Cuentos de navidad 

Aprender
Felipe Zurita
La oscuridad de la noche parecía más intensa que otras veces. Sería porque hoy la luna es más delgada que de costumbre y las estrellas parecen tener frio que su luz las hace palidecer en esta inmensidad.

Sin destino y sin brújula el caminar parecía equivocado o quizás esa práctica tan común de caminar en círculos y pasar por un lugar dos o quizás tres veces hasta componer la inclinación del pie para retomar, lo que sería el destino correcto. No es hasta que se aprende sino hasta que uno sabe cómo caminar.
Sin embargo esta noche fría parece que hay suerte,  ha cambiado aunque se hiela la nariz y la respiración se adelgaza el ánimo es perseguir la estrella que esta sobre la copa de los árboles y en ocasiones sobre nosotros iluminando el camino. 
Saben que hace falta mucho pero quien conoce el tiempo y las lecciones dejadas cada día. Lecciones que pocos se comprenden o  se desean  entender y sin embargo es el tiempo el que nos lleva a una forma de sabios en el coser de los años.
Porque caminar de noche, la noche da serenidad tranquilidad y reposo, pero el día da energía y pasión. Para aprender una buena lección debes cosechar el fin de la noche y el inicio del día.  

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