COLUMNA
Sin Concesiones
Armando Patrón
Tala parece que a los políticos del PRD y el PRI, no les importa lo que pasa en Guerrero, y mucho menos que en esta entidad haya ocurrido la peor matanza de jóvenes que se tenga memoria desde la matanza a manos de gobiernos priistas en la manifestación de Tlatelolco en 1968, a manos del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz.
En estos días, los actos proselitistas están a la orden del día, políticos de los principales partidos se destapan para los diferentes cargos de elección popular, principalmente en el Puerto de Acapulco, pero ninguno de ellos, en la capital del estado, zona del epicentro de la rebelión social, que exige la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos.
En la ciudad de Chilapa el protector de presuntos culpables, Rogelio Ortega Martínez, quien está encargado de cuidarle las espaldas y el changarro lleno de dinero al defenestrado Ángel Aguirre Rivero, cree que está rodeado de limosneros, y se dedica a regalar despensas y aparatos electrodomésticos a la ciudadanía, acompañado de aspirantes a cargos de elección del Partido de la Revolución Democrática.
El silencio del priismo sobre estos vergonzantes hechos, además del retraso del PRI en la selección del candidato a gobernador por parte del PRI, pone de manifiesto que la gubernatura de la entidad ha sido negociada para que el PRD pueda seguir desgobernando la entidad. Ese fue el acuerdo del Pacto por México, en donde el PRD aprobó la venta del petróleo a transnacionales, suscribió la reforma educativa y demás reformas que lesionan los intereses de los mexicanos.
Quien maneja los hilos del poder en Guerrero, es el ex gobernador del estado Ángel Aguirre Rivero, quien está utilizando al mediocre y alcohólico universitario Rogelio Ortega Martínez, para que la población olvide la cruel matanza de Iguala a manos de autoridades gubernamentales y de la desaparición forzada realizada presuntamente por órganos de poder al mando de Peña Nieto.
Rogelio Ortega Martínez es un universitario que desde sus años mozos al frente de la Federación Universitaria Guerrerense, de la mano de Rubén Figueroa ha buscado enriquecerse a cualquier costo, no le importa realizar tratos de complicidad con Dios o con el Diablo. Su ambición es desmedida y cruel.
Armando Patrón
Tala parece que a los políticos del PRD y el PRI, no les importa lo que pasa en Guerrero, y mucho menos que en esta entidad haya ocurrido la peor matanza de jóvenes que se tenga memoria desde la matanza a manos de gobiernos priistas en la manifestación de Tlatelolco en 1968, a manos del ex presidente Gustavo Díaz Ordaz.
Al igual que en Tlatelolco, el gobierno federal siguió gobernando como si no pasara nada, ya que días después se llevaron a cabo los Juegos olímpicos del 68, dando fin a la demanda de justicia de miles de universitarios, hoy también se pretende cerrar el expediente de los jóvenes desaparecidos en el municipio de Iguala – muertos según el gobierno de Peña Nieto--, aprovechando la llegada de las elecciones en donde un puñado de ambiciosos pretende seguir saqueando el erario público.
Los crímenes que se cometen a diario, no les importan a los políticos del PRD, PRI y PAN, ni la violación a los derechos humanos, la corrupción, el conflicto de intereses, el robo a la población, las extorsiones, etc., a ellos sólo les importa pertenecer a una nueva clase de ricos, de tramposos. Les interesa pertenecer a ese núcleo de corruptos que tienen postrada a la entidad.En estos días, los actos proselitistas están a la orden del día, políticos de los principales partidos se destapan para los diferentes cargos de elección popular, principalmente en el Puerto de Acapulco, pero ninguno de ellos, en la capital del estado, zona del epicentro de la rebelión social, que exige la presentación con vida de los 43 normalistas desaparecidos.
En la ciudad de Chilapa el protector de presuntos culpables, Rogelio Ortega Martínez, quien está encargado de cuidarle las espaldas y el changarro lleno de dinero al defenestrado Ángel Aguirre Rivero, cree que está rodeado de limosneros, y se dedica a regalar despensas y aparatos electrodomésticos a la ciudadanía, acompañado de aspirantes a cargos de elección del Partido de la Revolución Democrática.
El silencio del priismo sobre estos vergonzantes hechos, además del retraso del PRI en la selección del candidato a gobernador por parte del PRI, pone de manifiesto que la gubernatura de la entidad ha sido negociada para que el PRD pueda seguir desgobernando la entidad. Ese fue el acuerdo del Pacto por México, en donde el PRD aprobó la venta del petróleo a transnacionales, suscribió la reforma educativa y demás reformas que lesionan los intereses de los mexicanos.
Quien maneja los hilos del poder en Guerrero, es el ex gobernador del estado Ángel Aguirre Rivero, quien está utilizando al mediocre y alcohólico universitario Rogelio Ortega Martínez, para que la población olvide la cruel matanza de Iguala a manos de autoridades gubernamentales y de la desaparición forzada realizada presuntamente por órganos de poder al mando de Peña Nieto.
Rogelio Ortega Martínez es un universitario que desde sus años mozos al frente de la Federación Universitaria Guerrerense, de la mano de Rubén Figueroa ha buscado enriquecerse a cualquier costo, no le importa realizar tratos de complicidad con Dios o con el Diablo. Su ambición es desmedida y cruel.
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