COLUMNA
Héctor Contreras Organista
LA ADMIRADA ARTISTA SAM JUAREZ
CASTRO CUMPLE AÑOS EL 10 DE JULIO
No sé de dónde vino ni cómo llegó… ni por qué llegó… o, en todo caso, por qué vino.
Pero vino… llegó y se quedó.
Y al quedarse, muchos que la vimos por primera vez, nos sorprendimos. El plural, es obvio.
Lo que vimos fue un rostro femenino diferente, oscilando entre belleza y seriedad, sonrisa y ternura… arte y éxitos….
Una piel canela distinta.
Una jovencita de cuerpo y expresiones muy finas y delicadas y de sonrisa amable, tan amable que hasta sus bellos ojos irradian luz cuando saluda, siempre con bondad.
¿Bella?, sí. ¿Atractiva?, harto; de andar muy ágil y angelical.
Linda, pues.
En ese momento llegó el ogro, su jefe, quien con voz autoritaria, de trueno, de general porfirista, le dice: “Samy, necesito estos papeles, y los recibos…”
Samy, bella y delicada, con silueta de quien sabe mandar, está atrás del escritorio en una oficina del segundo piso de lo que fue el palacio de gobierno en Chilpancingo, la oficina de exgobernadores, y sin más trámite saca documentos de un cajón del escritorio y cumple la petición, entrega un folder al ogro quien sale rápido, pero antes dice:
-“¡Ah, padrino, disculpa, no te había visto!”.
(‘Te haces que no me ves’, dije para mí).
El ogro, quien se llama Juan, firma con apellido constitucionalista: Carranza, y usa un fino y elegante segundo apelativo (así decimos sus paisanos de Mayanalán), de tejido fino, extraído de lo más selecto de la lengua cervantina cuya etimología oscila entre el péndulo clerical al estilo de Juana de Asbaje y la proctología para el segundo: ¡Soriano!
En el diálogo anticipado a la llegada del jefefuncionario la niña advierte que nació en la costa, Costa Grande… Voz melodiosa, personalidad diligente y con manifestación de eficacia ejecutiva.
Al paso de los días, de las semanas y los meses, y al observar su quehacer, su enorme caudal laboral, nos damos cuenta que su especialidad en el área cultural, labor fundamental de la oficina, de la oficina de estado (estado de Guerrero) donde acompaña a Juanca (Juan Carranza), es de “todóloga”.
Atiende los quehaceres de contabilidad y redacción en la computadora, lleva control de entradas y salidas de la economía de la oficina, contacta los viajes que el grupo de danza “Xochicalli” ha de realizare en el estado o a otros estados y al extranjero.
Debe estar, como Cantinflas en el gendarme 777: “Sus/órdenes/jefe”, a la hora que al Emperador del Agrio Carácter se le ocurra alguna idea para la próxima presentación del grupo de danza y ella debe anotarlo para que no pase por alto y se olvide.
Y, por si fuera poco, baila… ¡y de qué manera!, al lado de Conchita Bello y de sus preciosas hijas en todo el fandango que se hace continuamente y participa en casi todas las presentaciones.
Es fotógrafa, es modelo, luce los atuendos regionales de manera regia; le encanta retratarse en escenarios inimaginados para mostrar facetas distintas de su genio y versatilidad artística…
Es, pues, la “todóloga”, la magia, el genio y lo sorprendente del grupo de danza “Xochicalli” y hoy cumple un año más de vida. Nuestra admiración y aplauso, por su trabajo que es respetable y admirado, pero (tenía que surgir el ‘pero’) por aguantar como jefe al ogro.
¡Larga vida a la preciosa artista y tenaz guerrerense, a nuestra querida y admiradísima amiga Samy Juárez Castro!
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