PRIMERA PLANA
Esclarecer hechos
Francisco Castellanos J.APATZINGÁN, MICH. (apro).- Este día la Comisión Estatal de los Derechos Humanos (CEDH) condenó el atentado en el que perdiera la vida un trabajador del periódico “La Opinión de Apatzingán”, y otro más resultara herido.
El ombudsman incluso hizo un llamado a que se esclarezcan los hechos y este crimen no quede en la impunidad.
Es por ello que Víctor Manuel Serrato Lozano, titular de la CEDH, instruyó al visitador regional Antonio Herrejón Cedeño para que abriera una queja de oficio, con el fin de descartar cualquier posibilidad que implique violaciones al derecho a la libertad de expresión y de información.
En un comunicado, la CEDH se pronunció por que se brinden las garantías de seguridad física y jurídica a quienes laboran en los medios de comunicación en la entidad para que su desempeño no se vea coartado o amenazado por ningún motivo.
También reiteró su llamado a las autoridades competentes para que se esclarezcan estos hechos y se condene a los responsables, pues la impunidad genera un ambiente de desaliento y de temor.
Sin embargo, la muerte de Jorge Castillo, del área de Circulación, y las graves lesiones a José Luis López, producidas tras el ataque de ayer en la populosa colonia Palmira de esta ciudad, son sólo un eslabón más en la larga fila de homicidios y desaparecidos desde el 2009, acciones perpetradas en su mayoría por el crimen organizado.
El día de ayer, luego de ser despojados del vehículo en el que viajaban, los dos repartidores del diario fueron baleados por civiles armados sin que mediara motivo alguno.
“Fueron parados por desconocidos armados, no hubo mediación de palabra y les dispararon. En el lugar falleció Jorge Castillo y a Jorge Luis López lo dieron por muerto y, al verlo herido, fue traslado por un taxista a un hospital de Uruapan”, explicó Israel Robledo Estrada, jefe de información de la matriz editorial, “La Opinión de Michoacán”.
Tras lamentar la agresión, Estrada exigió a las autoridades correspondientes el esclarecimiento de los hechos, así como el castigo a los responsables.
Este hecho se suma a las docenas de comunicadores muertos, heridos o desaparecidos desde 2009, cuando fue levantado José Antonio García Apac en el crucero de La Ruana, y hasta hoy día no se sabe nada de él.
La cadena de hechos
El 20 de noviembre de ese año en Benito Juárez, crucero de La Ruana, y Los Tazumbos, correspondiente a Jalisco, desconocidos a bordo de una camioneta levantaron a El Chino Apac, periodista de “Ecos de la Costa”, según sus familiares, y a la fecha no se sabe nada de él.
En esa fecha la organización internacional Reporteros Sin Fronteras (RSF) informó de la desaparición de la reportera del “Diario de Zamora” María Esther Aguilar, de 32 años, levantada por un comando el 11 de noviembre de 2009.
La periodista, que llevaba cuatro años cubriendo la fuente policiaca, salió de su domicilio ese día rumbo a la escuela donde estudian sus hijas y no volvió a aparecer; ella también trabajó en “El Sol de Zamora” y en la Agencia Esquema.
María Esther, según investigaciones de Apro, es esposa del abogado David Silva Escot, miembro del Bufet Pantoja, un despacho de juristas de Zamora.
David Silva fue asesor jurídico del director de Seguridad Pública de Jacona, Conrado Villagómez Galván, ejecutado por un grupo de sicarios el 3 de octubre de 2006 con disparos de rifles AK-47 y AR-15, en la ciudad de Zamora.
Una víctima más fue Cristián Axel López Cruz, levantado por la policía municipal de Apatzingán, en la central camionera, el 21 de julio de 2006.
Además Mauricio Estrada, también de “La Opinión de Apatzingán”, fue levantado el 15 de febrero de 2008.
Y el 9 de marzo de 2006 fue asesinado el fotógrafo Jaime Arturo Olvera Bravo, en la ciudad de La Piedad, cuando se dirigía a la parada de autobús para dejar a su hijo de cinco años en la escuela
Al año siguiente, en la ciudad Uruapan fue acribillado a balazos al periodista Israel García Pimentel, trabajador del diario “La Opinión de Michoacán”.
