ARTICULO

 Tiempos y Realidades

 Jorge Guzmán Martínez
  A todos los hombres de letras, periodistas a veces, escritores o artistas y pensadores en general y a mis estimados lectores, los saludo con respeto y a la vez agradecerles su preferencia; Inició ya el mes de Diciembre con él los diferentes festejos y mientras unos, esperaban con ansias las fechas históricas de las festividades, como es el de la Madre de los mexicanos, La Guadalupana, otros sufrieron los embates de la vida, muchos y por diversas circunstancias no llegaron a esas fechas, cuyos familiares en lugar de disfrutar gozosos, velaron un cuerpo o las novenas por lo que había pasado anteriormente.

Esto me lleva a la reflexión cuando aquellos años cuando se respiraba la verdadera paz, en la otrora ciudad de Chilpancingo, donde hasta algunos años no más de doce, se respiraba un  verdadero ambiente de paz y tranquilidad, ahora  muchos políticos toman como bandera el  slogan del clima que se vivía antes en el Municipio.
La vorágine y la descomposición han llegado a su límite, han rebasado las opiniones de quienes ya se adelantaron en el camino, oriundos de la ciudad, cuyas calles y banquetas servían de charla hasta ya entrada la noche entre los pobladores que cultivaban los valores de la vida, se recuerda aun cuando  comentaban que la armonía entre la gente se acabaría con el crecimiento de la población.
Cuánta razón tenían los viejos al expresar sus puntos de vista, efectivamente el aumento de población con personas que llegaron y todavía llegan de otros lugares para quedarse y aumentar con ello la masa poblacional, llegando también los problemas entre vecinos.
 Este fenómeno, ha ocasionado hoy en día una podredumbre total, la falta de empleos, debido a que económicamente hablando en el Municipio solo hay tres vertientes de ingresos, el comercio, el magisterio y la burocracia.
Con el aumento poblacional, también aumentaron los problemas, la necesidad de una vivienda propia originó que muchos líderes manipularan a quienes requerían de una vivienda se organizaran e invadieran terrenos cuyos propietarios al verse presionados tenían que vender al precio que exigían los famosos paracaidistas, quienes de inmediato iniciaban con la construcción de su casa. Por consecuencia creaban otro problema la falta de servicios públicos como el agua entubada, alumbrado público, transporte entre otros.
Ante la falta de un ingreso de quienes ya eran habitantes de Chilpancingo iniciaba  ya el incipiente fenómeno de la delincuencia, los asaltos a transeúntes se empezaron a dar, así como los robos a las casas habitación en pequeña escala, pero también las autoridades ponían freno a esta situación  y la mayoría de los delitos eran aclarados, no tenían mucho impacto.
El crecimiento inmoderado de la ciudad también provocó el aumento de vehículos auto motor y por consecuencia la imprudencia y el alcohol, han originado que las estadísticas de atropellamientos se incrementaban, pero aun así no eran de gran impacto.
La falta de planeación aunado a la proliferación de líderes al servicio de la política o de los partidos políticos ha ocasionado la transformación de una ciudad pacifica a una ciudad agobiada y agitada pues los fenómenos propios del sistema de vida han hecho estragos, hay quienes se lamentan y añoran las tardes de paseo por el zócalo, salir de noche a una reunión y llegar sana y salva a su casa, sentarse en el quicio de su puerta y sostener una larga charla, sin preocuparse de oír o sentir unos balazos en su pared o en el peor de los casos perder la vida por estar en el lugar menos indicado.
En fin lo que antes nada más se veía en películas de balazos y crímenes ahora es el pan de cada día, aunque  hay quienes dicen que Chilpancingo no es exclusivo para la violencia la realidad dice todo lo contrario, a diario los diferentes medios de comunicación dan a conocer acontecimientos que ponen en zozobra a la población entera. Hasta la próxima

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