PRIMERA PLANA
Enigmas del quinto
autobús de Iguala
París Alejandro Salazar.--La Procuraduría
General de la República (PGR) omitió por más de un año la presencia
de un “quinto autobús” cargado con droga en
el caso de la desaparición de los 43 normalistas de
Ayotzinapa, y se ha resistido a darle seguimiento a esta línea de
investigación, la cual, de acuerdo al Grupo Interdisciplinario de Expertos
Independientes (GIEI), podría justificar el nivel de violencia
contra los estudiantes el 26 de septiembre de 2014.
En los peritajes al autobús Estrella Roja
3278 (Ecoter)-, la PGR presentó otra unidad; de la empresa Estrella Roja –dueña
de la unidad- envió una carta manuscrita con una declaración que no pertenece
al chofer; las características físicas del chofer de la unidad no coinciden con
las de la persona que se presentó ante el Ministerio Público; este vehículo fue
escoltado por patrullas de la Policía Federal; y el copiloto satelital registró
actividad no reportada por el chofer.
La línea de investigación del “quinto
autobús” toma fuerzas porque cinco autobuses de pasajeros con
cargamentos de droga fueron asegurados en autopistas de Guerrero,
entre septiembre 2014 y agosto de 2015.
Iguala es u lugar de comercio y transporte de
drogas, especialmente heroína, y uno de sus destinos son los Estados Unidos.
Este negocio podría explicar la reacción violenta y el carácter masivo del
ataque, incluso la agresión contra el equipo Los Avispones, al existir
un autobús tomado por los estudiantes que no había sido detenido.
Narco autobuses en Guerrero
Al revelarse que uno de los posibles móviles
del ataque y desaparición de los normalistas de Ayotzinapa fue la toma –sin
saberlo- de un autobús de pasajeros que transportaba un cargamento de droga, se
destapó una realidad que se mantenía fuera de los reflectores públicos: que
los narcotraficantes utilizan autobuses de pasajeros para movilizar la
droga a
otras entidades y hacia la frontera con Estados Unidos.
Guerrero es uno de los principales
productores de goma de opio y marihuana, incluso el pasado 31 de julio de 2015,
el entonces gobernador Rogelio Ortega hizo una declaración inquietante: “somos,
junto con Afganistán, pero Afganistán es un país, nosotros somos un estado, el
número uno en (producción) de goma de opio en el mundo”.
La disputa entre los grupos del crimen
organizado en el estado, es por el control del corredor de drogas
Acapulco- Cuernavaca, la disputa principal es entre Guerreros Unidos y Los Rojos,
ambas organizaciones antes pertenecían al Cártel de los Beltrán Leyva. Ellos
utilizan autobuses de pasajeros para mover la droga a otros estados.
En entre septiembre 2014 y agosto de 2015 se
aseguraron cinco autobuses de pasajeros con cargamentos de droga en
autopistas de Guerrero.
En Chilpancingo, el 17 de junio de
2015 elementos
del ejército le marcaron el alto a un autobús de
la empresa AltaMar en la caseta de peaje del poblado de Alpuyeca, en el
municipio de Xochitepec, encontraron un cargamento de 150 kilos de marihuana en
el maletero empaquetado en cajas, el vehículo tenía dirección al Distrito Federal.
Policías comunitarios que realizaban
inspecciones en autobuses de pasajeros sobre la carretera
Chilpancingo-Quechultenango, encontraron el 1 de febrero de 2015,
tres paquetes marihuana en un autobús, los dueños de los paquetes fueron
llevados a la comisaria de Petaquillas, Chilpancingo.
El 24 de enero de 2015, en un
puesto de control de Acapulco, elementos de la fuerza estatal en coordinación
con personal del ejército mexicano , realizar una revisión al autobús de la
línea Estrella de Oro, número económico 1512, procedente Chilpancingo con
dirección al puerto de Acapulco, detectó en maletero una mochila con 10
kilos de marihuana.
