ARTICULO
Seudofiesta lo que
llaman El Buen Fin
Wendy Alanis
Como ya es costumbre desde hace varios años, celebramos en el mes de Noviembre el ya famoso “El Buen Fin” que este año será del 13 al 16 y que se caracteriza por tener mejores precios en electrodomésticos y muebles en general, además de a meses sin intereses, participando en esta seudofiesta de la economía principales tiendas de autoservicio y changarros locales de todo tipo a nivel nacional.
“El Buen Fin”, como fue llamado desde un principio, se ha vuelto un evento popular esperado por muchos mexicanos que creen aprovechar los jugosos descuentos y ahorrarse una lanita al comprar durante los días que dura este famoso buen fin...¿pero en realidad será ahorro para los mexicanos?
O será en realidad un juego trinquetero para hincarnos el diente en nuestro jodido y raquítico salario con el que haciendo un olímpico esfuerzo logramos abastecernos de el “parque” necesario con el que nos alimentaremos y si nos sobran uno o dos pesitos hacernos de un “ahorrito” para casos necesarios.
“El Buen Fin” famoso por hacer que el populo gaste cada año su dinero en una mentira capitalista y tercermundista, done una tienda tras otra participan una por una como en un certamen ofertando sus productos en una intentona por vender más, claro que las más beneficiadas son las grandes cadenas de tiendas departamentales quienes fueron las primeras en apuntarse para este mamotreto de ahorro a favor del bolsillo de los que menos tienen.
“El Buen Fin” sólo es una estrategia bien fraguada, un visceral ardid de consorcios y empresas multimillonarias para despojarnos hasta del último calcetín roto vendiéndonos cara la ilusión de poseer una pantalla plana, o el último Smartphone, o la mejor sala de uliplastipiel en el color de moda y así sentir que ascendemos una clase social más, aunque el resto del año no tengamos más que para huevos y frijoles con gorgojos.
“El Buen Fin” sólo es una más del consumismo que nos hace esclavos unos a otros de una práctica consumista que nos sume cada vez más en el infierno de la pobreza y la maloliente brea de la desigualdad social.
Ésta supuesta romería de descuentos y baratijas es una cortina de humo para elevar el costo de nuestra canasta básica cada vez más vacía, además de la luz, el gas, el impuesto predial, los útiles escolares, medicamentos de patente, gasolina, transporte urbano…en fin, un buen fin en todo aquello que en realidad nos elevaría nuestra calidad de vida.
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