COLUMNAS
Apolinar Castrejón Marino
La historia está llena de anécdotas que pretenden hacernos comprensible el mundo, y la vida. Hoy hablaremos del contador de arena, pasaje atribuido al científico Arquímedes, muchos siglos antes de la era cristiana.
Siendo tan grande científico, un rico cortesano quiso poner a prueba su talento y le preguntó cuántos granos de arena tenía el desierto. Evidentemente se trataba de un encargo tan ocioso como difícil…pero no para Arquímedes.
Procedió a investigar la extensión del desierto en kilómetros. Luego procedió a llenar de arena un cubo de 10 centímetros cuadrados, y se ocupó por varios días de contar cuantos granos de arena habían cabido en el cubo.
Fue una tarea ardua y fastidiosa, pero productiva. Cuando Arquímedes tuvo la cantidad de granos de arena, la multiplicó por 10 y obtuvo la cantidad en metros, y luego la multiplicó por mil, para obtener la cantidad por kilómetros, enseguida contrastó tal cantidad por la extensión del desierto, y al fin estuvo en condiciones de dar la cantidad exacta de arena al rico cortesano, quien tuvo que pagar una gran suma, y además soportar las burlas de los griegos, por su intento fallido de subestimar a Kimis.
Verdad o mentira, en la anécdota queda de manifiesto, que la inteligencia es el vehículo pare resolver problemas de cualquier magnitud. Pero como es imposible que Arquímedes se presente en Chilpancingo, y nuestros gobernantes no tienen ni pizca de inteligencia, actualmente estamos saturados de dificultades.
La inseguridad, la insalubridad y la corrupción, ahogan a los guerrerenses en general, y a los chilpancingueños en particular. Todo esto, complicado por la incompetencia y la improvisación de los funcionarios con los que se ha rodeado el gobernador Héctor Astudillo, de extracción priista.
Debido al cinismo que caracteriza a este tipo de políticos nefastos, ellos mismos delatan su inutilidad: dice don Héctor Astudillo que “…son ingenuos quienes piensan que en un mes se pueden lograr resultados en el combate contra la delincuencia”. El cree que a los guerrerenses ya les olvidó que su lema de campaña fue “Orden y paz para Guerrero”.
El mismo día, al “procurador de justicia” le preguntaron los reporteros que si van a proceder legalmente contra los estudiantes normalistas que ocasionaron destrozos en la vía pública, que están video grabados, y con una parsimonia digna de momentos más tranquilos, contestó que “…ya se están preparando las carpetas”. Y con estas declaraciones los guerrerenses se llenaron de tranquilidad.
El presidente municipal de Chilpancingo, el también priista Marco Antonio Leyva Mena, dice que no es posible controlar la inseguridad, porque no tiene suficientes elementos policiacos, y entonces, lo mismo sucederá con el problema de la recolección de basura.
Quisiéramos recordarle al presidente Marco Leyva que su función principal es administrar los recursos humanos, materiales y económicos, para enfrentar cualquier problemática. No creemos que haya un presidente o gobernador, que diga que tiene dinero y medios suficientes para mantener en buen estado su jurisdicción.
En el caso particular de la capital del Estado de Guerrero, sabemos de buena fuente que hay una gran cantidad de personal que cobra puntualmente en las nóminas del Ayuntamiento, pero que no se presenta a trabajar, o solo va a ratos (por esta razón la gente les llama “rateros”).
Ha, no, los “aviadores” son otros. Todos esos políticos sin puesto y sin cargo, que fallaron en alguna elección, o que se identifican con algún clan que no esté en el poder, y que aparentemente está en la banca o la congeladora, “el partido” los mantiene bajo su manto protector. El ayuntamiento los tiene en dos nóminas especiales con buenos sueldos, y frecuentemente, hasta les mandan a su casa la nómina para que la firmen.
Así que señor Marco Leyva, deje de hacerse el mártir, y deje de consentir a los zánganos de su partido, creyendo que con eso tiene asegurado su futuro. Ponga a trabajar también a todas esas seudo-secretarias que no saben ni hacer un oficio, y que se dedican a comprar y vender, como si estuvieran en el mercado, y a hacer “tandas” y otras trácalas.
Se sabe muy poco sobre el ingeniero, físico o astrónomo, Arquímedes. Sólo quedan, algunas de sus obras y de sus descubrimientos, y algunas referencias de Polibio, Cicerón, y de su esclavo Marco.
Fue originario de Siracusa, Sicilia, y pasó una larga temporada por estudios en Alejandría, Egipto. Nació en el año 287 y murió en 212 Antes de Cristo. Es uno de los más grandes matemáticos de todos los tiempos, y sus conocimientos científicos le sirvieron para lograr con éxito muchos inventos.
El tornillo para extraer agua, el cálculo de masa y volumen de una corona de oro, las catapultas y grúas utilizadas en la guerra contra la flota romana, y los espejos que reflejaban concentrada la luz del sol para incendiar las velas de telas de las embarcaciones enemigas.
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.