudadanos que no están dentro de ese gremio burocrático, no lo sabían, sino que ahora al calor de las campañas que se prolongaron por menos de un mes nuestro equipo de investigaciones especiales se dio cuenta por curiosidad al preguntarle a algunos de los que han sido dirigentes sindicales en secciones y confirmaron que efectivamente que en el SUSPEG se practica el nombre de planilla, pero solo se registra una persona y es la que hace campaña, cuando deberían ser todos los que van a conformar el comité. Según los consultados, ésta práctica ha sido desde siempre, pero nadie de ellos nunca ha impugnado esta irregularidad  garrafal para elegir, convirtiéndose en cómplices. El día de ayer hubo elecciones en todo el estado para elegir al secretario general sin integrantes del futuro comité, pero sin ser acompañado literalmente por una planilla, que no es otra cosa que significa: “Lista de personas que se presentan para ser elegidas como representantes de una entidad y por la cual votan los electores”. Pero en el caso del SUSPEG, desde siempre solo se ha manejado el concepto de planilla, pero en la práctica se incumple,  pese a que hasta le ponen el nombre de colores—verde, blanca, rojinegra, azul, rosa-- no se cumple con el concepto, solamente es una persona y al momento de ser elegido, como todo un cacique impone su ley, al nombrar a sus “cuates” para ocupar los cargos de cada una de las carteras que conforman el Comité Ejecutivo Central del SUSPEG, que no son pocas,  casi supera a los 30 espacios. Ahí radica el cacicazgo del que estamos escribiendo, pues se convierte en dirigente por cuatro años, y los que están dentro del organigrama  por todo ese tiempo tienen que rendirle pleitesía y tributo al secretario general por haberlos tomado en cuenta para participar en “su” comité. Tal como lo hizo el casi virtual ex secretario general del SUSPEG,  Rodolfo Calderón Nava, quien hizo y deshizo con las cuotas sindicales, porque es el señor cacique del comité, pues arguye que fue electo y los demás integrantes los puso e impuso en los cargos. En este aspecto ahora en las campañas ninguno de los siete candidatos a ocupar la secretaría general del SUSPEG cuestionó ese tipo de lagunas y se pronunciara por actualizar los estatutos tenerlos acordes a los nuevos tiempos, por el contrario se escucharon arengas y ofrecimientos huecos a la base trabajadora como la cantaleta rancia de mejorar los salarios y mejoras, pero nadie se ocupó en analizar todas las deficiencias que tienen sus propios estatutos que se aplica dentro del gobierno sindical. También en esos documentos deben establecerse los mecanismos eficaces para determinar los tiempos en que se tienen para declarar al ganado y evitar conflictos internos como ya ha sucedido en elecciones pasadas, que hasta se desconoció el triunfo del que alegaba haber tenido la mayoría de votos, y hasta se llegó al extremo de expulsarlo del SUSPEG, posteriormente tuvo que llegar a los tribunales a pelear que le devolvieran su estatutos de sindicalizado.El nombre de ese por segunda vez perdedor, se llama Héctor Acevedo Rivera quien ahora en este proceso  participó por segunda vez a ocupar la secretaría general. Pero como ya se le conocen sus triquiñuelas de que es falso  que una moneda de 50 centavos, simplemente no apoyaron a Héctor Acevedo Rivera quien anduvo engañando otra vez a sus compañeros, pero afortunadamente no tuvo respuesta, porque su conducto no es de fiar. Quien  no conozca su caso,  habrá de pensar que es un tipo a quien habría que creerle, pero lamentablemente no es así, puesto que le gusta engañar a sus mismos compañeros. Otro aspecto que debiera establecerse por estatuto que todo aquel sindicalizado traidor sea expulsado en definitiva del SUSPEG, los agremiados debieran luchar porque se transparente el uso de las cuotas sindicales, porque el secretario general en funciones  se las gasta a manos llenas, por lo tanto se vuelve el nuevo rico al concluir su periodo  y otros aspectos para evitar que la organización sea utilizada para cometer muchas irregularidades. Por esa opacidad con que se maneja el SUSPEG, en la últimas horas los siete se declaran triunfadores, en la que se calcula que un 21 por ciento se inclinó por el abstencionismo o dicho de otra manera, no  votaron por ninguna de las supuestas planillas. Desde anoche el militante del Partido de la Revolución Democrática, David Martínez Mastache, en conferencia de prensa en la que invitó solamente a sus cuates, ya se declaró triunfador, por la falta de autoridad de la Comisión Electoral que la preside el propio secretario general vigente, es decir, por Adolfo Calderón Nava, quien toda la tarde y parte de la mañana de hoy viernes ha guardado total hermetismo sobre el resultado de esa contienda en la que participaron siete en  la conquista de la secretaría general para sustituirlo. Según sus cuentas alegres del perredista David Martínez Mastache habría obtenido 10 mil 400 votos a favor, el candidato a la secretaría general del Sindicato Único de Servidores Públicos del Estado de Guerrero (SUSPEG), 2017-2021, por lo tanto se declaró ganador. En conferencia de prensa anoche mismo  en Chilpancingo,  Martínez  Mastache dijo que de acuerdo a las actas que se levantaron en las secciones al concluir la elección, se registró una votación de 18 mil 356 votos, de los cuales 10 mil 400 corresponde a su planilla, superando por más de 7 mil al segundo lugar que corresponde a la planilla encabezada por Adelita Radilla López, quien registró 2 mil 701 voto. El perredista afirmó: “Nosotros tenemos un resulto no oficial, pero si basado en las actas en el