COLUMNA

Entre la verdad y la ficción

Jorge Luis Falcón Arévalo

ATOYAC, NO AVANZÓ NI SOCIAL NI POLITICAMENTE CON TABAREZ
Decir una verdad jurídica, social y periodísticamente no es golpear, sino llamar a que se corrijan las cosas y no seguir las inercias que afectan al mismo pueblo en este caso de Atoyac de Álvarez. Y, por ende, a los atoyaquenses.

Decepcionado del actuar corrupto o torcido de los funcionarios de la pasada administración priista es solo hacer un recuento de los daños causados a la sociedad cafetalera, en su precaria economía; y, al mismo pueblo que a decir de oriundos de este sitio, lamentan la frágil e inestable situación de estética, ecológica y socialmente que presenta esta población. Como preclaro ejemplo: Un negociazo, la “venta” de calles y banquetas. Pero además, ha exhibido a las autoridades como sometidas y faltos de ética al no aplicar la Ley. Es decir, son corruptos y corrompibles. Frágiles del alma y “sueltos” de alguna otra parte del cuerpo.
Donde en ausencia de  grupos organizados de la sociedad civil para lograr el desarrollo de ésta, solo se han dedicado a lucrar y especular, con todo lo que no se observe a simple vista. Ni construcción de drenajes, ni cambio de tubería añeja de más de 40 años de servicio. Menos de obra social de diversión sana o de proyectos de obras de alto impacto.
Existe un latente peligro que se derrumbe el tanque de almacenamiento de agua y cauce desgracias entre la población que se encuentra habitando debajo de este cuerpo de fierro podrido y herrumbrado. Pese a que a la administración pasada de Tabarez Cisneros, se le hizo el llamado por parte de la Comisión Nacional del Agua (Conagua), éste omitió el caso, para seguir realizando pingües negocios desde Capasma, (Comisión de Agua Potable y Alcantarilla de Atoyac).
Un pueblo desilusionado, despechado de la falta de transparencia en el ejercicio de los recursos públicos. Y, los casos son vastos:
 Ediberto Tabarez Cisneros, ex alcalde de la ciudad, es un hombre inseguro que pretendió convertirse en un “amigo” en el afán de ganarse el favor de la gente y terminó diciendo mentira tras mentira, para poder sostener su supuesta benevolencia, ya que tampoco tuvo el valor de decir la verdad. Desafortunadamente sus mentiras lo fueron entrampando cada vez más, hasta que él mismo terminó creyéndolas. Justificándose con más mentiras. Su palabra término desvirtuándose, al no poder satisfacer y cumplir las promesas hechas
Para gobernar se necesita más que decir que si a todos, se requiere de una persona con carácter firme que afronte su palabra hasta las últimas consecuencias y que mida su alcance a través de sus acciones.
Él se encubre tras el velo de un ser bonachón y sencillo, sin embargo guarda dentro de sí, ambición y una necesidad desmedida de asegurar su posición, le aterra quedarse sin nada
Tiene miedo a perder lo que ha logrado, y a toda costa tratará de mantener su estatus quo.
Muchos de los que integraron con él el Cabildo, se arrepienten de entender ahora, todo lo mitómano que resultó Tabarez, para los atoyaquenses.
De sus trapacerías y desvíos, lo puede atestiguar un ex alcalde de la Costa Chica, en quien confió los dineros de los costachiquenses; cuando éste emprendió el vuelo de ese sitio, con los bolsillos llenos. De allí su enemistado con la ex alcaldesa Aceadeth Rocha.
Será interminable detallar las obras inconclusas que dejó en esta comarca cafetalera, como lo es: El parque infantil del zócalo de la ciudad, Techos de diversas canchas, en diversas comunidades como Zacualpan (porque allí viven sus enemigos políticos); El Paraíso, (allí no llega por haberles mentido al pueblo); Aulas escolares en más de 20 pueblos y comunidades de la zona alta serrana; caminos vecinales y lotificar predios para gente de escasos recursos económicos.
Así como también, inconclusa, la llamada “Clínica de la Mujer”, a un costado del Hospital General, para la prevención y tratamiento del cáncer de mama y cervicouterino.

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