ARTICULO
La AGE y Mártir de Cuilapan
Edilberto Nava García
La dialéctica establece que los cambios generan cambios y en política tiene aplicación plena. Cuestión de análisis, como en el Caso Apango, tan llevado y traído durante meses y donde emerge la idea de que el gobierno protege a la alcaldesa de Mártir de Cuilapan de cuantas formas tiene a su alcance, sin importar que está señalada con pruebas fehacientes de encabezar una administración corrupta que agravia a todos los gobernados, máxime que por ser una población pobre la que se asienta en el municipio, es la jurisdicción piloto de la Cruzada Nacional contra el Hambre. Esto lo dice todo, que es inútil añadir ni más sustantivos, adjetivos ni guarismos.
Sin embargo, mediante una interpretación a modo de la Ley de Fiscalización superior del estado 564, el Estado Aparato como lo tipificó el gran estudioso guerrerense, Moisés Ocho Campos ha prolongado demasiado este asunto de corrupción, quizá por el temor de al caer uno, otros se animarán a denunciar situaciones semejantes y entonces será toda una lluvia de denuncias por la corrupción galopante en todos los niveles de gobierno. Y sin embargo alguien con poder de decisión debe poner coto a tanto desaseo en el manejo de los fondos públicos y aplicar sanciones conforme a la ley a todos los responsables, lo mismo de acciones que de omisiones en la responsabilidad pública.
Sobre el caso particular de Mártir de Cuilapan, que tanta difusión ha tenido en los medios impresos, electrónicos, especialmente en las redes sociales, se ha soslayado el asunto, porque ciertamente los agraviados, por defraudados ciudadanos, llevan un largo trecho recorrido en reclamo por un manejo sano de los fondos municipales. Y también es cierto que aunque tarde, se les ha escuchado y resuelto favorablemente, así lo prueba el hecho de que en veinticinco años, haya habido dos periodos en los que hubo tres alcaldes por cada uno de ellos. Es decir, en vez de dos alcaldes, hubo seis. Y los desaforados no lo fueron precisamente por sus manos santas, sino por todo lo contrario.
Con todo ello, en otros niveles de gobierno consideran erróneamente que los apangueños son inconformes de por vida, revoltosos, cuando que lo que exigen es sólo un manejo justo, eficiente y honesto de los fondos municipales. Y también es cierto, que la gente se cansa porque el congreso local y el poder ejecutivo en las más de las veces aplican esa práctica que da al traste con los fines de la filosofía política, pues optan por dejar hacer, dejar pasar, lo que a la postre constituye un agravio, una ofensa para los gobernados. Y no se piense ni se diga que miento o que calumnio.
Los legisladores se escudan en el artículo 62 de la Ley de Fiscalización Superior que especifica lo referente al informe de resultados por parte de las auditorías practicadas por la AGE, con base a las cuentas públicas cuatrimestrales. Error de interpretación, pues no lo es ni literal ni semántica, como la de esperar a que concluyera el primer año de ejercicio para auditar y rendir el informe de resultados, vía comisión de presupuesto del congreso local. Con éste procedimiento de leguleyos trácalas y chorizos, inhiben la participación ciudadana en el reclamo justo de sus derechos. Así que ni los legisladores ni los funcionarios del ramo de la fiscalización están cumpliendo con sus deberes y, si se analiza su actuación, bien pueden ser señalados y denunciados por negligencia, obstrucción procesal y omisiones, mínimo, cuando no por responsabilidad oficial. El congreso local debió pronunciarse desde hace mucho, pese a que el plazo que tiene la AGE para emitir su informe sea demasiado largo, de 105 días, a partir de haber recibido la primera cuenta cuatrimestral en el caso de Apango.
Lo bueno es que ya el gobernador Astudillo Flores está por visitar la cabecera municipal y constatará las condiciones sociales más apegadas a la realidad. También se dará cuenta que al pueblo la asiste la razón, pues como decían en Roma, la Vox Pópuli es la voz de Dios. Dios lo ve todo, porque está en todas partes. También se dará cuenta que los pobladores de Apango ya leen libros y no están ni vestidos ni bailando como apaches. Y he aquí las bienaventuranzas dichas por Jesús, segunda persona de la Trinidad Sagrada: “. . .Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia, porque ellos serán saciados; . . .Bienaventurados los que padecen persecución por la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. . .” Amén.
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