COLUMNA

 Feria de León, Guanajuato

Apolinar Castrejón Marino
Hoy hablaremos de la feria artesanal, agrícola y ganadera de león, en el estado de Guanajuato. Este año, se realiza del 13 de enero y hasta el 7 de febrero, a la cual asisten miles de personas provenientes de los estados de la república, y de Estados Unidos.
Es una feria de gran arraigo y tradición, que aún conserva su ambiente familiar y de entretenimiento sano. Los asistentes individuales o en grupo, pueden pasar todo un día en el enorme pabellón ferial divirtiéndose y asombrándose con las exposiciones, los “Stands” y las galerías.

Los “encierros” donde apreciar las distintas razas de ganado, los cultivos de hortalizas gigantes nitrogenadas, y los alimentos procesados, son un atractivo gratuito y de calidad. Los espectáculos del “teatro del pueblo” y el “Foro Victoria”, presentan a artistas de talla internacional, y también artistas locales. Hay palenque de gallos en donde se enfrentan los mejores “partidos” de la república, y plaza de toros con ejemplares bravos, que tratan de ser dominados por los mejores jinetes.
La zona de restaurantes y puestos de comida ofrecen antojitos, comida ligera, y viandas para todos los gustos, y de todos los precios. Como todo se encuentra oportunamente supervisado por las autoridades sanitarias, la higiene y limpieza,  están garantizadas… no como otras ferias que conocemos.
León es uno de los polos de desarrollo industrial y económico, más grandes del país, en donde se destaca la producción de calzado, vestido, y materiales para construcción. En la región se encuentran importantes armadoras de automóviles, vagones de ferrocarril y autobuses, que dan trabajo a miles de ciudadanos.
Es una ciudad muy antigua en donde se pueden admirar edificios y esculturas como el Arco Triunfal, la Basílica, y el Templo Expiatorio del Sagrado Corazón. Otras joyas arquitectónicas, son el Museo de Arte e Historia, la ex cárcel municipal, y el Museo de Arte Sacro. Pero los lugares de mayor concentración popular son La Plaza Mayor, la de Los Fundadores, y la de los Mártires del 2 de Enero.
Otros atractivos populares y turísticos son el Centro Comercial Altacia, el Estadio Nou Camp, el Poliforum y el Zoológico León. También hay cinemas con las mejores carteleras, bares, casinos, y salones de baile. Mención especial requiere el Centro de ciencias Explora, que cuenta con 11 salas, con los más diversos atractivos, como la Sala Imax.
El pasado domingo 22 se llevó a cabo el desfile inaugural con el tema “La magia de los cuentos”, en el Boulevard Adolfo López Mateos. Durante casi 3 horas, 10 carros alegóricos, y los más diversos personajes de películas infantiles, hicieron las delicias del respetable, quienes tuvieron ocasión de recordar a los protagonistas del libro y la película “Alicia en el país de las maravillas”: la “Reina de corazones”, “las cartas”, y “El sombrerero loco”, saludaban desde la plataforma del carro alegórico titulado “Alicia”.
En el momento actual de confusión respecto a la cultura en México, tenemos que destacar el desorden y la chabacanería que abundaron en el desfile. Muy bien el tema de los cuentos, para estimular el gusto por la lectura y las buenas obras literarias, pero el revoltijo de personajes mexicanos, y los bailes regionales, estuvo muy contradictorio con los personajes europeos como los mimos, los dominós, y los zanqueros. Algunos “bailables” estuvieron bastantes indefinidos, la gente no sabía si eran “jarochos” o “huastecos”. El cuadro de charrería y las “adelitas”
Perdón. Nos dicen que León es una ciudad muy antigua, con gran tradición española, que se fundó precisamente hace 440 años. Bien. Pero entonces, las bailarinas con poca ropa, las patinadoras con coreografías bien “cachondas”, los enormes adornos multicolores, y la música caribeña, que daban un ambiente de carnaval brasileño, estaban completamente fuera de contexto. ¿Y los malabaristas en monociclo, que se caían?  ¿Y el dragón chino? ¿Y el contingente Tel-Cel?
Por cierto, también nos sorprendimos de escuchar que el contingente que presentaba el espectáculo llamado “Danza en las alturas”, de los voladores de Papantla eran acompañados por un “pitero” con su flauta de carrizo y su tamborcito, que tocaba exactamente la misma tonada que en el Estado de Guerrero, acompaña a los tlacololeros.