cual nos está dando el triunfo por un gran margen en esta contienda que fue realizada en una forma civilizada con una gran madures políticas por partes de los compañeros trabajadores”. Por la falta de reglas claras, Martínez Mastache, según sus cuentas alegres, habría ganado 60 secciones sindicales de un total de 66, y ganó regiones completa como la Norte, de donde es originario, Tierra Caliente, Montaña, Costa Grande, y la gran mayoría de Acapulco. Según el candidato, se vanaglorea afirmando: “Tenemos una ventaja de más de siete mil votos sobre el segundo lugar, por eso me atreví a convocar esta conferencia de prensa para confirmar esta victoria que ya es irreversible”. Para Martínez Mastache, habría  tenido 18 mil 356  votos de trabajadores, de un total de 23 mil 200, algo que calificó como histórico. Durante el periodo de campaña, Mastache Mastache fue acusado por sus contrincantes de ser el candidato oficial, quien recibió apoyo del actual secretario general del SUSPEG, Adolfo Calderón Nava y se prepara para tomar protesta el 15 de diciembre, únicamente él, y de ahí tiene el resto del mes para nombrar a su “real” planilla del Comité Ejecutivo Central, obviamente que va a poner a sus amigos, familiares, novias y uno que otro perdedor de la contienda por el SUSPEG estarán incluidos y no precisamente participaron de que iban a ganar, sino para ver que agarraban, por lo menos una cartera dentro de la estructura. El cargo será a cambio de que no impugnen el resultado y cobrar sin trabajar durante cuatro años, con la cantaleta de que están comisionados trabajando a favor de los sindicalizados. También ha quedado demostrado que el  sindicato no sirve a los trabajadores, prueba de que hace dos años, por decisión propio varios grupos se organizaron, paralizaron labores y tomaron las calles cuando el gobernador interino, Salvador Rogelio  Ortega Martínez decidió no pagar el bono de fin de sexenio como se había acostumbrado, y hasta después apareció el disque dirigente  Calderón Nava quien definitivamente no responde a los intereses de la base trabajadora.…¿Delincuentes?...El día de ayer pobladores de la comunidad de Petaquillas, municipio de Chilpancingo bloquearon la carretera federal que comunica a Acapulco en rechazo al ingreso de las fuerzas federales y estatales para que desarmen a su policía comunitaria. Esta protesta que realizaron los habitantes de esta localidad perteneciente al municipio de Chilpancingo, luego de que este miércoles el gobernador priista Héctor Antonio Astudillo  Flores advirtiera de que entrarían a esta zona las fuerzas federales y estatales para brindar seguridad a la ciudadanía.Sin embargo habría que señalar puntualmente que en la zona existe una confrontación entre las dos policías comunitarias, una de la Unión de Pueblos y Organizaciones del Estado de Guerrero (Upoeg) y la del Frente Unido por la Seguridad y Desarrollo de Guerrero (Fusdeg). En realidad existen muchas dudas sobre la existencia de los supuestos “policías comunitarios”, pero por la actitud violenta, grosera, altanera y de perdonavidas, intuimos de que se trata de delincuentes, porque en lugar de defender y generar las condiciones de seguridad a los ciudadanos, los agredieron, primero tapando la carretera federal 95 que comunica Chilpancingo-Petaquillas-Acapulco, por lo que los obligaron a caminar a pie en ambos sentidos quienes se dirigían a la comunidad de Petaquillas y a los que iban a la Capital. Si realmente fuera policías no hubieran asumido esa actitud de cerrar la carretera y ver por los intereses de los ciudadanos, porque se supone que ellos se deben a estos y no a otros. Si realmente fueran policías ciudadanos deben salvaguardar a la población, pero por lo que se observó no demostraron esa actitud, más bien fue de delincuentes, puesto que hasta arremetieron contra los periodistas que llegaron a cubrir la información para darla a conocer a través de sus diversos medios de comunicación impresos y electrónicos, cuando en realidad cada uno de ellos estaba cumpliendo su labor informativa. Muchas de las veces cuando les conviene han buscado a esos periodistas que ayer fueron agredidos y amenazados con  quitarles sus equipos de trabajo. Llegaron hasta obligarlos a borrar las imágenes tanto gráficas como de los videos, con la sentencia  “yo tengo familia y tu tienes familia, así que ya sabes, bórralas” y por supuesto no fueron amables, sino casi a punta de cañón de fusil y armas cortas. Esa acción solamente la asumen los delincuentes que se esconden de las autoridades para que los identifiquen, porque andan haciendo males a la ciudadanía.  Cuando les conviene a esos que se dicen comunitarios andan llamando a las redacciones de los medios para que les cubran su información y hasta los protegen. Por ello, condenamos esa actitud violenta que asumieron los  “Policías Comunitarios” contra nuestros compañeros periodistas  que estuvieron cubriendo la información. También negar todo tipo de  información sobre su movimiento, se observó que les irritaba la presencia de la prensa cuando está reamente estaba cubriendo lo que estaba sucediendo en ese momento de la mañana y tarde, que fue como a las 17 horas cuando terminó el bloqueo y ahora se espera que las autoridades ya no sean más flexibles, porque existe muchas denuncias de abusos que cometen en contra de los ciudadanos que van en los dos sentidos. Por ello es urgente que el Gobierno federal y estatal procedan al desarme de esas personas que andan haciéndola de autodefensas, pero con su manera de comportamiento, no hay otra cosa que afirmar que son delincuentes disfrazados de “comunitarios”.