PRIMERA PLANA
Seis dudas de la verdad
histórica de Ayotzinapa
Paris Alejandro Salazar.--“La verdad histórica” sobre la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa que presentó la Procuraduría General de la República (PGR) el 27 de enero de 2015 contiene inconsistencias en peritajes, evidencias y declaraciones de los detenidos.
El relato de la reconstrucción de hechos leído por el titular de la PGR, Jesús Murillo Karam, y el jefe de la Agencia Criminal, Tomás Zerón de Lucio, no coincide con las declaraciones de los detenidos; la hora en que habrían sido quemados los normalistas difiere de la confesión de unos de los autores materiales; el reconocimiento del procurador de que los forenses argentinos no participaron en el hallazgo de los restos en el basurero de Cocula y en los márgenes del río San Juan; además existen testimonios que indican que el Ejército si pudo enterarse del ataque armado que sufrieron los normalistas.
A partir de las declaraciones y testimonios La Silla Rota encontró 6 elementos que no concuerdan en la investigación de la PGR.
I. Restos óseos en el basurero de Cocula
La única evidencia que une los restos óseos encontrados por la PGR en los márgenes del río San Juan y en el basurero de Cocula es esencialmente testimonial.
El Equipo Argentino de Antropología Forense aseguró en un comunicado en diciembre de 2014 “que no fue testigo del hallazgo del fragmento que culminó en la identificación” de Alexander Mora Venancio, sino que lo proporcionó la propia PGR.
Los expertos argentinos señalaron que fueron convocados “por la PGR al lugar cuando ya se encontraba la bolsa de restos abierta y la muestra en cuestión ya se encontraba junto con otras sobre un área de limpieza”.
Y afirmaron que “no hay suficiente certidumbre científica o evidencia física de que los restos recuperados en el río San Juan por peritos de PGR y en parte por el EAAF, correspondan a aquellos retirados del basurero de Cocula, como indicaron los inculpados por PGR”.
En la conferencia de prensa del 27 de enero de 2014, el procurador Jesús Murillo Karam reconoció que no sabía si los forenses argentinos participaron o no en el hallazgo de los restos óseos, y afirmó que sólo estuvieron en las videoconferencias para decidir qué evidencia se enviaba a la Universidad de Innsbruck.
“Tengo los videos de las videoconferencias donde están determinando con los laboratorios y determinando cuáles son los restos, de muchísimos, cuáles son los que mejores condiciones tienen. Yo no sé si habrán llegado antes o no, aquí están los peritos que podrían decirlo, al río en el momento que ya habían sacado las bolsas o no, no sé si lo habrán hecho o no, no podría afirmarlo, lo que sí sé es que había un número enorme de peritos y para mí son también muy respetables los peritos de la procuraduría y los mexicanos”, explicó el procurador.
Y apuntó que 120 personas de distintas dependencias de gobierno estuvieron presentes en el hallazgo de los restos, pero no los forenses argentinos, “si tal vez no estuvieron en el momento que se hallaron las bolsas y dicen que no estuvieron, yo no puedo decir que no tengan razón, no sé, lo que sí puedo asegurarle es que a la hora de escoger los restos estaba la química, jefa de peritos nuestra y estaba la jefa del equipo de argentinos y están grabadas las videoconferencias donde se están determinando cuáles son las que más posibilidades tienen”.
II. ¿Quién dio la orden “El Gil”, “El Fercho”, José Luis Abarca o Sidronio Cassarubias?
Felipe Rodríguez Salgado “El Cepillo” o “El Terco” es el detenido clave en la investigación de la PGR porque sus confesiones corroboran la versión de que los normalistas fueron secuestrados, asesinados, quemados y arrojadas sus cenizas al río San Juan.
Sin embargo, el mismo 27 de enero de 2015 durante la conferencia de prensa un extracto de la declaración de “El Terco” que expuso Tomás Zerón de Lucio no coincide con la del propio inculpado difundida en video.
