PRIMERA PLANA

Cesan al jefe del departamento

de armas, sin aparente motivo 

Arquímidez Alcaraz Garzón.—Debido a que no obedecía instrucciones para realizar movimientos turbios que favorecieran a las amistades “extrañas” que tiene el  Fiscal General del Estado de Guerrero (FGE), Miguel Angel Godínez Muñoz, el martes 12 de mayo ordenó un cese fulminante del jefe del departamento de armas, municiones y explosivos de la dependencia, Juan de Dios Cruz Rodríguez.

Cuando este reportero realizaba un recorrido por los pasillos de la Fiscalía General del estado, fue abordado por un grupo de policías ministeriales que solicitaron el anonimato, de quienes recibió esta y otras inconformidades de las que están sucediendo desde el arribo de Godínez Muñoz.

El capitán retirado del ejército mexicano, lo llamaron al despacho del Fiscal General en donde le notificaron personalmente de que estaba removido del Departamento de Armas, Municiones y Explosivos de la dependencia estatal.

Ahí mismo le informaron que el movimiento porque está relacionado con el grupo criminal   “Cartel Independiente de Acapulco (CIDA)”, al que le dotaba de armas, municione y chalecos antibalas, pero sin que presentaran pruebas de esa temeraria acusación.

También se sabe que el militar retirado tiene a su hermana María de Lourdes Cruz Rodríguez, laborando como comandante en jefe del grupo antisecuestros en el puerto de Acapulco, quien ha sido cuestionada a través de mantas como colaboradora del CIDA y al parecer por ahí lo quieren vincular con hechos delictivos.

Sin embargo el ahora cesado funcionario llevaba cuatro años encargado del departamento, nunca había tenido problemas con nadie, y sin elementos de prueba de que esté vinculado con el crimen organizado, menos, según dicen sus compañeros de trabajo.

Tras ser notificado de su remoción de manera verbal, porque no hubo un documento de por medio, en su lugar se quedó como encargado del departamento un tal Margarito, quien  desde hace 15 años ha sido el armero de la ahora Fiscalía General del estado.

El empleado encargado goza de buena reputación entre  el gremio policial, porque durante sus años de servicio le ha tocado reparar toda clase de armas a cargo de la Policía Ministerial del estado, y no ha tenido un mal comportamiento, ni reporte que ponga entredicho su honorabilidad.