ARTÍCULO
El Padre de la Patria
Apolinar Castrejón Marino
Los programas escolares en la actualidad, son definitivamente, insuficientes ¿Cómo nos atrevemos a decir tal cosa? Pues porque los niños y jóvenes que asisten a la escuela, no tienen la más remota idea de quienes son nuestros héroes, ni por qué.Ciertamente las políticas educativas del actual gobierno pretenden privilegiar la comprensión en lugar de la memorización, pero diga usted que hay que comprender de la vida por ejemplo del llamado “padre de la patria” Don Miguel Hidalgo.
El dato de que nació el 8 de mayo de 1753 en el rancho de San Vicente, perteneciente a la Hacienda de San Diego Guanajuato el 8 de Mayo de 1753 ¿Dónde lo ponen los estudiantes, o qué es lo que tienen que comprender?
En cambio, en alguna clase, en algún programa cívico o en alguna asamblea escolar, un niño o una niña al micrófono que mencione que sus padres fueron Don Cristóbal Hidalgo y Costilla y de doña Ana María Gallaga, y que fue bautizado con el nombre de Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte y Villaseñor, en Cuitzeo de los Naranjos el día 16 de mayo de 1753. Aunque esté leyendo estos datos, nos produce la percepción de que es muy estudioso e inteligente.
En los años 60s el ministerio de educación estableció la historia patria, la cual consistía en que desde la escuela se promoviera el nacionalismo, a través de los valores cívicos, el respeto por nuestros símbolos patrios y el amor hacia nuestros héroes.
Las biografías oficiales, incluidas en los libros de texto, resaltaban las acciones valerosas, desinteresadas y ejemplares de los hombres y mujeres que contribuyeron a la definición de nuestro país. Los héroes eran seres excepcionales, inmaculados y químicamente puros.
Los niños se sentían orgullosos cuando los caracterizaban como Vicente Guerrero, Francisco I. Madero y Francisco Villa, para que participaran en los desfiles. Pronunciaban fervorosos discursos y recitaciones en honor de estos prohombres.
Pero ya en los grados superiores, los maestros de historia, basados en libros e investigaciones exhaustivas, develaban otros aspectos más “humanos” de nuestros personajes: intrigas, venganzas y ambiciones. La historia patria era reemplazada por una realidad más fidedigna, y los estudiantes formaban su criterio personal.
Los archivos y registros, indican que Miguel Hidalgo estudió en el Colegio de San Nicolás, en Valladolid. Sus compañeros de estudios lo llamaban El Zorro debido a su inteligencia y astucia. El 20 de febrero de 1770 recibió de la Real y Pontificia Universidad de México, el grado de Bachiller en Letras y, de Bachiller en Artes.
En 1773 obtuvo el título de Bachiller en Teología, con lo cual pudo ejercer como profesor de Filosofía. También consiguió la Mayor orden sagrada del subdiaconado, y luego se consagró como Presbítero el 19 de septiembre de 1778.
Gracias a su brillante trayectoria académica, en 1790, cuando fue nombrado rector del Colegio de San Nicolás, y en 1803 la morir su hermano Joaquín, lo sustituyó como cura de la población de Dolores, en el Estado de Guanajuato.
Ejerció su magisterio eclesiástico, con tareas de gran reformador entre sus feligreses de mayoría indígena. En poco tiempo consiguió mejorar las condiciones de vida de la región.
Y luego, su historia personal trascendió a las más grandes páginas de la Historia de México, cuando el 16 de septiembre de 1810, convocó a los mexicanos a unirse en una lucha armada en contra del dominio español.
Reunió un ejército formado por más de 40,000 hombres, y como si fuese un experimentado militar, tomó las ciudades de Celaya, Guanajuato y Guadalajara. Después de 6 meses de luchar al frente de su ejército, el 17 de enero de 1811, las tropas de Hidalgo fueron derrotadas en la batalla de Puente de Calderón.
Miguel Hidalgo fue degradado y repudiado como sacerdote, y luego fue fusilado el 30 de julio de 1811. Su cabeza fue colgada una jaula de hierro, igual que las de Allende, Aldama y Jiménez, en cada esquina de la Alhóndiga de Granaditas con la siguiente inscripción:
“Insignes facinerosos, que saquearon y robaron los bienes del culto de Dios y del Real Erario, derramaron con la mayor atrocidad la inocente sangre de sacerdotes fieles y magistrados justos; fueron causa de los desastres, desgracias y calamidades que experimentamos y que afligen y deploran los habitantes todos de esta parte tan integrante de la nación española”.
Por decreto del 19 de abril de 1823, el Soberano Congreso Mexicano nombró a Hidalgo “Padre de la Patria” y la Iglesia, y ordenó que su cuerpo y su cabeza se depositaran en la Catedral de México. El 15 de enero de 1869 se creó una entidad federativa con el nombre de Estado de Hidalgo.
Por decreto presidencial de fecha 18 de abril de 1873, quedó establecido que el 8 de mayo, día de su nacimiento, la bandera sería izada a toda asta; y en 1925, sus restos fueron trasladados a la Columna de la Independencia, donde actualmente reposan.
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