NOTA

Los niños, los 

libros y la radio

Norma Patricia Rodríguez Reyes 

Con motivo del primer aniversario del programa de radio “Difundiendo la lectura y escritura” que se transmite por frecuencia universitaria y el de programa de radio escolar de la Escuela Primaria “Emperador Cuauhtémoc”, -los dos con el objetivo de difundir los acervos de las Bibliotecas Escolares y de Aula-, compartimos las palabras de tres escritores aliados de la promoción del gusto por la lectura.

 “Ha sido para mí un gusto y un honor haber compartido algunos pasitos de este proyecto que fue creciendo sano y fuerte como un buen niño. Promover libros y lecturas desde la radio es una tarea noble, necesaria, maravillosa y los niños la realizan con soltura y generosidad; casi imitando a la bondad de un buen libro, que abre sus páginas y tiende su ilusión provocando que el lector y texto se encuentren y en el mejor de los casos, se enamoren”.                                                                            Graciela Bialet, escritora argentina

 “Dentro de muy poco tiempo, estoy seguro, muchos niños de hoy podrán decir que se enamoraron de los libros siguiendo la voz de una parvada de gorriones que les fueron platicando historias a través de la radio. La voz de mis padres apenas llegó a sus hijos, pero el canto de ustedes, pequeños gorriones, no tiene respeto a las fronteras, por eso vuela por el infinito llegando a los rincones más apartados. Por lo anterior, aunque ustedes no lo sepan, los niños que siguen su voz y la sociedad del mañana les tendrán una enorme gratitud, como yo se las tengo a mis padres por su linda complicidad. ¡Qué linda labor! ¡Qué esfuerzo más hermoso!”

Servando Basilio Rodríguez (El perro callejero) escritor guerrerense

“Me da mucho gusto que un programa dedicado a la promoción del libro y de la lectura haya sobrevivido más de 365 días cuando todo se confabula para echarlo abajo: los videojuegos, el chat, la televisión, la ignorancia y la apatía. Quienes estamos involucrados en la tarea de contagiar el gusto por la lectura sabemos que nos jugamos el pellejo en cada sesión, si aburrimos a los pequeños o jóvenes, tal vez no regresen a nuestro lado. En muchos sentidos es más difícil convidar la lectura desde la radio, porque los posibles lectores no tienen el libro a la mano y por lo tanto (cuando el texto lo exije) no pueden observar las ilustraciones, que a veces funcionan como carnada. Y hacer gravitar un programa de radio en torno a una tarea tan simple como lo es la promoción de la lectura merece al menos un abrazo de oso de mi parte. Aunque siempre es un hermoso misterio saber a cuántos niños puedes influir con tu trabajo, hacia dónde van a dar esas botellas arrojadas al mar de las ondas hertzianas, quiénes y cómo son esos rostros que leen el mensaje contenido en la botella. Yo, Poncho, sólo puedo abrir los brazos y estrechar a todos los niños que escuchan y leen. Porque, apretaditos y sudorosos todos caben”.                           

Alfonso Orejel Soria, escritor de los Mochis, Sinaloa.