COLUMNA

Lectura Política

Noé Mondragón Norato

La federación y su deuda de justicia ancestral hacia Guerrero
En México, lo moderno va pegado al subdesarrollo. La vanguardia se mide también con el atraso. En esa lógica, los contrastes entre algunas entidades que conforman el país son abismales. Guerrero por ejemplo, no puede competir con estados como Jalisco, Querétaro o Monterrey. Ni siquiera con Aguascalientes o el Estado de México. ¿Qué es lo que ha permitido que unas entidades se encuentren muy por encima de otras en cuanto al desarrollo y producción de la riqueza nacional? ¿Por qué entidades como Oaxaca, Guerrero y Chiapas, se ubican en la cola del desarrollo y en un nivel cultural y educativo tan bajo y muy parecido al de países centroamericanos como El Salvador, Honduras o Guatemala? Hay que pulsar algunos factores de lo anterior para entender los hechos y las coyunturas actuales.

GUERRERO BRONCO.- Tradicionalmente, a Guerrero se le identifica como tierra de matones. Y eso lejos de ser un orgullo, debería convertirse en afrenta. En vergüenza colectiva. Porque la violencia es el síntoma más tangible de la incivilidad y de la barbarie. Ningún hombre primitivo puede ser civilizado. Menos considerarse como un ente pensante, inteligente y partidario de la evolución social. Sin embargo, las conductas de muchos guerrerenses no han salido de este penoso estado. Los vandalismos de aquellos partidarios de la anarquía lo confirman con creces. Pero todo lo anterior guarda sus propios contextos: 1.- A Guerrero se le ha etiquetado como “la industria sin chimeneas” por tratarse de un destino turístico formado por el llamado “triángulo del sol”. Con ello, la federación se olvidó de invertir y fortalecer en otros rubros de la agenda pública. Como la educación de calidad, la capacitación permanente de los recursos humanos y el fomento a los corredores industriales con alto impacto en el empleo y el salario. Así, la actividad productiva guerrerense quedó reducida a cuatro ejes centrales que la mueven: el comercio a baja escala, la burocracia, el turismo y el ejercicio de la actividad magisterial. Mención aparte merece el tráfico de estupefacientes. Y así, no puede esperarse mucho de sus resultados para insertarse con éxito en el concierto nacional de las competencias económicas respecto de otras entidades. 2.- La pobreza y la marginación que inoculan a Guerrero, tienen un solo origen: las malas administraciones estatales que han prevalecido por décadas enteras. Estas tienen generalmente, caciques a la cabeza. Personajes que han escriturado reiteradamente a la entidad, como una más de sus propiedades. Responsables de las camadas de sumisos y nuevos ricos que apadrinan una y otra vez como diputados locales, federales, alcaldes y senadores. Apellidos que permanecen y se renuevan como feroces cancerberos de la hacienda pública. Feudos intocables que, de ser necesario, hacen correr la sangre en caso de verse vulnerados y con tal de mantenerse intactos. En cíclico, cínico y bullangero reparto del poder. Por eso, la aplicación de las políticas públicas se torna demagógica e ineficiente. Y la pobreza, el atraso y la ignorancia aumentan progresivamente en la estadística. La federación tampoco ha podido contra ellos. Al contrario: los convierte en sus aliados. 3.- ¿Es responsable la federación entonces, no solo de la desaparición forzada de los 43 normalistas de Ayotzinapa, sino de las alianzas del poder público con la delincuencia organizada y del vandalismo mostrado por maestros de la Ceteg y los propios estudiantes de esa normal? Por supuesto que sí. Guerrero se encuentra en sus niveles de atraso y de proclividad a la violencia, porque la federación se olvidó de hacerle justicia ancestralmente. No ha contribuido a eliminar sus males de fondo: las inversiones de alto impacto se le niegan, los caciques continúan en el poder -y lo seguirán haciendo-, y la pobreza no cede. Este último escenario abrió paso a la guerrilla, al narcotráfico y a la mala capacitación de la mayoría de los cuadros docentes traducidas en vandalismo. El caos prevaleciente en la entidad no parte así, de la desaparición de los 43 normalistas y de quienes anárquicamente, se colgaron de ese movimiento para sacar del subconsciente a su hombre primitivo. Guerrero es pasto seco con botes de gasolina regados por todos lados. Esperando ser derribados y encendidos. Ayotzinapa solo fue uno de ellos. Y la federación parece no entenderlo.
HOJEADAS DE PÁGINAS…Como consecuencia de las acciones orquestadas por los estudiantes de Ayotzinapa, el puerto de Acapulco perdió 14 mil reservaciones para el puente vacacional que inicia el próximo viernes. Pero en una acción plausible, el alcalde Luis Walton Aburto, urgió a las constructoras que reparan vialidades, a trabajar coordinadamente, con estrategia y de prisa, a fin de recuperar una parte importante del brillo a ese destino turístico…Desafortunada es la postura del ex dirigente nacional del PRD, Jesús Ortega, quien asume superficial en el asunto de la selección de candidatos a cargos de elección que, “los partidos tenemos responsabilidad política, pero no podemos convertirnos en ministerios públicos”. ¿Acaso la responsabilidad política se castiga con cárcel? ¿O se premia con otro cargo? En el PRD van de mal en peor.
dragonato@hotmail.com 

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