COLUMNA
¿Como sobrevivir
a las elecciones?
Apolinar Castrejón Marino
Hoy vamos a empezar por recordarles la fábula de El Burro y el cerdo. Sucedió en una granja donde los animales se llevaban un tanto “pesado”. Entre las vacas, patos y gallinas, destacaba un burro, porque cada mañana era llevado por el dueño a acarrear leña para consumo de toda la casa.
Cada mañana, que el burro pasaba frente al corral de los animales, el cerdo le preguntaba ¿Dónde vas burro? El cerdo ya sabía perfectamente donde iría el burro y qué iba a hacer, así que todos pensaban, que la pregunta era solo para molestar.
Pero el burro contestaba un tanto resignado “Voy a buscar leña con el patrón”. Y el cerdo aún le decía burlonamente: “Pobre animal como eres tan bruto, tienes que cargar al patrón sobre tu lomo, y luego tienes que regresar cargado de troncos tan pesados, para que te den solo un poco de pastura”.
“Yo en cambio nada hago y me dan abundante comida y agua”. Sin alterarse el burro replicaba: “Pues ni modo, yo solo sé que tengo que trabajar para ganar mi comida. Y digo que eso de comer y no trabajar en algo malo puede terminar”.
Una mañana el burro se sorprendió porque al pasar por el corral nadie le hablo y el cerdo no estaba, pero al pasar por el corredor de la casa grande vio al cerdo muerto y colgado de sus patas traseras. Un carnicero lo estaba desollando para que con su cuero hicieran deliciosos chicharrones. Bien gordo que estaba el condenado, y los invitados al cumpleaños del patrón se darían un buen festín con el mole de cerdo que les iba a ofrecer.
Les contamos esta fábula, porque los mexicanos estamos como el burro y el cerdo, no tenemos ninguna salvación. Por virtud de esa cosa que llaman democracia, se han iniciado las precampañas electorales, y finalizarán con la elección del 7 de junio, y entonces sabremos quien se montará sobre nuestro lomo, o quien se encargará de “acochinarnos”.
Para estas alturas del año, al interior de los partidos ya se pusieron de acuerdo quien es “el bueno”. Y ya solo es cosa de tiempo y “de trámite” para que se encarame al poder, ya sea en un ayuntamiento o una curul ¿A usted le preguntaron quien tenía capacidades, aptitudes y calidad para el tal puesto público? ¡Claro que no! No llega hasta allá la democracia.
Del 10 de enero y al el 18 de febrero, se transmitirán en radio y televisión siete millones de spots de los partidos políticos, en los cuales, de manera por demás cínica nos pintarán un mundo de fantasía, si votamos por sus candidatos. Para que ya en el poder nos digan que “un sexenio no basta” o que “el gobierno no puede hacer todo”, y que “la ciudadanía tiene que ayudar a resolver los problemas”.
Como es el caso de Enrique Peña, que cuando andaba en campaña se portaba como Superman, y que podía apagar la lumbre .Y ya que es presidente,no ha podido cumplir esos compromisos que ostentosamente firmaba “ante notario”.
Entre tantos candidatos, aspirantes y suspirantes, la gente está confundida y no haya a quien “favorecer con su voto”. Aunque usted no lo crea, hay mucha gente que piensa cándidamente que su voto cuenta algo. Pero los mismos precandidatos no hacen algo para que la gente “no se hagan bolas”.
Unos “no quieren” como el jaguar y Floruro Salazar, y otros quieren, pero no los dejan, como Maragara Zavala, y otros quieren con todas sus ganas, pero van a perder, como “La Cocoa” Calderón.
Javier Lozano, Marianita Gómez del Campo, y Carlos Navarrete, encabezan otra manada de animales de uña y caníbales, que se dedican a atacar a los de su familia. ¿El Peje? Bueno, ya está muerto, nada más que nadie se lo ha dicho.
Y después de 80 años, siguen dando buenos resultados las estrategias de los depredadores del PRI, que bien agazapados esperan el momento de saltar sobre la presa, pero sobre todo, son la familia hiena, que siempre está unida, y todos comen.
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