COLUMNA
Destiempo
Francisco Rangel
--¿Se quebró el estado de Guerrero o su gobernador sustituto?
Para dar más pena ajena nada mejor que las afirmaciones del gobernador sustituto, Salvador Rogelio Ortega Martínez, en el sentido de que debido a los pagos al magisterio en lucha se ha descalabrado las finanzas públicas y se debe de declarar la quiebra del estado de Guerrero o se debe adelantar la toma de posesión del gobernador electo Héctor Astudillo Flores, porque el ya no aguanta el paquete que le encomendaron.
Echarle la pelota al que viene contraviene las formas y las normas que impone la constitución estatal y la constitución federal, los tiempos adelantados no solucionarán la impericia del manejo del dinero en el gobierno estatal y menos cuando hay aviadores y parientes incrustados en la nómina del gobierno de Ortega Martínez, ni los excesos que haya cometido con lo poco que le dejara Ángel Heladio Aguirre Rivero en su salida improvisada con un presupuesto cercano a los 45 mil millones de pesos.
Es evidente que no hubo obras públicas de beneficio en el pasado gobierno perredista de Aguirre, ni mucho menos en el gobierno de Ortega Martínez. Tampoco se ayudó a los damnificados por los desastres naturales, pese a la ayuda del gobierno federal, muchos siguen sin casas o sin los apoyos ofrecidos por todos los gobiernos. Y de la inseguridad ni se diga, no gastaron nada en devolver la calma y la paz a los ciudadanos, los crímenes siguen ocurriendo todos los días en las principales ciudades de la entidad, ni en otras partes.
La petición del gobernador sustituto Salvador Rogelio Ortega Martínez a los miembros del Congreso de la Unión en una reunión convocada Segunda Mesa de Diálogo Intergubernamental en Materia Educativa, convocada por la Segunda Comisión de la Permanente, deja ver su miedo y su incapacidad para cumplir lo que prometió de concertar y dialogar con el magisterio guerrerense, ante el anuncio previo del gobierno federal de retomar la rectoría del Estado en materia educativa, como lo acaba de anunciar en el vecino estado de Oaxaca.
¿Se quebró el gobernador Ortega Martínez ante la presión de los legisladores federales que llamaron a comparecer a su homólogo de Oaxaca, Gabino Cué Monteagudo, quien tuvo que apechugar la petición de la SEP para poner orden a la sección 22 del CNTE y ahora le aplicaron lo mismo a don Roger?
Por eso quiere tirar el arpa antes de tocar la melodía de “Las golondrinas” cuando se vaya. Cosa que en sí a la gente no le molestaría porque ha demostrado su falta de capacidad política y peor aún su ausencia de gobernabilidad, que a la mejor se lo agradecerán. Él lo sabe, pero además le quiere aventar la pelota a Astudillo para que el que quede mal sea el nuevo gobernante y enfrentarlo a los maestros de la CETEG.
Hay que dejarle los problemas al que llega, porque don Rogelio no tuvo la capacidad política negociadora necesaria, pues no es lo mismo vociferar desde los grupos subversivos, de la aristocracia de izquierda empotrada en el nicho de comodidad de la UAG, que demostrar capacidad de gobernar. Pues dicen que no gobierna ni en su casa.
Hemos perdido el tiempo en este gobierno sustituto que no se acaba de quebrar, se quebró desde un principio, pues nada resolvió ni calmó a quienes querían desestabilizar al estado de Guerrero, quienes no quieren el progreso, quienes se aprovechan de la falta de gobierno, leyes, justicia y que aprovechar este mar de impunidad que agitado no ha puesto en la cárcel a muchos, que no se quieren hacer responsables de sus actos.
Pero alguien dijo: “en la política hay tiempos y formas” y hay que cumplir con eso. Así que en vez de quejarse o aventar el cargo, que el señor Salvador Rogelio Ortega Martínez se ponga a trabajar y en vez de ponerse en evidencia y desprestigiar más al estado de Guerrero, que trate con quien tenga que tratar para que le den recursos financieros y los aplique en resolver lo urgente de Guerrero.
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