COLUMNA

COSMOS
Héctor CONTRERAS ORGANISTA
¡¡¡ARRANCAN!!!
BETY VÉLEZ, la destacada guerrerense que en política nuestro pueblo conoce como dueña de una trayectoria excepcional dentro de las actividades propias de quien como ella, es dirigente, una sorprendente dirigente desde hace años del Sindicato de Trabajadores de la Secretaría de Salud, está en la antesala de ser llamada por su Partido Revolucionario Institucional para uno de estos tres cargos de elección popular: Senadora de la República (en la actualidad es diputada federal), Presidenta Municipal de Chilpancingo o para quedarse en la Cámara de Diputados Local, pero es Bety Vélez de esas mujeres que no están quietas si no están sirviendo al prójimo.
Es ella exactamente el prototipo de políticos que está requiriendo México, ahora que ese oficio está tan ninguneado, tan desprestigiado y que “los de abajo” ya no soportamos ante tanto robo a ojos vistas, aumentos de precio a todo y con el cinismo propio del político de siempre, se lanzan a publicitarse en espera de que en la pepena política, algo les toque y
queden en nómina, porque, como decían “los clásicos”, “vivir fuera del presupuesto es vivir en el error”.
En principio, se puede observar que Bety Vélez, a estas alturas, por su trabajo que por sí mismo es su mejor carta de recomendación, la podría ubicar en la senaduría de la república. Es una mujer brillante, no porque se le quiera elogiar como tal, sino por lo que pesa y vale todo lo que ha hecho en su largo quehacer político dentro y fuera de su sindicato. Su presencia en el senado, y lo decimos tal como lo ve el pueblo, vendría en principio a reinvindicar un quehacer de ese nivel, ante la desidia, pachorrudez y valemadrismo de las caricaturas dizque políticas que en los últimos tempos han aparentado estar en ese cargo, representando a Guerrero. Si en la calle preguntamos, ¿Quiénes son los senadores por Guerrero? El común de la gente, lo ignoramos. Nadie sabe, excepción hecha del admirado René Juárez Cisneros, a quien se le cuecen las habas aparte.
Si fuera Bety Vélez invitada para contender por la presidencia municipal de Chilpancingo, nadie más que ella cuenta con sobrada personalidad, entusiasmo, conocimiento, destreza y virtudes de una gran gestora para intentar sacar al buey de la barranca… ¡Y qué buey… y qué barranca! En principio, le reafirmaría el triunfo al PRI, cosa que, dicho sea de paso, no podría hacer nadie de “los que quieren”, porque “esos”, simplemente se debaten entre los cartuchos viejos, acedos, desgastados y quemados políticamente o por el contrario, jóvenes recomendados que sólo vendrían a hacer el ridi en la campaña y en el proceso electoral con el con que de que hasta el respetable “Pay de queso” los deje sin hueso… y sin queso.
Bety Vélez, tiene carácter firme, habilidad política, simpatía, inteligencia sobrada para mirar hacia el futuro y realizar obras urgentes para la capital de Guerrero, amplio conocimiento para gestionar lo prioritario para Chilpancingo y que, como se ve, no cualquier hijo de vecino lo puede enfrentar, comenzando por el despilfarro en lo superfluo y pusilánime en lo urgente que es el salario de los trabajadores, municipales, en este caso.
Una mujer del tamaño político de Bety Vélez, es lo que en realidad le hace falta a nuestro municipio para más o menos salir de hoyo, del boquete enorme en que lo han hundido presidentes municipales que vienen por todo… pero por todo lo que puedan llevarse, y Chilpancingo sigue ahí, como despojo en medio del desierto, esperando a otros lángaros que puedan chuparle hasta el último hueso.
Bety Vélez, como diputada local rebasaría sin duda lo que melindrosamente han protagonizado quienes han ocupado ese cargo. Llegan –perdón por no mencionar actores- muy farolones al Congreso, ríen y se codean entre ellos y asisten como príncipes a las sesiones, ocupan su curul desde donde les vale poco atender los temas que se están tratando y que son inherentes al pueblo, temas que lo benefician o perjudican y ellos y ellas, ocupados en el celular, en el cotorreo o en leer –los pocos que saben- algún pasquín o bodrio.
Bety Vélez sería la gran excepción como diputada del Congreso local. Estamos, como es sabido, en la antesala del arranquen, como se anuncia en los hipódromos, en este caso para los políticos. Alguna vez, a propósito de épocas, cuando se aproximaba “el destape” del candidato a la presidencia de la república, a don Rubén Figueroa los periodistas le preguntaron cómo veía el panorama político y él respondió con una frase que aún hoy, después de décadas se usa: “La caballada está flaca”.
Y si aún se usa, es por lo obvio: ¿Ya vio quienes “quieren” la presidencia municipal de Chilpancingo? De veras que no se respetan ni ellos mismos.
YA SE REPITE CON FRECUENCIA POR TODOS LADOS LO QUE SE DICE EN JALEACA, SU TIERRA:
¡Con Bety Vélez… hasta el infinito… Y más allá!

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