COLUMNA

Sin Concesiones

Armando Patrón


Ni el incendio del Congreso del Estado sensibilizó a los diputados locales para pronunciarse de manera contundente por el esclarecimiento de los estudiantes normalistas desaparecidos el 26 de septiembre en Iguala de la Independencia, por el contrario, los discursos huecos e hipócritas fueron la constante de un órgano legislativo que no ha servido para solucionar los graves problemas de la entidad, sino para repartirse el dinero mal habido.

El Presidente del Congreso, un truhan, el perredista Bernardo Ortega Jiménez, señalado constantemente en medios nacionales por su estrecha relación con fuerzas oscuras, se lanzó en contra de los estudiantes a los que por varios días ignoró, además de que fue uno de los impulsores de la defensa del ex Presidente Municipal de Iguala y ex militante de la corriente de Nueva Izquierda José Luis Abarca Velázquez.
Bernardo Ortega Jiménez y Sebastián de la Rosa Peláez, fueron los que protegieron a José Luis Abarca Velázquez, para que pudiera huir, fueron los que impulsaron la campaña política del ahora reo y señalado por un acuerdo entre la dirigencia del PRD controlada por los “Chuchos” y el Presidente Enrique Peña Nieto, como el único responsable de la brutal masacre cometida en Iguala de la Independencia.
Fueron los dirigentes perredistas –léase chuchos--  los que avalaron que se dejará en libertad al alcalde priista de Cocula, quien de acuerdo con informes de inteligencia era otro de los principales operadores de Guerreros Unidos en la Zona Norte. El silencio cómplice del PRD es para defender la permanencia de Enrique Peña Nieto en el poder, y responsabilizar a José Luis Abarca Velázquez, el principal operador financiero de los Chuchos y de Angel Aguirre Rivero.
Es el grupo político de Bernardo Ortega Jiménez, el principal enemigo de los estudiantes normalistas y son los más interesados en que se administre el conflicto, porque el poder en Guerrero sigue en manos de ese grupo político y de Angel Aguirre Rivero.
El ex gobernador del estado Angel Heladio Aguirre Rivero, es el que sigue manejando los hilos del poder en coordinación con la corriente de Nueva Izquierda. Ellos acordaron la estrategia con el gobierno federal de que se regalaran limosnas a la población parta detener las protestas en contra de los partidos políticos y el gobierno.
Y sí, la estrategia del gobernador pelele Salvador Rogelio Ortega Martínez y la Secretaría de Desarrollo Social Rosario Robles Berlanga es detener la creciente indignación por medio de dadivas y de dinero a familias cercanas a los normalistas y a los propios estudiantes. Estrategia que no les ha funcionado.
Lamentable que un personaje que estuvo ligado a la izquierda, sirva a la derecha, y más lamentable aún que respetables investigadores  y académicos como David Cienfuegos Salgado y Salvador Martínez Della Rocca, se presten al juego sucio, a promover la impunidad, a legitimar masacres y a engañar a la población. El dinero todo lo compra. La ambición ciega.

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