COLUMNA

De Frente
Miguel Angel Mata Mata
Los prejuicios del PRD en Guerrero
El psicólogo norteamericano John Dollard sugirió que el prejuicio es el resultado de la frustración, y se reconoce que es la base de la discriminación en contra de la dignidad humana. Según la RAE prejuicio viene del latín praeiudicium  y se interpreta como un juicio previo, una decisión prematura, una acción y efecto de prejuzgar, una opinión previa y tenaz, por lo general desfavorable, acerca de algo que se conoce mal. En pocas palabras, la acción del prejuicio se entiende como predisponer a una persona en contra de alguien o de algo.
En Guerrero, la frustración ha dado cuenta de quien fue candidata a gobernadora. Su derrota ante el actual gobernador se refleja en acciones, declaraciones y decisiones políticas alejada de toda razón y metidas muy adentro de su hipotálamo. Está frustrada. En voz de ella el Partido de la Revolución Democrática ha tomado como suya la bandera de la paz y la no violencia. Mediante sus seguidores comunicadores militantes han propuesto a la sociedad un discurso
medio verdad, medio mentira, que involucra en el prejuicio a sus opositores y cobija con orgullo las atrocidades cometidas por quienes han gobernado con las siglas de ese partido en Guerrero.
Vemos, por ejemplo, que el perredismo ha anunciado una mega marcha en Acapulco para el día siete de mayo. Exigirán:
Que el actual gobierno de Guerrero cumpla con el orden y la paz ofrecidos en su campaña. Leída así, la frase, corresponde a un legítimo reclamo. Pero en el prejuicio llevan la penitencia: olvidan que, durante los mandatos perredistas de Carlos Zeferino Torreblanca Galindo, Ángel Aguirre y Rogelio Ortega, fueron asesinados catorce periodistas, casi dos decenas de políticos y fueron desaparecidos 43 normalistas, independientemente de los cuerpos que aparecen por decenas en fosas clandestinas, cuya fecha de nacimiento corresponde justamente a los gobiernos del sol azteca en Guerrero.
Exigen el desafuero, con razón de sobra, de un diputado del PRI por ser compadre de un mafioso llamado El Tequilero en las regiones de la Sierra y Tierra Caliente de Guerrero. Pero cobijan sospechosamente que sus compañeros de Tierra Caliente tienen estrechos lazos familiares con otro mafioso, opositor al Tequilero, a quien apodan El Pez. ¿Maniqueos o prejuiciados? Tal vez olvidadizos.
Al homicidio de Demetrio Saldivar Gómez, secretario general del PRD, se rasgaron las vestiduras y presionaron a un Fiscal omiso a trabajar y lograr la detención de uno de los ladrones que robó un portafolios con dinero y una pistola al malogrado político. Pero, prejuiciados con el bien y el mal, han olvidado que aún no se castiga a los homicidas de Armando Chavarría, ejecutado durante el sexenio del gobernador perredista Carlos Zeferino Torreblanca. ¿Prejuiciados? ¿Maniqueos? ¿Olvidadizos? ¿Omisos? Tal vez un coctel de todo ello.
Con ese mismo crimen pidieron que la PGR atrajera el caso del homicidio. No han pedido lo mismo por la desaparición de su correligionario, Catalino Duarte Ortuño quien, por cierto, tiene lazos familiares con José Luis Abarca Velázquez. ¿Recuerdan a éste último? Tampoco han pedido que la PGR investigue el homicidio de Armando Chavarría. Ni el del diputado Jorge Bajos Valverde Ni han ofrecido una disculpa a los padres de los 43 normalistas desaparecidos en los gobiernos perredistas de Ángel Heladio Aguirre Rivero y el mismo José Luis Abarca Velázquez. ¿Por qué?
Éste primero de mayo el periodista Pascal Beltrán del Río ha escrito en Excélsior:
“Son éstos tiempos difíciles para nuestro oficio. En México —aunque quizá en el resto del mundo pasa lo mismo— mucha gente ha abandonado la lectura que hace reflexionar para correr a abrazar la ocurrencia que refuerza el prejuicio.
El dato exacto ya no les interesa por su valor intrínseco, sino por la manera en que sirve como pieza de una visión del mundo adoptada a priori. Y si no, basta ver la reacción a la cobertura informativa de las elecciones del próximo 4 de junio, antesala de la contienda presidencial de 2018.
Un prejuicio (del lat. praeiudicium, ‘juzgado de antemano’) es el proceso de formación de un concepto o juicio sobre alguna persona, objeto o idea de manera anticipada. En términos psicológicos, es una actividad mental inconsciente que distorsiona la percepción.
Uno puede afirmar, sin temor a equivocarse, que en todos los partidos políticos de México hay pillos (aunque eso no signifique que todo militante de un partido lo sea). Pues bien, cuando la publicación de un hecho de corrupción afecta a un partido, los rivales y sus simpatizantes alaban la cobertura; pero cuando afecta al partido de sus amores, lo ponen como prueba de la degradación del periodismo.
En nuestro mismo oficio ha aparecido la plaga del periodismo militante: aquel que relativiza, en el mejor de los casos, los pecados de un partido y sobredimensiona los de los demás. Todo, bajo la consigna de que el periodista debe ayudar a inclinar la barca de las preferencias ideológicas en un sentido”.
En Guerrero a la par del llamado a una marcha para exigir Orden y Paz, a un gobierno que la va solucionando pero que fue engendrada por los correligionarios de quienes saldrán a la calle a protestar, los periodistas militantes han comenzado una campaña del insulto, ofensa y la descalificación en contra de periodistas que no son militantes y se atreven a cuestionar las frustraciones y prejuicios de la dirigencia del Partido de la Revolución Democrática.
Habrá que tener cuidado. Habrá que anotar que algunas expresiones del perredismo no comparten esta visión maniquea ni los prejuicios de la dirigencia nacional. Pero habrá que estar atentos pues la experiencia nos obliga a ello. Recordemos que durante el gobierno de Zeferino Torreblanca se comenzó por ofender, criticar y a amenazar a periodistas que no compartían su manera de pensar. El resultado fue 14 periodistas asesinados. ¿Estamos en la antesala de un perredismo frustrado, prejuiciado y asesino? Tal vez.

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