PRIMERA PLANA
Investigan a Evodio Velázquez y
sus nexos con Los Beltrán Leyva
ACAPULCO, GRO.--La historia de Evodio Valázquez Aguirre Alcalde del Partido de la Revolución Democrática (PRD) de la corriente Nueva Izquierda—Los Chuchos— podría ser el nuevo infierno del Sol Azteca en Guerrero. El perredista ha sido ligado a Fredy Alonso, sobrino de ‘Los Beltrán Leyva’ que opera el ‘Cártel Independiente de
Acapulco’ (CIDA), de acuerdo a las primeras versiones ministeriales derivadas de la reciente captura del empresario Joaquín Alonso Piedra en el puerto.
Elementos de la División de Investigación de la Policía Federal aprehendieron al empresario Alonso Piedra y a su hijo Iván David Alonso Bustamante durante un cateo realizado en una de sus propiedades en el puerto el pasado martes 27 de julio.
Ambos han sido acusados de formar parte de la red de operadores de lavado de dinero de ‘Los Beltrán Leyva’ quienes han ramificado las actividades ilícitas hacia el ‘Cártel Independiente de Acapulco’, que infiltró el Ayuntamiento del perredista Velázquez Aguirre.
La historia de Velázquez Aguirre es similar al grueso de los políticos que nacieron en hogares humildes y se han convertido en hombres rodeados de mansiones, camionetas blindadas y decenas de guaruras a su servicio.
El perredista nació y creció en la colonia “Pancho Villa”, un barrio hundido en la marginación y pobreza situación que no ha superado hasta la fecha, que ahora sumó un ingrediente más letal la narco-violencia.
Para Velázquez Aguirre los tiempos de carencias, de andar entre el polvo, lodo y transporte público han quedado como meras anécdotas, pues ahora trae consigo 15 camionetas llenas de hombres armados para su resguardo personal y de su mansión en el exclusivo fraccionamiento Joyas de Brisamar, a un costa de Las Brisas.
Los 50 guaruras del Alcalde han sido incluidos en la nómina del Ayuntamiento y utilizan camionetas sin placas ni logotipos oficiales para su desplazamiento en el puerto.
El nivel de vida del Edil perredista desató sospechas de las autoridades ministeriales que han empezado a seguir la ruta de la procedencia de los recursos, cuyo origen podría llegar hasta los barones del narcotráfico que dominan el Puerto de Acapulco.
La otra vertiente del crecimiento desmedido de la riqueza de Velázquez Aguirre podrían ser los 4 mil 21 millones 878 mil 672 pesos con 64 centavos, es decir, unos 335 millones de pesos al mes en promedio para el Ayuntamiento este 2016.
Transcurrieron nueve meses desde la asunción del perredista sin que exista hasta la fecha una obra realizada por el cabildo. El deterioro de infraestructura pública, obra social y generación de empleos, han facilitado el crecimiento del narco-menudo y flujo de lavado de dinero en Acapulco.
En ese periodo los mercenarios ejecutaron a más de 550 personas, entre ellos, tres funcionarios del Ayuntamiento de Velázquez Aguirre, policías, narcomenudistas y en algunos casos víctimas ajenas a esos intereses, entre ellas, menores de edad y mujeres.
Los líderes de los cárteles de la droga han transitado al negocio de la construcción mediante la compra de inmuebles y predios devaluados que posteriormente demuelen para edificar nuevos negocios con permisos facilitados por el Ayuntamiento perredista en el nuevo esquema de blanqueo de dinero en el puerto.
Acapulco, otrora ilusión y orgullo de mexicanos se ha transformado en la zona más virulenta del País. Las drogas y armas fluyen sin control por cada metro de su territorio.
La muerte llega sin aviso, el rojo de la sangre cubre las calles en medio del vaivén del mar y zozobra de los habitantes.
En enero pasado, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, acusó al Alcalde perredista Velázquez Aguirre de proteger a su entonces, titular de Seguridad Pública, Francisco Sandoval Velázquez, debido a su negativa de someterse a los exámenes de control confianza.
Sandoval Velázquez utilizó un título falso de licenciado en derecho, lo que finalmente propició su destitución del cargo.
Desde entonces, crecieron las sospechas de posibles nexos entre Sandoval Velázquez y Fredy Alonso, sobrino de ‘Los Beltrán Leyva’ que mantienen el control de los distintos sectores de la Policía Municipal de Acapulco.
Las investigaciones contra alcaldes perredistas ligados al narcotráfico forman parte de la historia violenta que ha envuelto la mayor parte del territorio de Guerrero.
El pasado 23 de julio, sicarios descargaron 600 balazos contra la unidad en la que viajaba Ambrosio Soto Duarte, alcalde perredista—de la Corriente Nueva Izquierda— de Pungarabato, Guerrero.
El reporte oficial señaló que hombres armados atacaron Soto Duarte, su chofer y los agentes federales que los escoltaban en el tramo San Lucas-Riva Palacio, a la altura del lugar conocido como La Curva Cajón, en Michoacán, durante la noche del 23 de julio.
La ejecución de Soto Duarte acrecentó las sospechas de las ligas del narcotráfico con alcaldes del PRD de la corriente Nueva Izquierda, cuya franquicia perredista es operada por las hermanas Beatriz y Teresa Mojica Morga, en Guerrero.
De acuerdo con investigación de la PGR, el ex alcalde del PRD de Iguala, José Luis Abarca y su esposa María de los Ángeles Pineda Villa, recluidos en prisión, mantenían nexos con los cárteles de la Familia Michoacana y Guerreros Unidos, estos últimos, vinculados a la desaparición forzada de 43 normalistas de Ayotzinapa, ocurrida en septiembre de 2014.
La tramoya de Velázquez Aguirre podría ser el nuevo infierno del PRD en Guerrero, en el que los muertos no hablan, solo abultan las frías estadísticas que llevan hacia una delgada línea de complicidad o narco-pacto en el otrora Acapulco de la ilusión hoy convertido en un territorio de miedo y putrefacción. (Denuncia Acapulco).
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