COLUMNA

Lleve su basura a otra parte

Apolinar Castrejón Marino
Jacinto Canek dijo en el pueblo:
¿Y para qué quieren la libertad si no saben ser libres?
La libertad no es gracia que se recibe ni derecho que se conquista. La libertad es un estado del espíritu. Los hierros y las cárceles no impiden que un hombre sea libre, al contrario: hacen que lo sea más en la entraña de su ser. La libertad del hombre no es como la libertad de los pájaros. La libertad de los pájaros se satisface en el vaivén de una rama; la libertad del hombre se cumple en su conciencia.

Pero hoy no hablaremos de Canek, sino de las desatinadas calenturas de Don Marco Leyva, actual presidente de Chilpancingo, capital del Estado de Guerrero. 
Aún y cuando el municipio está “copeteado” de problemas, que don Marco no ha podido resolver, estos días se ha levantado decidido a “resolver” el problema del tiradero de basura, mandándole todas las porquerías que producen los chilpancingueños, a los municipios vecinos, de Tixtla y Zumpango.
Los municipios de Chilpancingo y Tixtla, están separados por una cadena de montañas muy altas, de hasta 1250 metros sobre el nivel del mar, pero por el lado oriente del municipio de Chilpancingo, hay una parta de cerros menores, entre los cuales se encuentra un pequeño caserío de campesinos.
Se llama Omeapa, y es una zona montosa, de tierra muy fértil, con pequeños manantiales de agua. Este poblado, pertenece al municipio de Tixtla, y se encuentra en estado natural sano, gracias a que los lugareños tienen un modo de vida frugal y austera. Se dedican a la agricultura y ganadería a muy pequeña escala, que no provoca ningún daño ambiental.
Sus casas, son hechas con materiales de la naturaleza, que tampoco modifica, ni impactan negativamente el equilibrio natural. Como consecuencia, el ambiente es saludable, con árboles y matorrales entre los que se esconden conejos, mapaches y armadillos.
Los tlacuaches, tejones, y zorrillos, llegan a causar daños a las plantaciones de elotes, verduras y flores, pero a su vez, son cazados para la subsistencia de los matlalapeños. En la zona se encuentran también culebras, zorras, y chintetes en permanente interdependencia: comiéndose los uso a los otros.
Zanates, zopilotes, gavilanes, aguilillas y muchas otras aves, completan la fauna del aire.
El municipio de Chilpancingo cuenta con una extensión de 2.338 km²  y se encuentra a una altura de 1242 m s. n. m. ¿En toda esa dimensión, no hay un lugar donde Marco Leyva lleve las porquerías de sus gobernados? ¿Por qué se empeña en perjudicar un sitio que actualmente se encuentra muy bien y no tiene problemas?
Reiteradamente se ha presentado a la radio para dar a conocer “su proyecto”, y pide que solamente lo dejen hablar con los pobladores para convencerlos de sus “bondades”. Y también pide que no se “partidice”, y que piensen en el beneficio colectivo ¿No se mordería la lengua? Porque este señor es de los meros intestinos del PRI. 

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