COLUMNA
Cacería de maestros
Apolinar Castrejón Marino
Bien, este año procuraremos tener un criterio más abierto para abordar los asuntos públicos. Y para empezar, diremos que les concederemos algo de razón a los jóvenes que protestan, y se manifiestan con sus bloqueos, tomas de carreteras, e incendios a edificios públicos, aunque con ello solo parecen conseguir que la gente se moleste, porque ve alterada su vida cotidiana.
Específicamente, diremos que tienen razón de estar inconformes, porque mientras ellos luchan por conseguir una plaza de maestros, muchísimos trabajadores de la Secretaría de Educación Guerrero cobran como docentes, y solo realizan labores decorativas como compañía de funcionarias, choferes y fotógrafos de personajes públicos.
“Ya lo dijo el Santo Papa, y lo dijo en voz en cuello” ¡Perdón, perdón! Nos equivocamos de cita: queríamos decir que el poeta, político y humanista veracruzano, Salvador Díaz Mirón escribió:
Sabedlo, soberanos y vasallos,
próceres y mendigos
que nadie tendrá derecho a lo superfluo
mientras alguien carezca de lo necesario.
¡Ándale pues! era muy estricto este señor ¿No? Y falta lo más duro:
Lo que llamamos caridad
y es ahora tan solo un móvil íntimo
será en un porvenir lejano o próximo
el resultado del deber estricto.
Y la equidad se sentará en el trono
del que huya el egoísmo
y a la ley del embudo, que hoy impera
sucederá la ley del equilibrio.
Lo cual se aplica a los jóvenes que parecen estar en permanente conflicto con la sociedad. Pero hagamos un paréntesis en nuestro estilo de vida, y pongámonos “en sus zapatos”. Hace tiempo, bastaba a los jóvenes poner un poquito de interés y atención a sus estudios, pero al terminar y graduarse, sabían que tenían un empleo asegurado.
Igual, bastaba que un empleado pusiera algo de interés a su trabajo, para que según adquiriera experiencia, sabía que sería ascendido a un puesto más cómodo y mejor remunerado. Y los que ponían mayor empeño y se preparaban, podían llegar a ser jefes, directores, y secretarios de alguna dependencia.
Pero el panorama de los jóvenes en la actualidad, es verdaderamente sombrío. Para los que están estudiando, es irrelevante que sean inteligentes, y les pongan al mayor interés a sus clases, porque cuando terminen y se gradúen, no podrán encontrar trabajo. La única forma de conseguir empleo en nuestra entidad, es por medio de las “palancas”, el parentesco o la “mochada”.
En el Estado de Guerrero se ha llegado al colmo de expedir nombramientos a gentes sin ninguna preparación académica, pasando por encima de profesionales con larga y positiva trayectoria en las dependencias e instituciones.
Este vicio de corrupción da como consecuencia que el 99 % de los jefes y directores, sean una nulidad en el área que tienen a su cargo. Ahí tenemos a “funcionarios” de cualquier nivel que no saben expresarse ni por escrito, ni en el discurso. Sería de risa loca hacer una colección de las burradas que pronuncian.
Recomendamos a los cetegistas, rechazados de las normales, y egresados sin empleo, que recorran las dependencias e instituciones para que hagan una cacería de asesores, asistentes y representantes, que cobren como docentes, y los investiguen para ver si ya presentaron la evaluación, porque nos dijeron que era obligatoria.
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