COLUMNA
¿Y los comisionados, cuando apá?
Apolinar Castrejón Marino
En el Estado de Guerrero, la sección XIV del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Educación (SNTE), tiene derecho a retirar de sus labores docentes a 110 profesores, para emplearlos como “comisionados” en labores gremiales. Así lo establecen los estatutos de esa organización gremial.
El mismo derecho se abroga la Coordinadora de Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE). Pero, en la práctica, el SNTE ha sacado de las aulas a 1500 profesores, y la CNTE a 850, lo cual hace una cantidad de 2 350 trabajadores que cobran como docentes, pero no dan clases. Se encuentran agazapados en los ayuntamientos, las cooperativas, las bibliotecas, o de plano, son “aviadores”.
Los “maestros” dicen estar inconformes con la reforma educativa, porque atenta contras sus derechos. Sus expresiones son: “La mal llamada reforma educativa”, y aseguran que su objetivo es quitarles sus conquistas sindicales, pasando sobre sus derechos humanos.
Pero, la definición de derecho para los maestros es una cosa inexacta, ambigua y retorcida, por ello, recurrimos al buen juicio de quienes nos leen, para saber cuáles son estos “derechos”. Le pedimos que haga este ejercicio con nosotros.
Hicimos una lista de las incidencias que observamos en el gremio magisterial, y que están a la vista. Le pedimos que consiga un lápiz, y con él le ponga una palomita a la variable que considere que es un derecho, y una tacha a la variable que considere que no lo es:
Heredar o vender sus plazas.
Disfrutar de plazas dobles, con horarios compactados.
Trabajar en dos centros distintos, aunque haya incompatibilidad de horarios.
Cobrar categorías elevadas, sin siquiera tener el perfil académico necesario.
Cobrar 90 días de aguinaldo.
Cobrar con 80 % de sobresueldo.
Participar en cursos de actualización, solo si son pagados.
Haber obtenido plazas que no tenían techo presupuestal.
Realizar suspensiones de labores, fuera del calendario oficial.
Disfrutar 2 periodos de vacaciones.
No realizar actividades cívicas.
Cobrar bonos e incentivos.
Desconocimiento de materias básicas para la enseñanza de la lectura y escritura.
Si anotó usted más tachas que palomitas, estará de acuerdo con nosotros que los derechos de los “maestros” no son afectados, pero que si tendrán que renunciar a sus privilegios ¿Nos acompaña a desglosarlos?
La inconveniencia de que hereden o vendan sus plazas, es porque no son un patrimonio familiar, sino una oferta que hace el Estado Mexicano a quienes cursan una carrera en las escuelas normales. Es fácil comprobar que muchos de los jóvenes “maestros” que recibieron sus plazas en herencia, no tienen estudios profesionales.
De manera tramposa, muchos maestros y maestras han conseguido más de una plaza, pero como es muy cansado trabajar 2 turnos, hicieron más trampas, para conseguir que el horario de su segunda plaza sea solo de una hora.
Es muy frecuente que los alumnos se queden sin clase o pierdan una o 2 horas, porque el maestro no llega de su otra escuela que se ubica un tanto lejos.
Muchas “maestras”, cobran categorías elevadas, sin siquiera tener el perfil académico necesario, nada más porque son nalgonas. O porque con todo oportunismo, que laboran en las oficinas de la Secretaría de Educación, o en las oficinas del sindicato, cuando ven llegar las re categorizaciones, o las promociones escalafonarias que serían para los verdaderos maestros, se las agandallan, y quienes de verdad se las merecen, nunca se enteran.
La constitución política y la ley general del trabajo, establecen la prestación llamada aguinaldo, que consiste en recibir cada fin de año, 40 días de salario, sin descuentos. Inexplicablemente, en el estado de Guerrero los “maestros” cobran 90 días. por falta de espacio, “háy le dejamos” por ahora.
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