Un autobús de la empresa Zina- Bus número
238, proveniente de Zihuatanejo y con destino a Ciudad de Altamirano, fue
asegurado el 10 de octubre de 2014, porque pasajeros llevaban en
sus maletas 76 kilos de marihuana.
Días antes de la desaparición de los 43
normalistas, el 7 de septiembre de 2014, fue detenido el autobús de
la empresa Costa Line con placas de circulación 921-MS-1, en un puesto de
control del Maxitúnel, ya que un pasajero transportaba 26 kilos de
marihuana.
En otras entidades, también han sido descubierto
cargamentos de droga en autobuses de pasajeros. El 15 de abril de 2015 en
Durango se aseguró una unidad de pasajeros con dirección a Chihuahua, pues
llevaba debajo de dos asientos paquetes con cuatro kilos de “crystal”
(metanfetamina).
El 13 de noviembre de 2014, antes de llegar a
la Centrar de Autobuses de Reynosa, Tamaulipas, soldados decomisaron una unidad
que contenía 72 kilos de cocaína y 14 mil dólares en efectivo, procedía del sur
del país.
El transporte de drogas en autobuses de
pasajeros en México pareciera una práctica constante, por lo que a diario miles
de pasajeros están en riesgo sin saberlo.
De cuatro a cinco autobuses
El “quinto autobús” no existía como como
escena de los hechos, ni en la narrativa de los hechos de la PGR. En marzo de
2015, cuando la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia
Organizada (SEIDO), hizo la presentación del caso al GIEI, no figuraba el
“quinto autobús”.
En la Averiguación Previa 874, el
representante legal de la empresa Estrella de Oro, reconoció que la toma de
camiones ha sido práctica habitual de los estudiantes de Ayotzinapa y de otras
escuelas normales.
Ninguna de estas acciones derivó en una
respuesta violenta, aunque se produjeran incidentes. Las autoridades y las
empresas de autobuses sólo obstaculizaban las acciones: evitar que se llevara a
cabo, detener el intento o a los autores.
La agresión a los normalistas de Ayotzinapa
en Iguala en septiembre de 2014, representó la primera acción masiva de ataque
indiscriminado, atentados directos contra la vida, ejecuciones extrajudiciales
y desapariciones forzadas por la toma de camiones, así como un operativo de
distintas corporaciones policiacas e integrantes del crimen organizado.
Los ataques a los autobuses el 26 y 27 de
septiembre de 2014 fue en ascenso, tiene un común denominador: detener los
camiones, atacar a los testigos de los hechos y vaciar los lugares donde se
habían presentado los mismos.
Los normalistas llegaron a las periferias de
Iguala a “botear” en los autobuses Estrella de Oro (1531 y 1568), y en la
Central Camionera. La elección de los autobuses para llevárselos fue
circunstancial, tomaron otros dos Costa Line (2012 y 2510), y un Ecoter
Estrella Roja (3278), este último no había sido considerado por la PGR, a pesar
de que los normalistas sobrevivientes y en la primera consignación realizada
por la Procuraduría General de Justicia de Guerrero hablaban de cinco
autobuses.
La investigación de la PGR señaló que se
trataba de cuatro autobuses –sin mencionar el autobús Ecoter 3278 Estrella
Roja-, habló de un quinto autobús que habría salido de la central camionera e
inmediatamente destruido por los estudiantes.
Se comprobó que los estudiantes atacaron un
autobús Costa Line en el que fueron encerrados en la Central Camionera y que
nunca abandonó la terminal de pasajeros.
El GIEI a través de los videos de la central
camionera exhibió el error o la omisión de la PGR sobre el “quinto autobús”, el
Estrella Roja 3278, la única unidad que no fue atacada esa noche, y que
provocaría una actuación inusual de las autoridades mexicanas durante la
investigación.
Identificación del chófer y el autobús
El GIEI alertó sobre las diferencias del
autobús Estrella Roja y el chofer, ya que los que aparecen en el video de la
central camionera concuerda la unidad presentada por la PGR, y la estructura
corporal y morfológica conductor, tampoco corresponde con quien presentó la
declaración.
