COLUMNA
Cosmos
Héctor Contreras Organista
10 DE MAYO, DÍA DE LA MADRE
Con devoción, Amor y Gratitud a Irene, Amalia y María del Carmen Organista Sánchez. A doña Regina Sánchez Flores y a doña Ramona Morales Píélago . MONUMENTO A LA MADRE
El monumento a la Madre, esculpido en mármol, fue uno de los primeros que se colocaron en la Alameda “Francisco Granados Maldonado” de Chilpancingo, posiblemente hacia la década de los años 40, del siglo pasado.
La alameda era de dos niveles. En el primero, ubicado frente al edificio docente de Universidad Autónoma de Guerrero, había un monumento a Don Vicente Guerrero, que fue demolido y construido otro. Después de 1960 los estudiantes mandaron hacer un busto en honor del maestro y poeta Rubén Mora Gutiérrez, se le colocó en la esquina sur de la alameda que alguna torpe autoridad lo quitó y muchos años después alguien lo rescató y lo colocaron en el jardín de San Mateo, en una pésima y torpe ubicación.
El segundo espacio de la alameda, hacia el norte y ubicado frente al hospital civil “Guerrero” que después se llamó y se llama “Dr. Raymundo Abarca Alarcón” (y tiene nueva ubicación en terrenos comunales de Zumpango del Río), terminando de subir unas gradas se encontraba el monumento A la Madre, se ignora qué alcalde o gobernador la mandó hacer y colocar en ese lugar tan especial, a manera de veneración al ser más sublime de la creación: La Madre.
No era el único monumento que había en ese espacio, además de una fuente circular que no servía más que de estorbo y casi siempre estaba sucia llena de cieno y de vainas que caían de los pinos, había un monolito dedicado a honrar la memoria de Los Niños Héroes, muy próximo a donde actualmente se localizan las instalaciones de la Cruz Roja. Ese se demolió y se colocó otro.
Años después el gobernador Alejandro Cervantes Delgado mandó esculpir una estatua en honor de Don Juan Ruiz de Alarcón, mismo que se colocó donde estaba el monumento a la madre ya que esa escultura fue colocada en un prado donde se levantan las instalaciones del DIF, al sur de la ciudad. El monumento a Juan Ruiz de Alarcón, por ordenes del gobernador José Francisco Ruiz Massieu fue trasladado a Taxco donde se le dedicó un espacio.
Han habido quienes refieran que el monumento a La Madre es creación de don Luciano González. Sin embargo, al pie del monumento hay una placa del mismo material del monumento que indica lo siguiente: Hnos. CALDERON. Mérida Yuc. Mex.67.496.
EL OTRO MONUMENTO A LA MADRE
Víctor Manuel Contreras, célebre escultor jalisciense, se encargó de realizar otro monumento a la madre en otro tipo de material y fue colocado en la misma alameda, ya remodelada, sobre una plataforma.
Tal vez por la exigencia de hacer un “parque hundido” tuvo que removerse. Al monumento de Contreras se le separó de su pedestal original y quedó encajado a pie de tierra, lo que aumenta su deterioro… pero eso a la autoridad le vale lo que un día como hoy: ¡Pura madre!
Chilpancingo, es tal vez de las pocas ciudades en el estado de Guerrero y en otros muchos, que dedique un monumento a la madre, y ese es ya un importante avance en el terreno moral y de orden cívico (además del escultórico) que mucho privilegia el nivel cultural de una ciudad tan abofeteada por sus mismas autoridades, como se ha visto en años y especialmente en estos tiempos de ingobernabilidad, locura y torpeza administrativa.
HIMNO A LA MADRE
El estado de Guerrero es cuna de uno de los homenajes más hermosos, bellos y emocionados que se han dedicado a la madre.
Fue el compositor don José Agustín Ramírez quien inspiró una obra bellísima y que en los años 50, sin exagerar, fue cantada en casi todas las escuelas del país.
HIMNO A LA MADRE
Autor: José Agustín Ramírez Altamirano
Bendita seas, madre querida,
tesoro inmenso de todo bien,
tú que me diste, con tu amor, vida
¡Bendita seas! ¡Santa mujer!
En los jardines de mi ilusión
florecen puras, frescas, lozanas,
rosas muy bellas, rosas tempranas
que ahí cultiva mi corazón.
Entre esas flores, la más fragante,
la que perfuma todo mi ser,
es tu cariño, ¡oh! madre amante,
tu amor sublime, santa mujer.
Bendita seas, madre querida,
tesoro inmenso de todo bien,
tú que me diste, con tu amor, vida
¡Bendita seas! ¡Santa mujer!
Tú que me viste crecer sonriente,
tú que has llorado mi padecer,
tú que mi cuna frágil velaste
desde la noche al amanecer.
Recibe un beso, recibe un canto,
recibe un himno de adoración,
que brota intenso lleno de encanto
como homenaje a tu santo amor.
Bendita sea, madre querida,
tesoro inmenso de todo bien,
tú que me diste, con tu amor, vida
¡Bendita seas! ¡Santa mujer!
Muchas felicidades a todas las Madres Preciosas.
Y una mentada de ítem a aquellos patrones y patronas que no tienen madre y que este día obligaron a las mujeres a presentarse a trabajar… Eso es no tener madre, pero, de todo modos, muchas felicidades a las santas mujeres.
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