PRINCIPAL DE NOTA ROJA

 Quedó en anuncio desarticular
bandas Los Rojos y Los Ardillos

Margena de la O.--El mes de plazo para “Operación Chilapa” venció el sábado pasado, y el objetivo de desarticular a “Los Rojos” y “Los Ardillos” quedó en un anuncio.
El resultado del despliegue de 3 mil 500 mil militares y 250 policías, entre estatales y federales, es de cuatro presuntos miembros de “Los Rojos” detenidos el 28 de enero en el barrio de San José, en el centro de la cabecera municipal de Chilapa.

La detención ocurrió en medio de una balacera que encerró en sus casas a los habitantes durante todo el día. Se trató de la estrategia policial más prometedora que anunció el fiscal Xavier Olea Peláez, al menos es lo que dijo en un programa de radio de la Ciudad de México: tenían acorralado al líder de “Los Rojos” en Chilapa, Zenén Nava Sánchez.
Ese día el fiscal comentó que sólo esperaba una llamada para confirmarlo. La llamada nunca le llegó.
“Operación Chilapa” la anunció el gobernador priista Héctor Antonio Astudillo Flores el 27 de enero en la unidad deportiva de Chilapa de Alvarez. Un operativo con un número de elementos nunca antes anunciado para algún lugar del país: 3,500.
La estrategia se planteó para Chilapa y Zitlala, la zona de mayor incidencia delictiva, según agregó el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, al día siguiente del anuncio. En esa cobertura también incluyeron a Chilpancingo, aunque la mayor presencia de militares se observó en la cabecera municipal de Chilapa de Alvarez.
Quechultenango es la sede de “Los Ardillos”, de acuerdo a la radiografía policial. Su zona rural confluye con Chilapa de Alvarez y Zitlala. Durante el mes nunca se conoció que el operativo penetrara hasta Quechultenango.
Astudillo Flores dijo que la “Operación Chilapa” sería una acción profunda y determinante contra los grupos de la delincuencia. Durante los dos años previos a la estrategia, en Chilapa  de Alvarez se cuentan 100 ejecuciones y número similar de desaparecidos.
Durante el mes que dictaminaron para Operación Chilapa, en la cabecera municipal y la zona rural se contabilizaron cuatro crímenes y el ataque a una familia.
En los últimos 10 días ocurrieron dos hechos: el martes 23 de febrero, atacaron sobre la carretera federal Chilpancingo-Chilapa de Alvarez, a la altura de la comunidad Chautla, el auto en que viajaba una familia. Hirieron a dos a balazos. A la madrugada siguiente, policías reportaron que localizaron en la colonia Los Reyes el cadáver descuartizado de una estudiante de la preparatoria 26 Albert Einstein de la Universidad Autónoma de Guerrero (UAGro).
Operación Chilapa ya es el tercer operativo que funciona en el municipio, y todos son enseguida de hechos violentos. Después de una balacera en el centro de la ciudad que obligó a los habitantes a dictarse un toque de queda, el 9 de julio de 2015 llegaron 500 militares para reguardarla.
En mayo de 2015, a los 10 días que civiles armados tuvieron controlada la ciudad, policías federales aplicaron un operativo de resguardo. Durante los cinco días que civiles armados tomaron Chilapa (del 9 al 14 de mayo), se suscribe como el periodo de más desparecidos en el municipio.
Aún cuando la periodicidad de Operación Chilapa cerró al cumplirse el mes, en los accesos al municipio y en las comunidades del Sur hay retenes instalados. También en otro puntos rurales, como el crucero de Ayahualulco, sobre carretera Chilpancingo-Chilapa, y en el acceso de Zitlala.
Los caminos y flujos del territorio
Chilapa de Alvarez es parte de la montaña baja de Guerrero, y queda al centro de caminos y carreteras de Chilpancingo, Tlapa, Zitlala y comunidades de Quechultenango.
Al suroeste de la cabecera municipal existen comunidades como Atzacoaloya que conecta directamente con Quechultenango.
Al noroeste los caminos lo mismo llevan a Ahuacuotzingo y después Olinalá, o bien a Tlaltempanapa, territorio de Zitlala. Tlaltempanapa, en la región es conocida como una de las comunidades productoras de amapola.
Zitlala, a su vez, conecta hacia Apango, y Apango a Tixtla. Esta coordinada es al noreste de Chilapa.
Por la carretera hacia Chilpancingo existe un camino a Ayahualulco, que lo mismo enlaza con las comunidades al sur del municipio, como El Paraíso, que se une con Quechultenango por la zona rural.
Todos estos caminos y conexiones, en la disputada de territorio entre los grupos, resultan clave para el trasiego de droga.(lasillarota.com).

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