“La fisionomía que aparece del chofer en
el video de la camionera con la contextura de la persona que se presentó a
declarar es diferente”, explicó el grupo de expertos en su segundo informe,
y señalaron “la importancia de una identificación adecuada antes de realizar
afirmaciones definitivas y diligencias cuyos resultados pueden no ser siquiera
valorables”.
Casi un año después de los hechos se realizó
por parte de la PGR una diligencia ministerial en donde se hizo una inspección
al autobús Estrella Roja.
Un análisis de correspondencia entre el
autobús presentado por PGR y el autobús que aparece en las imágenes del video
de la central de autobuses, levanta dudas de que se trate de la misma unidad.
Se pidió un peritaje específico sobre la
correspondencia de las imágenes de video -aunque estas no son de buena
calidad-, con las imágenes fotográficas recogidas del autobús Estrella Roja
presentado. El peritaje mostró las diferencias que se dan en esos dos
autobuses y sostiene la posibilidad de que no se trate del mismo.
Hay diferencias entre las
calcomanías-engomados y la tapicería de los asientos, y en otros accesorios de
la unidad. El peritaje lo realizó Canadian Forensic Video Technologies Inc, el
31 de julio de 2015.
Declaraciones contradictorias
El GIEI le demostró a la PGR la existencia
otro autobús, pidió que testificara el chofer del “quinto autobús”. Antes no
había una sola mención de inspección o búsqueda del chofer por parte del
Ministerio Público Federal.
La autoridad ministerial le tomó la
declaración, pero no convocó al grupo de expertos, los dichos del chofer son
contrarios a los referidos por los 14 normalistas sobrevivientes que viajaban
en ese camión.
La PGR señaló que el autobús habría salido
por la calle de atrás de la terminal de pasajeros y pocas cuadras más adelante,
en la misma calle, los estudiantes pensaron que la unidad no funcionaba, se
bajaron y se dirigieron a tomar otro.
“En ese momento, el estudiante que me había
ordenado que sacara el camión puso el pie en el acelerador para que avanzara
rápido, sin embargo en vez de avanzar se jaloneó el autobús ya que se quería
apagar, aunado a ello seguí avanzando, pero los estudiantes exclamaron: con
este autobús no la vamos a hacer, entonces el estudiante de playera clara que
venía al lado mío me dijo que me detuviera por que se iban a regresar
por otro camión a la terminal, ya que este este no servía; por tal motivo
me detuve entre la calle Tixtla y periférico sur sobre la calle de Altamirano,
y esa persona que venía al lado les gritó a todos los estudiantes del camión
que se bajaran, ya que se iban a regresar por otro autobús que si sirviera,
procedieron todos a descender del autobús con las piedras en las manos,
logrando observar por retrovisor que se regresaron corriendo a terminal de
lguala, cuyo trayecto duro aproximadamente cinco minutos”, declaró el chofer
después de descubrirse el “quinto autobús”.
Los testimonios de los normalistas que iban
en el autobús Estrella Roja 3278, señalaron que en su camino el chofer pidió
detenerse para que una mujer le trajera documentación y ropa que necesitaba.
Una mujer llegó en moto y habló con el
chofer, lo que retardó la salida municipio. Llegaron a la salida de Iguala
hacia Chilpancingo, al escenario donde ya había sido detenido el autobús
Estrella de Oro 1531 cerca del Palacio de Justicia, el puente de El Chipote.
El autobús 3278 fue detenido por una patrulla
de la Policía Federal, de acuerdo a los testimonios, un agente los obligó a los
normalistas a bajar de la unidad y les apuntó con su arma. El camión no fue atacado.
Los jóvenes huyeron la colonia Pajaritos, y
cerro cercano a refugiarse. Hubo reportes en el centro de emergencias C-4 que
señalaron que había jóvenes escondiéndose en la calles.
Testimonios y reportes oficiales del C-4
ratificaron la existencia del “quinto autobús” que la PGR habría tratado de
ocultar en la investigación.