Otro ingrediente de duda es que una declaración hecha el 7 noviembre de 2014, donde el procurador Murillo Karam aseguró que las órdenes se secuestrar, asesinar y calcinar a los estudiantes las dieron José Luis Abarca, ex presidente municipal de Iguala y Sidronio Casarrubias, uno de los líderes de Guerreros Unidos.
El director de la Agencia de Investigación Criminal señaló que “El Gil” dio la orden de recoger las cenizas para tirarlas al río; mientras que “El Terco” relató que recibió la instrucción de “El Fercho”.
Zerón de Lucio indicó:
“Extracto de la declaración ministerial del detenido, firmada ante la presencia de su defensor:
“...me dan la orden de Gil que fuera a recoger las cenizas para tirarlas en el río, por lo que ordene al Pato que fuera a comprar unas bolsas de plástico y nos regresamos al basurero a recoger las cenizas con una pala que llevaba en la camioneta estaquitas y recogimos la ceniza y la echamos en las bolsas y entre CHEQUEL, WEREKE, WASA, PATO, PRIMO, y el de la voz, fuimos a tirar las bolsas al río San Juan...” Fin de la cita.
Por su parte, Felipe Rodríguez Salgado “El Terco”, en el video de su declaración afirmó que:
“…de ahí recibo otra llamada, mensaje, que me dicen que juntara las cenizas. -¿Quién le habla? Le pregunta un agente de la PGR- El Fercho me dice que juntara las cenizas, y de ahí este, las llevara a para el tirar al río, donde ahí fui y junte las cenizas con palas y ya de ahí las juntamos y las fuimos a tirar. -¿Quiénes estaban ahí metiendo las cenizas? Cuestiona la agente- Estaba El Duvalin, El Wereke y El Wasa, El Pato, El Jona, estaba yo, El Chereje, uno que le Bimbo y otro chavo y el otro no sé cómo le dicen, ya nomás llegamos a un río que se llama San Juan y ahí los tiramos”.
En este testimonio también se puede apreciar cómo cambia la narrativa del detenido de una declaración ministerial a otra, en la versión leída dice “el de la voz” y en el video indica “estaba yo”.
Además en la declaración ministerial leída por Zerón de Lucio participan menos personas integrantes recogiendo cenizas que en el video difundido por la PGR, el funcionario leyó seis apodos y el implicado señaló a nueve, es decir, que al funcionario federal o la declaración ministerial les faltaron incluir a El Duvali, El Bimbo y “otro chavo”.
En la conferencia de prensa del 7 de noviembre se preguntó directamente al procurador quién dio la orden de aprehender, asesinar e incinerar a los normalistas de Ayotzinapa y respondió que José Luis Abarca, ex presidente municipal de Iguala y Sidronio Casarrubias, uno de los líderes de Guerreros Unidos.
“Hay dos (órdenes) claras, una del presidente municipal cuando por radio se transmite su orden, no es una orden de secuestrar ni de matar pero es una orden clara de actuar en ese sentido, y la otra cuando se le avisa al jefe del grupo este de Guerreros Unidos (Sidronio Casarrubias) de lo que está sucediendo y el da su aval para que, entre comillas lo digo, no invadan su territorio”, aseguró.
III. ¿Quién hizo las ‘entrevistas’ o los interrogatorios?
En el relato de los hechos que hizo Tomás Zerón de Lucio el 27 de enero de 2015 no dejó claro quién realizó las “entrevistas” o los “interrogatorios” a los normalistas en el basurero de Cocula, en un momento señaló a Felipe Rodríguez Salgado “El Cepillo” o “El Terco” y en la lectura de la declaración ministerial de este presunto autor material indica que se lo encargaron a Patricio Reyes Landa “El Pato”.
“Esta detención (la de “El Cepillo”) ha sido clave dentro de la investigación, no solamente porque todos los testimonios lo señalan como quien dirigió la operación, conduciendo a las víctimas hasta el basurero, interrogándolas y dando la orden de ejecutarlas e incinerarlas; sino porque él mismo confiesa su participación, corroborando los hechos narrados previamente por sus cómplices”, indicó Zerón de Lucio.
