ARTÍCULO

Atliaca, sus feligreses
Edilberto Nava García
La iglesia católica es religión y es gobierno, como lo prueban las jerarquías desde el llamado Papa hasta el auxiliar oficiante o capellán, y aún más ínfimos como el sacristán, el cantor y el agorero que repica las campanas.
Perdón, me faltó el de la charola o limosnero, quien recoge los óbolos o limosnas en toda celebración litúrgica.
Pues bien, me agrada saber que Atliaca –y sólo Dios sabe las causas-, en el gobierno eclesiástico siempre ha pertenecido a la parroquia de
San Francisco de Asís Apango el Grande.
En 1828, siete años después de haberse consumado nuestra Independencia Nacional, como ayudante de la parroquia de Apango, atendía la feligresía de Atliaca, el misionero Juan Valeriano Valenzo Barrientos y coincidentemente, Atliaca también contaba con tres barrios: De San Marcos, de San Miguel y de San Francisco. Su patrona era Santa María de la Asunción. Muy después la relevaron por al actual, El Divino Salvador. Amén.

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