El 6 de septiembre de 2015, el GIEI señaló
como hipótesis probable del ataque contra los normalistas de Ayotzinapa, la
existencia de este quinto autobús y que la probable carga de heroína o de
dinero, debería ser considerada como móvil de un ataque tan brutal, por la
importancia de los intereses que se veían amenazados con la toma de la unidad
de pasajeros.
La carta falsificada
Cuando se pidió la bitácora a la empresa
Estrella Roja de la unidad 3278, envió un reporte donde decía que había hecho
su recorrido con normalidad.
En la documentación del suceso, apareció una
carta manuscrita presuntamente del chofer de dicho autobús, con fecha 26 de
septiembre de 2014, en la que confirma que lo referido por los normalistas, de
que llegaron a las inmediaciones del Palacio de Justicia y que fueron detenidos
por una patrulla de la Policía Federal.
Al ser cuestionado sobre la misiva, el chofer
señaló que el documento no era suyo aunque sí la firma, y que esta “era una
firma en un papel en blanco que le obligó a realizar la empresa cuando entró a
realizar ese trabajo”.
La PGR realizó una análisis de grafológico a
la carta, concluyó que la firma pertenece al chofer y que el contenido del
escrito, no. La Policía Federal indicó que no hay suficientes datos para
concluir que no sea. El GIEI insistió en obtener nuevas muestras de letra
original para hacer comparaciones, pero dicho análisis no se llevó a cabo.
La carta da pie a dudas, supondría que
alguien de la propia empresa escribió el texto, pero no se sabe con qué
interés.
Esas inconsistencias y contradicciones
muestran la sospecha de que bajo esas circunstancias se esconden aspectos
importantes a considerar, y que estos pueden tener que ver con el modus
operandi y la motivación de la agresión a los normalistas.
Copiloto satelital
El oficio 8700/2015 sin fecha, dejó
constancia de que el 26 de septiembre de 2016, el autobús Estrella Roja de 3278
realizó la corrida Iguala-Cuautla con horario de salida de 21:10 horas en esa fecha, de manera normal.
Es decir, que salió seis
minutos antes de que los normalista entraran a la central camionera a tomar
este y otros dos autobuses.
Trabajadores de Estrella Roja declararon en
el mismo sentido de la carta, corroborando la versión de que el autobús fue
tomado por los normalistas, detenido por la policía y después salió de la
Iguala poniéndose en contacto con personal de la empresa.
La carta se expone que “dos patrullas de
Federales me guiaron a la caseta de cobro y ahí me dijeron que me reportara con
mi patrón para que me indicara que es lo que iba hacer con el autobús y hablé a
tráfico de Cuautla y me dieron indicaciones que me viniera a Jojutla y de
Jojutla me enviaron a Cuautla de las 5:00 am”.
El chofer también cayó en contradicciones
sobre su recorrido posterior, de su recorrido a Jocutla, la hoja de registro de
esa noche del trayecto del autobús, señaló que salió 10 minutos antes de lo
registrado en el video de la central de autobuses.
En la hoja de incidencias no se señala que
dicho autobús fue tomado por un grupo de normalistas, refiere que el autobús se
dirigió normalmente a Cuautla que sería su destino y no a Jocutla como señaló
el chofer en su declaración.
El servicio de “copiloto satelital” permitió
reconstruir en parte la ruta del autobús Estrella Roja 3278, el registro reveló
que as versiones de los estudiantes coinciden con el rastro que quedó, además
se pudo recuperar el trayecto del autobús Estrella Roja 3278.
Tampoco se detectó que existe un lapso de
tiempo parado que no puede justificarse con la declaración del conductor. No se
ha podido explicar por qué demoró cerca de una hora sin emprender la ruta a la
caseta y luego a Jojutla, después de que se bajaron los normalistas del
autobús.
El GIEI realizó un recorrido por la ruta del
autobús y encontró que pasa por un lugar cercano a un aeródromo, y recomendó
que debería investigarse.
Hasta el momento la PGR no ha podido aclarar
porque tanto sigilo, contradicciones y errores en la investigación del quinto
autobús. (lasillarota.com).
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