ARTÍCULO
Tiempos y Realidades
Jorge Guzmán Martínez.
FAMA TRAS EL PODER
Cuando se llega al poder en el ámbito que sea, y como sea, la mente del individuo se empieza a torcer, en el sentido peyorico, ya que en cuestión de poco tiempo su personalidad cambia tal vez ni cuenta se da, sino que quienes lo rodean desde familiares y amigos no sienten, resienten la actitud desconocida que toma la persona que ha llegado al poder, ya sea político, económico o social.
Como la mente del individuo ya no es la misma, los hábitos también
cambian, las situaciones sociales por lógica también tienden a cambiar, quien antes era amable, saludador, dicharachero, quien convivía momentos buenos y malos, hoy se ha convertido en un ser lleno de egolatría, un ser déspota que mira por encima del hombro, y al poco tiempo cambia de lugar de residencia porque siente que le hace daño rosarse con la plebada.
Aquel que muchas veces pedía para las “guamas”, hoy le enferma convivir con su gente, aquel que en campaña hasta un abrazo les daba, y al mismo tiempo pedía el voto, aquel que fue premiado por andar de lamesuelas, hoy ni saluda siquiera pues su mente se le bloqueo.
La fama efímera de la que hoy es víctima, este funcionario, hace que actúen de una manera absolutista sin escuchar opiniones de nadie, pues su egocentrismo no les permite la opinión de nadie.
La fama la viven como una mecha de veladora no se dan cuenta que se va extinguiendo, día tras día, pero en menos dé tres años se convierten en nuevos ricos, se convierten en reyes y señores, pisoteando amistades y valores, y no revisan la cuenta regresiva del 9,8,7,…. Y cuando menos se dan cuenta, a los más soberbios ya se les pasó el tiempo, otros más colmilludos inician a saludar y a ofrecer las perlas de la vida, pues ya saben que si inician temprano más fácil es llegar al poder, a otro poder, a costa de los ciudadanos que cada tres años se convierten en “ciudadanos vasija” y viven para y de las campañas políticas, les importa un bledo si son saludadores o no o si solo les dan un abrazo o un beso, a ellos no les importa, lo que les importa son sus víveres, pues no son sus amigos simplemente son candidatos y lo que les dan lo reciben, al fin y al cabo esperarán otros tres años para que los visiten.
Otros que ya no fueron premiados por el dedazo se dedicarán a buscar a su gente y a saludarla pero solo encontrarán un saludo grosero el dedo medio de la mano será el saludo que reciban, se llamaban… Hasta la próxima.
Jorge Guzmán Martínez.
FAMA TRAS EL PODER
Cuando se llega al poder en el ámbito que sea, y como sea, la mente del individuo se empieza a torcer, en el sentido peyorico, ya que en cuestión de poco tiempo su personalidad cambia tal vez ni cuenta se da, sino que quienes lo rodean desde familiares y amigos no sienten, resienten la actitud desconocida que toma la persona que ha llegado al poder, ya sea político, económico o social.
Como la mente del individuo ya no es la misma, los hábitos también
cambian, las situaciones sociales por lógica también tienden a cambiar, quien antes era amable, saludador, dicharachero, quien convivía momentos buenos y malos, hoy se ha convertido en un ser lleno de egolatría, un ser déspota que mira por encima del hombro, y al poco tiempo cambia de lugar de residencia porque siente que le hace daño rosarse con la plebada.
Aquel que muchas veces pedía para las “guamas”, hoy le enferma convivir con su gente, aquel que en campaña hasta un abrazo les daba, y al mismo tiempo pedía el voto, aquel que fue premiado por andar de lamesuelas, hoy ni saluda siquiera pues su mente se le bloqueo.
La fama efímera de la que hoy es víctima, este funcionario, hace que actúen de una manera absolutista sin escuchar opiniones de nadie, pues su egocentrismo no les permite la opinión de nadie.
La fama la viven como una mecha de veladora no se dan cuenta que se va extinguiendo, día tras día, pero en menos dé tres años se convierten en nuevos ricos, se convierten en reyes y señores, pisoteando amistades y valores, y no revisan la cuenta regresiva del 9,8,7,…. Y cuando menos se dan cuenta, a los más soberbios ya se les pasó el tiempo, otros más colmilludos inician a saludar y a ofrecer las perlas de la vida, pues ya saben que si inician temprano más fácil es llegar al poder, a otro poder, a costa de los ciudadanos que cada tres años se convierten en “ciudadanos vasija” y viven para y de las campañas políticas, les importa un bledo si son saludadores o no o si solo les dan un abrazo o un beso, a ellos no les importa, lo que les importa son sus víveres, pues no son sus amigos simplemente son candidatos y lo que les dan lo reciben, al fin y al cabo esperarán otros tres años para que los visiten.
Otros que ya no fueron premiados por el dedazo se dedicarán a buscar a su gente y a saludarla pero solo encontrarán un saludo grosero el dedo medio de la mano será el saludo que reciban, se llamaban… Hasta la próxima.
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