Minutos después leyó un extracto de la declaración ministerial del Felipe Rodríguez Salgado “El Cepillo” o “El Terco” donde se contradice.
“Extracto de la declaración ministerial del detenido, firmada ante la presencia de su defensor:
“...llegando al basurero de Cocula bajamos a los estudiantes de la camioneta percatándome que unos ya estaban muertos creo que por asfixia, siendo los que iban hasta abajo y quedaban vivos aproximadamente de 15 a 18 estudiantes”.
“...le encargué al Pato que se hiciera cargo de todo, de entrevistas y de darles piso, y que destruyera todo, que quemara celulares y pertenencias de los detenidos ya que esa había sido la instrucción...”
“...el Pato ya había acostado a cuatro detenidos y les disparó en la nuca, con su arma corta...”. Fin de las citas”.
No es claro quién realizó los interrogatorios, Zerón de Lucio indica que fue “El Terco”, mientras en la declaración detenidos señala que se los encargaron a “El Pato”.
IV. Hora de incineración
El horario en el que los presuntos delincuentes habrían quemado los cuerpos de los 43 normalistas en el basurero de Cocula no concuerda con la declaración de uno de los autores materiales.
Durante la conferencia de prensa del 7 de noviembre de 2014, Jesús Murillo Karam, aseguró que “el fuego, según declaraciones, duró desde la media noche hasta aproximadamente las 14 horas del día siguiente, según uno de los detenidos y otro dice que hasta las 15 horas del día 27 de septiembre”.
Dicho que no concuerda con la declaración de uno de los presuntos autores materiales que participó en la muerte e incineración de los normalistas, la PGR presentó el video de la declartación de Agustín García Reyes “El Chereje”, quien relató que el Patricio Reyes Landa “El Pato” pasó por él a las 2 o 3 de la mañana.
“Pasaron como a las 2 de la mañana, dos o tres, yo estaba cuidando, nomás me dijeron súbete y me subía a la camioneta. Era una camioneta Nissan chica. Me dijo mi comandante Pato” para dirigirse al basurero de Cocula, indicó el presunto autor material.
Murillo Karam aseguró que se comenzó con la incineración de los cuerpos a la media noche, lo que no concuerda con la declaración ministerial de “El Chereje”, uno autor materiales y de los testimonios claves de la PGR para la reconstrucción de los hechos que afirmó que pasaron por él a las “2 de la mañana”.
En el relato y reconstrucción de los hechos realizada por otros de los autores materiales y difundida por la PGR, se dice que el basurero de Cocula estaba a 7 kilómetros, donde hicieron las “entrevistas”, asesinaron, prepararon el diesel y las piedras para la hoguera en la que incinerarían los restos de los jóvenes estudiantes, hechos en los que participó “El Chereje”, con lo que el fuego habría iniciado después de las 2 de la mañana y no a la media noche.
V. Hoguera en el basurero de Cocula
El 11 de diciembre de 2014 especialistas e investigadores de la UNAM y la UAM señalaron que la hipótesis de la PGR sobre la incineración de los 43 normalistas en el basurero de Cocula “es imposible de probar científicamente”.
“Si los cadáveres se hubiesen quemado con puras llantas, para reducirlos a los restos mostrados por la PGR, se hubiesen necesitado alrededor de 995 llantas de autos de pasajeros para cremar 43 cuerpos… Esta hipótesis implicaría no solo una columna de humo visible desde la ciudad de Cocula sino que dejaría de residuos charcos de llantas derretidas y casi mil rollos de alambre acero que en total pesarían 2.5 toneladas,”, indicaron.
Sin embargo, el procurador Murillo Karam aseguró que se generaron todas las condiciones en un área de 140 metros cuadrados para una hoguera que alcanzó una temperatura de mil 600 grados centígrados en un espacio abierto, por el tipo de topografía del lugar, los vientos dominantes del área y de las condiciones de la barranca se consiguió “un efecto óptimo en la oxigenación del fuego, lo que permitió la combustión por tiempo prolongado”.
