COLUMNA

El Alacrán


¡LAS BUENAS MUJERES HOGAREÑAS HAN QUEDADO EN EL PASADO!
Seguimos cochos, se acabaron las buenas mujeres hogareñas, ahora están de guevonas en la política, maestras, candidatas peleando  los distritos de las Diputaciones, y como perras asoleadas andan haciendo proselitismo en los mercados, en los barrios y colonias de la Capital. ¡IMAGINESE! 3 años de estar con las asentaderas rosadas reposando en su cubículo y con dinero,
que el presupuesto le dota para ayudar a su distrito como son calles, escuelas,  jardines de niños, mercados y la gente necesitada que habita ese Distrito. Que a fin de cuentas se hacen pendejas y se quedan con el dinero esto gozándolo como 2 años y 6 meses. Porque los otros 6 meses  que le queda de su legislación los utilizara para brincar como ¡CHANGA! En buscar otro puesto ya sea de Presidenta Municipal, de Diputada Federal, el chiste es seguir mamando “GRATIS” dinero por parte del erario público. Seguimos cochos pendejos, porque existen hombres, que hasta el mocoso van cargando por las calles y la vieja atrás, ¡SE HAN CAMBIADO LOS PAPELES! Cochos Pendejos, ahora las viejas se levantan de la cama todas ¡LAGAÑOSAS! con los pelos de la cabeza alborotada y de la boca un olor fétido, sin lavarse las manos y con olores a espermas le dan de desayunar al Cocho Pendejo, un desayuno que puede ser de días, el cocho pendejo se despide de su mujer, con un flamante beso con olor a Fierro podrido, este nomas traspasa la puerta la vieja sin bañarse bota por allá  la bata agujereada por la parte delantera  de tanto sexo que tiene que ni tiempo le da de sacársela y ella ¡ARRECHA! chingue a su madre la bata al fin ya esta vieja, se pone sus pantalones vaqueros entallados  pelando con ellos porque están muy estrechos, que al fin ¡UF! Ya entraron una blusita “CACHONDA” para que los culeros hombres de rabo verde se den un Quemón, lista, lista  sale rezando de su casa y pidiéndole  a Dios ¡No te olvides de mi! Diosito Mándame un chocho ¡PENDEJO! Para que a mi amiga y a mí nos dispare un buen desayuno y  me lleve al  cinco Letras claro está dejando una buen billuyo, ándale Diosito y te prometo rezarte un Padre Nuestro, el tiempo, pasa y pasa y después de unas horas, se encuentra a esta señora comprando la comida para su esposos llevando en la mano unos buenos Billetes en la Mano.
Los Quiere Cecilio. 

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