COLUMNA
Cosmos
Héctor Contreras Organista
LA UNIDAD ACADEMICA DE ARTES DE LA UAGro,
ENTREGA AL ESTADO DE GUERRERO SU PRIMERA GENERACION DE LICENCIADOS EN ARTE
En este mes de septiembre de 2015, egresa de la Universidad Autónoma de Guerrero, la primera generación de profesionales de la Unidad Académica de Artes (2011-2015). Es el título que gradúa la Licenciatura en Artes.
Se estableció hace cuatro años con mucho entusiasmo, por todo lo que significa para el pueblo de Guerrero y para la Universidad Autónoma de Guerrero contar con licenciados en las diversas disciplinas de las bellas artes.
Gente especializada (mujeres y hombres) en el acercamiento y praxis de la creación humana por medio de la pintura, el dibujo, la música, el teatro y todo lo que converge en la Historia del Arte, con lo que se fortalece la enseñanza académica de nuestra Alma Máter.
En lo que hasta hace unos tres años fue el páramo de Tlalixtaite, en las inmediaciones de Zumpango del Río, al norte de Chilpancingo, los generosos comuneros del municipio de “Eduardo Neri” -¡tenía que ser Eduardo Neri!- se desprendieron de 25 hectáreas de terreno para la construcción de la escuela de artes.
Con cámaras y micrófonos estuvimos en el evento cuando era rector de la UAG el doctor Arrizon. Fue una mañana tranquila con el milagroso obsequio de la naturaleza: No hubo el calor sofocante acostumbrado y se dieron cita en ese paraje los universitarios con los comuneros.
Ahí saludamos al primer director que ha tenido la escuela universitaria de Artes, el maestro Francisco Arzola Jaramillo, enjundioso artista y quien es director pionero en la institución, seguido ahora por la distinguida maestra Olivia Elizabeth Álvarez Montalbán, de buen temple y talante, para bien dirigir la institución.
Era la mañana del 25 de marzo del 2012 cuando conocimos detalles de la escuela que tenía ya un año funcionando como institución peregrina, porque en ese entonces y como hasta la fecha, aún no se le ha entregado inmueble propio. Se supone que en esas también exquisitas artes andan empeñosos los constructores. Tal vez no tarden mucho. Tal vez…
La ceremonia se realizó en las instalaciones de la escuela Preparatoria der Zumpango y ahí se llevó a cabo de la firma del documento por el cual a la Universidad Autónoma de Guerrero, se le hicieron entrega de 25 hectáreas, por parte de Bienes Comunales de Zumpango.
En opinión del maestro Arzola, “esto significa el crecimiento de una institución; estamos apostando al futuro; estamos apostando a que la enseñanza se abra más y tengamos muchos universitarios dentro de nuestras aulas”.
El evento en el que participaron los comuneros, el presidente municipal y las autoridades universitarias así como la representación del gobernador, fue con el fin de celebrar un acto oficial donde se hizo la donación de 25 hectáreas para la Universidad Autónoma de Guerrero en el contexto de crear La Ciudad de la Ciencia y el Arte, dijo el maestro Francisco Arzola Jaramillo.
La primera construcción está dedicada a la Escuela de Artes. “Tenemos el recurso de la federación, aprobado el proyecto y estamos caminando con la inscripción de 33 alumnos, que es la primera generación; son los pioneros, los que están fundando esta escuela.
“Esperamos que para el 2015, sean 400 alumnos, mínimo y que se vaya incrementando y que se vayan integrando muchos. Nuestro sueño es que sean mil o dos mil o tres mil estudiando arte, porque en la medida que haya más universitarios estudiando artes, más posibilidad habrá de desarrollo cultural en nuestra población, en nuestro México.
“Nos hacen falta muchos profesionistas preparados y de buen nivel que asuman la tarea. Yo les digo a los alumnos que la tarea más importante y la misión que tenemos nosotros como gente del arte, es hacer que la gente goce, disfrute, sienta ganas de vivir. Esa es la misión del arte. Le apuesta a la vida, al goce, a la risa, al entusiasmo, al optimismo.
“Tu vez estos cuadros (de una exposición pictórica ahí instalada) y te dan goce, te llenan, te dan satisfacción, lo que otros le llaman la estética. Sí, la estética que es el goce por la vida; el goce de la contemplación, el goce de escuchar música, el goce de observar a alguien representar y que te dé una enseñanza, que lo ves bailar.
“Todo esto, finalmente, ha sido el sueño de muchas generaciones, desde antes que fuera Colegio del Estado. Finalmente la universidad, con nuestro rector, el doctor Ascencio ya logró esto: Dar el primer paso. Esperamos inaugurar el edificio dentro de ocho meses (ya pasaron tres años y…¡de edificio… Nada!), para que tengamos unas aulas dignas y unas instalaciones dignas, creo que la universidad se las merece”.
La carrera se llama Licenciatura en Artes y corresponde a un programa para construcción y equipamiento, que en ese entonces llegaba a 29 millones de pesos. En ese tiempo que hicimos la entrevista, ya se habían entregado a la UAG 15 millones de pesos, el dinero lo dio la federación y al gobierno del estado le tocaba poner otra parte. Un peso das tú y otro doy yo.
El gobernador de la época se comprometió a dar 70 millones esperanzas posiblemente, porque de dinero, nada, para la construcción del estadio. (Que nadie se ría, por favor, pero no cumplió).
Los primeros maestros que impartieron sus conocimientos lo hicieron sin cobrar nada a la universidad. “Vivimos rodeados de la nada, de la nada. Lo que volteemos es la invención. ¿Qué quiere decir la invención? El arte, el arte de vivir, el arte de amar. Los poetas antiguos hablaban del que se inventa a sí mismo: Moyocoyani (en náhuatl): Aquél que se creó a sí mismo; “Señor que se crea o inventa a sí mismo mediante su propio pensamiento”.
Nosotros nos inventamos a sí mismo, estamos inventando una escuela.
Soledad Ruiz, hace un año que se nos fue pero fue mi maestra, es quien hizo el papel de hechicera en la película de Zapata, nos dejó una enseñanza enorme, me formó, siempre nos inculcó la importancia de ser impecables: Si te tiran un rayo, hazte a un lado.
Vamos a crear cosas que no se han hecho, no tiene caso hacer cosas que ya se han hecho.
La misión del arte es crear cosas nuevas, otras cosas, pero siempre para alentar la convivencia entre el ser humano.
Eso es lo más importante, que tengamos espacios para convivir. Este es un espacio que se está generando donde va a convivir la comunidad.
Y qué bueno, porque en la reunión que tuvimos con los comuneros, yo los vi con mucho entusiasmo, porque le están apostando al futuro. Se dan cuenta que no están desprendiéndose de nada, le están ganando, están portando, que eso es lo importante porque finalmente no nos llevamos nada.
¿Qué nos podemos llevar?
A lo mejor, la obra que hicimos como recuerdo; la satisfacción de haber hecho algo”.
Francisco Arzola Jaramillo nació en el municipio de Coyuca de Catalán, el 2 de diciembre de 1957.
Tomás Arzola Nájera y Juanita Jaramillo Sandoval fueron sus padres. El papá murió de 90 y tantos años, “y mi mamá vive en Acapulco.
De padre y madre somos tres hermanos, y de mi papá yo le decía que se dedicó a poblar Tierra Caliente; tengo bastantes medios hermanos, pero para mí son mis hermanos”.
Es esposa del maestro Arzola es la señora Sandra Luz, padres de una niña muy linda: Luz Aléida, que en la actualidad debe tener 9 años de edad.
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