“Una vez alcanzada la ignición, las llantas utilizadas alcanzaron hasta 1600 grados centígrados, dificultando que el fuego se extinguiera por medios mecánicos y prolongando su combustión.
“De acuerdo con las características físicas de los restos óseos y dentales localizados en el foco del incendio, se alcanzó a determinó que ese tipo de daño en esa parte de los huesos tuvo la necesidad de llegar a los 1600 grados”, precisó el funcionario federal.
Pero, ni Murillo Karam ni Zerón de Lucio tiene claro las características de la barranca en el basurero de Cocula, entre ellos se contradicen.
“El lugar de los hechos, conocido como Basurero de Cocula, se trata de una hondonada de 800 metros cuadrados de área afectada, con una pendiente de 60 grados, que alcanza en su punto más profundo, 40 metros”, aseguró el procurador.
Por su parte, Zerón de Lucio dijo que “el lugar de los hechos es una hondonada de 800 metros cuadrados, de área afectada y entre 20 y 30 metros de profundidad dependiendo del lugar de medición”.
Hay una diferencia entre de entre 10 y 20 metros entre la barranca de uno y otro funcionario federal en las declaraciones las hicieron el 27 de enero de 2015.
VI. Participación u omisión del Batallón 27
Jesús Murillo Karam aseguró que no hay elementos en la investigación para inculpar o presumir la participación de elementos del Batallón 27 del ejército mexicano en la desaparición y asesinato de los 43 normalistas.
El 27 de enero de 2015 el titular de la PGR señaló que “no hay una sola evidencia de que haya intervenido el Ejército, ni una sola, las mismas declaraciones de los que hoy dicen que el Ejército fue lo acusaban de omisión, las mismitas, no hay una sola, una sola, de la participación del Ejército, ni siquiera había un grupo”, dijo.
De acuerdo con versiones periodísticas, el 28 de septiembre el comandante del 27 batallón de infantería, coronel José Rodríguez Pérez, se entrevistó con un grupo de padres de los 43 normalistas desaparecidos, a quienes les aseguró que en el cuartel militar no sabían nada de los estudiantes.
Una fotografía en poder de La Silla Rota revela que el comandante del 27 batallón de infantería, coronel José Rodríguez Pérez, asistió el 26 de septiembre de 2014 al informe de DIF Iguala que encabezaba María de los Ángeles Pineda Villa, ya que aparece sentado junto a José Luis Abarca minutos antes del mitin.
Cuando terminó el informe de Pineda Villa, los estudiantes de Ayotzinapa ya se encontraban en Iguala a unas cuadras en la terminal de autobuses, además el primer enfrentamiento se registró a unos 100 metros del evento del DIF, por lo al regresar a su casa el coronel José Rodríguez Pérez pudo enterarse de la movilización de los estudiantes.
Además el titular de la Sedena, Salvador Cienfuegos, admitió ante la comisión especial de legisladores que investiga la desaparición de los normalistas que el entonces secretario de Seguridad Pública de Iguala, Felipe Flores Velázquez engañó a la comandancia del 27 batallón cuando ésta se comunicó para preguntarle si los policías municipales habían disparado contra los estudiantes la noche del 26 de septiembre, el cual respondió que “no”. Entonces el Ejército si supo que sucedía algo anormal en Iguala.
El 7 de noviembre de 2014, el procurador Jesús Murillo Karam dejó ver que el Ejército fue omiso y no salió la noche del 26 de septiembre a las calles de Iguala.
“El Ejército, como todos los ejércitos del mundo se mueve sólo con órdenes, y que bueno, nada más le quiero hacer una pregunta –le dijo a una reportera-: ¿qué hubiera pasado si el Ejército hubiera salido en ese momento, a quién hubiera apoyado? Obviamente a la autoridad constituida, hubiera sido un problema mucho mayor, que bueno que no salieron, y la Policía Federal tenía un pequeño destacamento muy pequeño que estaba fundamentalmente donde está la caseta”, señaló. (La Silla Rota).
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