COLUMNA
Cosmos
Héctor Contreras Organista
Chilpancingo, la capital más fea del país (2)
-Chilpancingo, visto en epigrama por el poeta colombiano Porfirio Barba Jacob:
“Agua, no hay.
Luz, nada.
Callejones con cagada,
una bola de borrachos
y un aire de la chingada…”
Los conocedores de la política y sus caóticos derivados aseguran que el problema para surtir de agua a Chilpancingo ha servido desde tiempos inmemoriales de “bandera” a quienes quieren ser presidentes municipales, diputados, senadores, gobernador o presidente de la república.
En campaña política, desde siempre, al dirigirse a la ciudadanía de la capital del estado ofrecen lo mismo: “Ahora sí vamos a solucionar el problema del agua para Chilpancingo”, cantaleta del mismo cliché y muy conocida entre los paisanos. Quien de esperanza vive, de esperanza muere.
Está científicamente comprobado que en el subsuelo de Chilpancingo hay agua en abundancia. Si no fuera así, ¿cómo, entonces, es que la ciudadanía tiene agua todos los días del año y satisface sus muy apremiantes necesidades con el vital líquido?
“¡No hay agua… no hay agua!”, clamamos. No hay agua porque no llega a la toma domiciliaria y CAPACH cobra y cobra… Y si no pagas te “cortan el agua”, ¿de risa no? Y si sigues sin pagar te cancelan el servicio de drenaje: ¡Quédate con tu cagada!... ¿La capital que todos queremos?
¿Y Derechos Humanos? ¿Y el Tribunal de lo Contencioso Administrativo? ¿Y las promesas de los políticos? ¿Y los partidos políticos? ¿Y el alcalde que ofreció agua en campaña? ¿Y los regidores, síndicos y diputados, y los senadores y el presidente de la república que dijo que… ¡Ahora sí habrá agua!?...¿Y la santa madre iglesia que da de beber al sediento?
No hay agua en las tomas domiciliarias, pero abunda en las pipas. Todo el año suben y bajan por la ciudad haciendo sonar sus motores cuando surten en algún domicilio. Entonces, resulta que sí hay agua en Chilpancingo… pero “sólo” en pipas….¡Negociazo de los políticos!: Políticos y Piperos.
No proporcionan el agua entubada que vende CAPACH, pero sí la venden en pipas, y más atole con el dedo al pueblo con su canción: “¡No hay agua y se necesitan miles de millones de pesos para resolver el problema!”
Se rumoró hace años que hubo un alcalde que desentrañó el misterio de la falta de agua para Chilpancingo: Pretendió concesionar a una compañía de españoles el surto de agua para la ciudad. Como no lo logró, echó a funcionar una flotilla de pipas que después vendió a precio de oro.
¿Cuánto se iba a ganar por “la concesión” a los peninsulares? Y tengamos todos por seguro que los españoles sí iban a encontrar la manera de solucionar el problema del agua en la ciudad e iban a ganar un dineral, dinero compartido con el alcalde, obvio. Al fin, negocio si hubo, y del bueno.
Hay agua en abundancia en el subsuelo y eso lo saben miles de vecinos. Las pipas se surten de agua en Petaquillas o en manantiales locales: ¡Ahí está el agua!, pero los políticos se hacen que no saben. Cándido Nava, brillante ex deportista dice que si le dan una corta, les dice dónde hay mucha agua.
Ahí en el centro de la ciudad, donde se localiza el edificio Álvarez, sede de la Secretaría de Finanzas, abunda el agua. En parte, de ahí se surtía Chilpancingo a mediados del siglo pasado y se distribuía entubada entre los vecinos: Agua limpia, buena, pero… ¿No hay agua en Chilpancingo?
Tal vez tenga razón la gente que dice que los políticos toman como bandera negociable el asunto del agua cuando andan en campaña. En varios puntos de los barrios san Mateo, san Antonio y san Francisco, abunda en el agua en el subsuelo. Mucha gente se surte de agua en pozos particulares.
¿Tendrán la culpa los políticos en darnos no agua si no atole con el dedo a los chilpancingueños? A lo mejor -¡O a lo peor!- la culpa es nuestra por creer a esos “salvadores” de la patria en todas las falsedades, mentirijillas y farsas que inventan. “¡No tiene la culpa el indio sino el que lo hace compadre!”
Algunas personas son víctimas ¡todavía!, de esos farsantes que regalan despensas, láminas de cartón y cualquier chuchería para obtener el voto y encaramarse en el poder como changos -¡con perdón de mi querido compadre Juanito Cervantes!- y brincan de una liana a otra…y a otra.
Y así nos siguen robando, exprimiendo, engañando y nosotros: ¡Clap…clap…clap!, aplaudiendo porque se burlen del pueblo, de nosotros a más no poder: Ora son alcaldes, ora diputados, ora senadores, ora gobernador, Ora Pro Nobis…
¿Hasta cuándo?
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