COLUMNA
Cosmos
Héctor Contreras Organista
Chilpancingo, la capital más fea del país
Uno, como no conoce muchos lugares bonitos o feos y siempre ha vivido aquí y casi nunca sale de Chilpancingo y como nació aquí, piensa y supone y/o sospecha que la nuestra es la ciudad más bonita del mundo, o al menos, una de las más bonitas.
Pero los que han viajado y conocen muchos lugares, aseguran que Chilpancingo es la ciudad capital más fea, abandonada, triste y empobrecida de todo el país, la más sucia, la más puerca, la más insegura, a la que le falta agua, recolección de basura, calles pavimentadas y amplias con banquetas para que la gente pueda caminar con seguridad sin riesgo de ser atropellada.
Dicen que Chilpancingo, aparte de sucia, es la anarquía pura donde se ve que no existen autoridades y que si las hay, no trabajan o no funcionan y que Chilpancingo como capital de estado es asquerosa y que por eso el gobierno estatal todos los eventos importantes que realiza los hace en Acapulco, donde debería ser la sede de los poderes y no Chilpancingo.
Ya mucha gente le aplaude al gobernador Rogelio Ortega de que haya ordenado que desaparezca “Casa Guerrero” o la residencia de “Los Eucaliptos” que se construyó en el gobierno de Rubén Figueroa Figueroa y que sirvió como sede faraónica a varios gobernadores hasta que los profes de la ceteg le prendieron lumbre a las puertas y el actual gobernador ordenó su cierre para que se convierta en Casa de la Cultura, aunque sabido es que la actividad menos apoyada en Guerrero por el gobierno es precisamente la cultura.
Si tiene que ser Acapulco la capital del estado, hasta se están tardando, dice mucha gente y lo dicen porque piensan que en la capital del estado y frente al palacio de gobierno es donde deben ir a hacer sus mitotes todos los protestantes, de esa manera Chilpancingo, al no ser ya la capital, se libraría de tantas agresiones que ha sufrido como en la actualidad que está tomado el centro de la ciudad y las familias chilpancingueñas no pueden disfrutar de su único espacio de convivencia.
Chilpancingo, dicen los que conocen otras ciudades, carece de espacios deportivos dignos y ponen como ejemplo las canchas de la universidad autónoma de Guerrero que están abandonadas, sin que ofrezcan instalaciones adecuadas para los universitarios mientras que el rector se anda dando publicidad de que la UAG firma convenios con Yale, Oxford y otras universidades y presume que hay aquí los mejores deportistas pero ¡no hay instalaciones deportivas adecuadas! El rectorcito es candil de la calle y oscuridad de su universiagro, dicen.
Lo mismo ocurre con las instalaciones del crea o casa de la juventud. Y Chilpancingo carece de seguridad pública, y hay robos a todas horas en el mismo centro de la ciudad, cuenta con unas asquerosas instalaciones de la cruz roja, hospitales con pésimo servicio, bancos con desatenciones a la clientela y sobre todo a los jubilados, los mercados son lo más parecido a los chiqueros de los marranos… Y, no hay nomenclatura adecuada; es un gran lío localizar un domicilio. Y eso lo puede corregir el ayuntamiento patrocinado por una empresa… Pues, sí: ¡Este es nuestro Chilpancingo!
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