ARTICULO
Tiempos y Realidades
Jorge Guzmán Martínez
La política es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos, como dijera cierto presidente de Francia, y donde lo podemos constatar es precisamente en México la política es un asunto de corto plazo, donde entenderla y practicarla se ha malentendido como una relación mando- obediencia.
La política es un asunto demasiado serio para dejarlo en manos de los políticos, como dijera cierto presidente de Francia, y donde lo podemos constatar es precisamente en México la política es un asunto de corto plazo, donde entenderla y practicarla se ha malentendido como una relación mando- obediencia.
Tal pareciera que está basada en el clientelismo donde pocos la administran, otros la obedecen y muchos la padecen, pero esto no es nuevo, esto viene desde el Virreinato que en aquel entonces solo favorecían a los feudos del poder, acentuándose más en el régimen post revolucionario, meramente herencia pues, y dando como resultado que la mayoría se malacostumbrara a vivir en la perversa normalidad de la desigualdad, hoy en la actualidad lo podemos constatar y vivir en carne propia.
Hablar de políticas públicas es una tarea necesaria para reconocer nuestros problemas, enfrentar la pluralidad política que cada día crece y las herramientas que se utilizan para solucionar esto simplemente fracasan, es necesario repensar esas herramientas para solucionar el problema.
En México no se sabe si se gobierna por planes o por leyes, porque cuando no saben los gobernantes en turno que hacer optan por salirse por la tangente y se inclinan por alguna de las dos rodeándose de asesores que desconocen la materia, y al vapor aplican después las políticas públicas.
Por ejemplo hay quienes gobiernan por leyes pero en el entendido que ante la detección de un problema y sus consecuencias, saben que estas pueden revertirse si se aplica un marco jurídico que los regule, hay también quienes gobiernan por planes, esto es, presuponen que el diseño de un proyecto por sí mismo soluciona el problema pero también es una camisa de fuerza que obliga a los políticos a ser indiferentes a los cambios propios del sistema mismo.
La realidad social es que los procesos no son estáticos y un plan por muy bien diseñado que sea implica desconocimiento de esa variabilidad, porque las leyes y los planes cuando se aplican tienen una trascendencia considerable, y no se aplican nada más al vapor y para ser descalificados o anularlos.
Una política pública no es cualquier acción del gobierno, que puede ser singular y pasajera, en respuesta a particulares circunstancias políticas o demandas sociales. Es mucho mas, debe ser un conjunto de acciones intencionales y causales orientadas a la realización de un objetivo de interés público. Hasta la próxima.
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