ARTICULO
Amigas y Amigos
Edilberto Nava García
Les saludó con afecto, he estado en un receso necesario, para “asentar el paso”; porque cumplidos setenta años hay que caminar “como mula de mineral”, al borde el precipicio, hincando los cascos de las patas en las subidas y colocándolos con cuidado a cada paso en las bajadas.
Edilberto Nava García
Les saludó con afecto, he estado en un receso necesario, para “asentar el paso”; porque cumplidos setenta años hay que caminar “como mula de mineral”, al borde el precipicio, hincando los cascos de las patas en las subidas y colocándolos con cuidado a cada paso en las bajadas.
Agarrando aire y sin dejarse llevar por los entusiasmos de la “mulada nueva”, que no ve los peligros y quiere llegar con demasiada prisa.
Hay que “parar oreja y ventear” para anticiparse a “la mala hora”, aunque sea irremediable que algún día llegue; en una distracción, un “paso en falso” y “hasta luego, mi gabán...”
Pero mientras, aquí estamos; y “¡no te arrugues, cuero viejo, que te quiero pa’ tambor...!; “Ni te me revientes riata, que’ el último jalón...
Un abrazo de su mero, mero valedor...
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