PRIMERA PLANA
Persiste intentos de extorsión
a los sacerdotes en Guerrero
La jerarquía católica en el estado de Guerrero denunció hoy que a pesar de las promesas oficiales siguen sin cesar las llamadas de extorsión contra sacerdotes de la región.
En entrevista radiofónica con Radio Imagen, el obispo de Chilpancingo, Alejo Zavala Castro, reveló que a raíz de eso hace unos días sostuvieron una reunión con el titular de la Fiscalía General del estado, Miguel Ángel Godínez, para ponerlo al tanto de los intentos de extorsión de la que son víctimas los representantes del clero.
“Es cierto que hay algunas llamadas a algunos sacerdotes, incluyendo para mí también, con la intención de extorsionar”, contó.
Se trata, aclaró, de intentos de extorsión. Sin embargo, confió que un sacerdote del cual no reveló su identidad tuvo que ceder debido a que “las amenazas eran muy fuertes”.
Guerrero es considerado como una de las entidades más peligrosas del país y del mundo para ejercer el sacerdocio. En un reporte sobre la violencia contra prelados difundido a fines del año pasado, la Conferencia del Episcopado Mexicano (CEM) informó que en los dos primeros años de gobierno del presidente Enrique Peña Nieto han sido asesinados ocho sacerdotes y dos más están en calidad de desaparecidos, por lo que “este sexenio podría ser más violento” que el de Felipe Calderón.
Elaborado por el Centro Católico Multimedial (CCM) –instancia especializada en medios y dependiente del Episcopado–, el informe también proporciona cifras y estadísticas sobre el número de curas que han sufrido amenazas de muerte y extorsiones, así como las entidades del país más peligrosas para ejercer el ministerio sacerdotal.
Titulado El riesgo de ser sacerdote en México, el reporte afirma categórico: “La tendencia de atentados contra sacerdotes sigue al alza: se registra un aumento de 100% al cierre de 2014, comparado con el segundo año de gestión del sexenio pasado”.
Y ubica al estado de Guerrero como la entidad más peligrosa; en los últimos meses fueron asesinados en esa entidad tres curas: John Ssenyando, José Ascensión Acuña y Gregorio López.
Respecto del índice de secuestros de sacerdotes, éste ha aumentado en 300% respecto del mismo periodo del sexenio de Calderón.
También “siguen al alza” las “amenazas de muerte” que están padeciendo los sacerdotes, ya que de 2012 a la fecha se tienen documentadas 520 amenazas, por lo que éstas tuvieron un incremento de 221%, apunta.
Las entidades donde se ha dado el mayor número de amenazas de muerte –ya sea a través de misivas o de llamadas telefónicas– son: Chiapas, Oaxaca, Michoacán, Guerrero, Veracruz, Distrito Federal, Morelos y Aguascalientes.
Los “intentos de extorsión” contra sacerdotes también están a la orden del día, pues tan solo este 2014 se contabilizaron mil 520 casos, principalmente en Morelos, Michoacán, Guerrero, Oaxaca y San Luis Potosí.
Estas cifras –prosigue el informe— siguen colocando a México “como el país latinoamericano más peligroso para ejercer el ministerio sacerdotal”.
Aquí los curas “son cada vez más vulnerables a la creciente ola de agresión, asesinatos y desapariciones forzadas, puesto que las autoridades les brindan poca o nula protección contra atentados, sobre todo en las zonas de alto riesgo donde prolifera la inseguridad y operan los grupos del crimen organizado”.
A tal grado ha llegado esta peligrosa situación, dice el reporte, que la vida de un sacerdote ya tiene precio: 300 mil pesos.
El informe fue dado a conocer a pocos días de que el Papa Francisco lamentara públicamente el asesinato del padre Gregorio López, ocurrido la semana pasada en la diócesis de Ciudad Altamirano, Guerrero.
Este es el caso más reciente de un sacerdote asesinado. Y son crímenes que, por cierto, quedan en la más completa impunidad, dado que las autoridades ni siquiera han podido identificar a los asesinos.
En la entrevista con Radio Imagen, el obispo Zavala dijo que hasta el momento no ha habido una investigación formal respecto a las llamadas de extorsión.
Sobre el encuentro que sostuvieron con el titular de la PGJE, el prelado comentó que se realizó para hablar del caso del padre Gregorio Gorostieta, quien apareció muerto el 25 de diciembre en la carretera federal Iguala-Ciudad Altamirano, y el del padre ugandés John Ssenyondo, cuyos restos fueron encontrados en una fosa en Iguala.
Por todo se ambiente de violencia, dijo que los guerrerenses que llegan a las iglesias tienen “mucho temor, está inconforme la gente porque no se arregla la situación de Iguala, que sigue en pie. No solo es Iguala, es Chilpancingo, es en todas partes”.
“Cuando menos nos espera aparecen muertes violentas, secuestros y extorsiones, no me refiero a los sacerdotes, sino a toda la gente”, concluyó.
Comentarios
Publicar un comentario
Muchas gracias por leer La Crónica, Vespertino de Chilpancingo, Realice su comentario.