ARTICULO
Tiempos de cambios,
tolerancia y desarrollo
César González Guerrero
Con el mejor de los deseos para que a México y a Guerrero le vaya bien.
Como en todas las etapas históricas del desarrollo de las sociedades, desde la prehistoria, antigüedad, edad media y moderna, en pleno siglo XX (1900-2000), el ser humano ha sido testigo, y parte activa de las transformaciones económicas, políticas y sociales, en el marco de una serie de problemas y situaciones muy difíciles que ahora, después de más de 100 años, los resultados son más benéficos que perjudiciales. Porque no todo ha sido inútil y desagradable, también hay cosas buenas.
Aunque también, por supuesto, la parte negativa nos hereda experiencias que se deben considerar para no reincidir en errores, fallas y omisiones. Obviamente lo mejor es que, a pesar de todo, la vida sigue, pero no como todos quisiéramos, aún nos falta superar deficiencias. De las crisis surgen también los tiempos de abundancia y soluciones que han beneficiado y benefician a las mayorías.
Hoy, en pleno siglo XXI, nos corresponde a nosotros valorar, enfrentar y superar los retos de la modernidad y posmodernidad, los tiempos más complicados, debido al ritmo en el cual se mueve la sociedad actual, en cada uno de los países y a nivel internacional, y que nos exige mayor responsabilidad y compromiso social.
Si hacemos historia hemos de recordar algunos ejemplos, el surgimiento de las ideologías, los grandes inventos, las 2 guerras mundiales (1918 y 1945), el surgimiento de los 2 bloques económicos más importantes (capitalismo y socialismo), las revoluciones sociales como la Francesa, Rusa, Mexicana, y los más de 100 conflictos bélicos que a la fecha, parece, no terminan y el surgimiento, a partir del año 1980, de una política globalizadora que termina con uno de los sistemas económicos que, se supone, sería la salvación de todos los males (socialismo-comunismo).
También se puede mencionar la Guerra de Vietnam (1965-1975), la Guerra Árabe-Israelí (1967), la Guerra de Irak (2000), etc. etc. Así como también el surgimiento de las organizaciones delincuenciales derivadas de las guerras del Opio, por mencionar un ejemplo; el periodo de la Guerra Fría (1945-1980), cuando las naciones se confrontaron internamente y que, en su mayoría, padecieron gobiernos dictatoriales como la URSS, España, Alemania, Italia, Brasil, Guatemala, Chile, Argentina, Uruguay, y nuestro propio país. La inviabilidad de los movimientos guerrilleros, solo por mencionar algunos.
Por otro lado, vemos como la ciencia y la tecnología nos han dado grandes avances y satisfacciones a todos, si a todos, (solo mencionaremos el uso del celular que los más acérrimos enemigos del capitalismo e imperialismo lo usan día y noche y, por si fuera poco, el inevitable consumo de la Coca Cola). Como dicen algunas frases “…son de izquierda pero cobran con la derecha…”, “son ateos pero van a misa…”, “…hablan del muerto y se abrazan de el…”.Son anti capitalistas y antiimperialistas pero viven como reyes y disfrutan de todos sus productos y servicios (lo peor, pagan hasta lo que no consumen y ahí no dicen nada). Pronto se les olvida que son “revolucionarios”.
Afortunadamente, quienes estamos vivos, tenemos la obligación de evitar una tercera Guerra Mundial y la confrontación social y humana, desde luego, luchando por lograr la paz y la armonía en todos los pueblos del mundo. Que Guerrero no sea la excepción.
Las decisiones gubernamentales, en cualquier país, tal vez, no siempre han sido las mejores, pero si han logrado mantener una sociedad mundial mejor comunicada y con un desarrollo compartido, equilibrado y con respeto a los derechos humanos. Entre esos países se encuentra México, la nación que disfrutamos, con todo y sus deficiencias y problemas.
Es así como, en la época actual, los mexicanos y los guerrerenses, debemos entender que las crisis se han superado y esta, seguramente, será superada. Los difíciles momentos que estamos viviendo no podrán vencer el ánimo de quienes estamos decididos a ser parte fundamental de las soluciones.
Debemos prepararnos para que, generacionalmente hablando, enfrentemos y superemos los problemas que nos está tocando vivir.
Que las fuerzas retardatarias y contrarrevolucionarias, que promueven la inestabilidad política y social en nuestros territorios entiendan que no pasaran. Somos más los que deseamos un México y un Guerrero en Paz y con desarrollo, mucho más que las minorías que se oponen.
Falta que las instancias gubernamentales valoren la fuerza de la razón de los ciudadanos, dispuestos a demostrar la solidaridad que considero es indispensable en estos momentos de lucha, transformación desarrollo. Ya veremos.
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