ARTICULO

Evocación de mi padre en
el LXXXVI de su natalicio


César González Guerrero
Envío un saludo a todos los trabajadores de la construcción, al conmemorar el Día de la Santa Cruz.
El pasado 3 de mayo, mi padre cumpliría 86 años de vida, pero no es así, lamentablemente desapareció físicamente el 6 de septiembre  del 2013 y, es por ello que, con este motivo, hoy evocaré algunas de sus vivencias que impactaron mi desarrollo personal. Sin duda, también de mis herman@s. Este es mi homenaje y mi reconocimiento póstumo.

Debo señalar, en primer lugar que, no obstante los 19 meses de ausencia física transcurridos, aún conservo su imagen, sus gestos, actitudes, acciones y expresiones, orales y escritas, que caracterizaron su relación conmigo, como hijo y como amigo. Es algo extraordinario que jamás se podrá olvidar, al menos en mi memoria están gravadas y, en este marco, modestamente, me permito compartir con mis lectores, familiares y amistades.
Solo basta mencionar que, uno de los detalles es respecto a la responsabilidad que, desde un principio, demostró como padre, al “echarme” al estudio (inscribirme) en el “kínder” de mi tierra Copala,  en el año 1959, a la edad de 5 años en donde, por primera vez, conocí qué era un@ maestr@. Lamento mucho no recordar sus nombres pero sí recuerdo un par de ancianos, hombre y mujer,  ya pintando canas y, posteriormente, a mí estimada maestra que aún vive,  gracias a Dios, Petrita Figueroa Galeana y, por fortuna, conservo una histórica fotografía. 
Obviamente, eso fue el inicio de una vida llena de sacrificios y carencias, hasta egresar de la legendaria Escuela Superior de Economía, del glorioso Instituto Politécnico Nacional, en el año 1977 y, en donde años más tarde, el 18 de marzo de 1980, presento mi examen recepcional y, en base al resultado, se me otorga el Título de Licenciado en Economía, por cierto en este evento, me acompañaron mis orgullosos padres, al igual que otros apreciables amigos de mi padre, como el señor Pompeyo Clemente Céspedes, Don Leonardo Fosado (QEPD) acompañado de uno de sus hijos, también mi paisano, amigo y colega José Inés Ventura Flores, mi hermano Luis Javier, mi esposa Dora María y mi pequeña hija Doris Iliana. Con mucha gratitud conservo esta histórica fotografía.
Un detalle más que me agrada recordar es la fortaleza física de mi padre que, desde luego, me impactó en mis primeros años, entre  los 6 y 12 años de edad que estuve acompañándolo, junto con mi hermano Javier, en las actividades del campo, trabajando todos los días en los terrenos de  El Carrizo, en la semana por las tardes y los sábados y domingos todo el día. Claro, ahora recuerdo como sus fuertes brazos lanzaban el machete, sostenía el arado, la tarecua y todo aquel utensilio necesario para desarrollar trabajos para hacer producir la tierra. Eso era todo lo que un pequeño como yo necesitaba para aprender que esta vida, está llena de esfuerzos pero también de voluntad para salir adelante. Gracias a mi padre  por tantas enseñanzas.
Un detalle más, y que por falta de espacio ya no puedo continuar comentando hasta, quizá, en otra colaboración, se refiere a la actitud inteligente, positiva, serena y humilde, mostrada por mi padre en los momentos difíciles de la vida; no está registrada en mi memoria ninguna actitud de prepotencia, soberbia o abusiva, mucho menos la desesperación que, en ocasiones, muestran debilidad o falta de ánimo, al contrario, siempre observé la decisión de seguir adelante, luchando a pesar de todos los contratiempos, para él no hubo obstáculos, tampoco hubo pretextos para no hacer realidad sus sueños. Eso se asimila y ayuda a fortalecer el espíritu de trabajo, más si se trata de servir al pueblo. Es una herencia que vale más que algo material.
Al evocar estos gratos recuerdos, vale la pena expresar, no solo el agradecimiento a sus amig@s, sino también destacar la lealtad y solidaridad de ellos para con mi padre, a quienes ya no están en este momento mi gratitud eterna y a quienes aún viven, mis respetos y bendiciones. Honor a quien honor merece. Hoy no expreso mis felicitaciones a mi padre, por la fecha de su nacimiento, hoy me felicito por ser hijo de un Gran Padre. Hasta pronto.
El pasado domingo 3 de mayo del 2015, a las 12 horas, se realizó una misa para evocar el LXXXVI aniversario de su natalicio, en la Iglesia de San Juan Bautista de la ciudad de Copala, previamente, a las 8 horas am, se entonaron las mañanitas y se colocó una ofrenda floral ante el monumento que guarda sus restos en el Panteón Municipal. Se agradece la asistencia de familiares y amistades.

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