ARTICULO

El círculo vicioso de la crisis

César González Guerrero

Con mi especial saludo y cordial felicitación, al equipo que ha hecho y hace posible los 21 años de vida del Periódico La Crónica, Vespertino de Chilpancingo. Especialmente a mi estimado amigo Javier Francisco Reyes. Muchas Felicidades.

La palabra crisis se utiliza en los diferentes ámbitos: económico, político, social, geográfico, etcetera y significa una situación de desequilibrio grave que presenta riesgos en cada uno de los aspectos mencionados. 

Todo tipo de crisis siempre llevará consigo un sin fin de cuestiones de peligro, que no solamente alerta sino también define los pasos a seguir para evitar que se convierta en un obstáculo para el desarrollo de la sociedad en su conjunto o bien llegue a consecuencias de confrontación, como las que se viven en algunos países del mundo.

Por tal razón, cuando observamos en nuestro país y obviamente en algunas entidades, específicamente hablando, nadie puede ser omiso como para tratar de ocultar la realidad. Al contrario, se requiere de mucha inteligencia y precisión de los responsables de las áreas mencionadas, en materia de administración pública,  para enfrentar y resolver de manera eficiente e  inmediata cualquier situación de crisis, sin que esto conlleve al debilitamiento institucional. 

Considero que, como todo tipo de crisis, por ejemplo en materia de salud, las enfermedades se deben reconocer en tiempo y forma para atacar de fondo su origen, tratando de exterminar el mal de raíz,  con visión de futuro. Es decir por siempre.

Los momentos que estamos viviendo, tod@s l@s mexican@s, en estos tiempos en que  la comunicación y la globalización son temas que promueven una nueva cultura en general, son para reflexionar las actitudes de quienes tienen la oportunidad de hacer cambios y transformaciones oportunas, sin que nadie se justifique, mucho menos que trate de buscar culpables, para resolver las crisis.

En la actualidad no se vale que, por omisión, ignorancia o involuntariamente tal vez, alguien se equivoque, cometa errores, y conviertan en crisis lo que se puede prevenir, y que, finalmente, llevan al enfrentamiento a la población entera. 

No se deben permitir motivos como para que alguien insista en mantener una cerrazón política y asumir actitudes fascistas, cuando la época que estamos experimentando nos dice que la tolerancia, el respeto a la diversidad y a los derechos humanos, son políticas públicas que se deben asumir con toda la responsabilidad y capacidad de concertación política, en el marco de la legalidad.

Las autoridades de cualquier nivel, los dirigentes políticos, y representantes populares, los ciudadanos en general, deben aprender de las experiencias que existen en el mundo; se deben erradicar los discursos que fomentan el odio, el rencor y la violencia, al igual que las actitudes negativas de algunas y algunos;  se deben señalar y aceptar los errores, mediante una critica constructiva y oportuna, para que en lo sucesivo prevalezca la armonía y la paz social, sin que nadie se ofenda o moleste. Eso ayuda a la gobernabilidad. Es por el bien de todos. Ya veremos.