Mientras que a Miguel Ángel Villagómez Valle lo asesinaron el 9 de octubre de 2008, y un mes después, el periódico donde trabajaba, “La Noticia de Michoacán”, en Lázaro Cárdenas, dejó de incluir noticias sobre el crimen organizado. Es más, ni siquiera ha dado seguimiento sobre su muerte y los nulos avances que registran las autoridades. La razón: su familia y los periodistas tienen miedo.
A ese caso se sumó la desaparición en Zamora del periodista de la televisión Rafael Pérez.
El 7 de julio de 2010 el periodista Hugo Olivera, colaborador de la agencia de noticias Quadratín y editor de “El Día de Michoacán”, y director de la agencia de noticias ADN, fue asesinado por un grupo de desconocidos que le dispararon cuando se encontraba en su camioneta cerca de la ciudad de Apatzingan, en una brecha en la carretera a Aguililla.
El periodista Ramón Ángeles Zalpa, quien además era académico y luchador social, desapareció el 6 abril de 2010 en la comunidad de Paracho. Entonces contaba con 47 años.
Testigos refieren haberlo visto por última vez conduciendo su Jetta rojo rumbo a la Universidad Pedagógica Nacional, lugar al que nunca llegó.
Primero colaboró en los periódicos “La Guía de Zamora”, “El Sol de Morelia” y “La Voz de Michoacán”. Posteriormente fue corresponsal del periódico “Cambio”, donde llevaba trabajando diez años.
En Morelia, el 19 de julio de ese 2010, la organización Reporteros Sin Fronteras (RSF) confirmó la muerte del periodista Enrique Villicaña Palomares, quien trabajaba para el periódico “La Voz de Michoacán”, y cuyo cuerpo fue encontrado degollado en Morelia.
En un comunicado, RSF cuestionó entonces la “pasividad” que han mostrado las autoridades mexicanas ante los ataques a comunicadores.
Otros casos de periodistas asesinados son los ocurridos el 28 de abril de 1999 en contra de Ramiro Ramírez Duarte, en el municipio de Zacapu; el 8 de diciembre de 2007 es asesinado Juan Pablo Solís, en Tuxpan; el 12 de julio de 2009 masacran a Martín Javier Miranda Avilés, en Zitácuaro.
En Morelia, el 10 de abril de 2010, fue hallado ejecutado a tiros el cuerpo de Enrique Villicaña Palomares, exdirector del Sistema Michoacano de Radio y Televisión.
El 12 de julio de 2009 Martín Javier Miranda Avilés, quien se desempeñaba como corresponsal del periódico “Panorama del Oriente de Zitácuaro”, fue encontrado sin vida en el interior de su domicilio particular. El agraviado fue privado de la vida con un arma blanca. El crimen a la fecha seguía impune.
El caricaturista Luis Cornejo, quien hacía una parodia con una botarga de “la Morsa Borracha”, refiriéndose al entonces alcalde de Zamora, el priista Pablo Galván se encuentra desaparecido hasta el día de hoy.
También Francisco Javier Muñoz, articulista de “Z” de Zamora y quien criticó duramente a las autoridades de Tangancícuaro, fue encontrado sin vida por el rumbo de Ixtlán de Los Hervores.
Un caso más es el de Rosa María Ríos Campos, de 28 años, trabajadora de una estación de radio de tipo grupero, quien fue hallada sin vida en la capital del estado el 12 de noviembre de 2013.
También en Morelia el reportero gráfico Raúl López Mendoza, del diario “Cambio de Michoacán”, fue localizado muerto el 21 de septiembre de 2014, en las calles Kungari y Tayacata de la colonia Xangari, a la salida a Uruapan.
De acuerdo con organizaciones de protección a periodistas, la entidad aporta cerca de 69% de los periodistas muertos en el ámbito nacional. Ninguno de estos casos ha sido resulto ni por la Procuraduría estatal ni por la PGR donde, según familiares de las víctimas, los tratan como si ellos fueran los delincuentes y, después de horas y horas de espera, son atendidos y, en algunos casos, les advierten: “Ya déjenla así. No la hagan de pedo”.
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