COLUMNA
Lectura Política
Noé Mondragón Norato
Ceteg va por la caída de Peña Nieto
De pronto, el magisterio disidente agrupado en la Coordinadora Estatal de los Trabajadores de la Educación en Guerrero (Ceteg), tomó como suyo el movimiento que exige la presentación con vida de los 43 normalistas de Ayotzinapa, desaparecidos en Iguala. Y estas acciones generan desconcierto y condena pública. Porque ni los padres de familia de los agraviados, han llegado a los extremos anárquicos de estos mentores que encontraron así, no solo un excelente motivo para dejar sin clases a miles de niños, sino para operar sus desmanes en la más completa y absoluta de las impunidades. En réplica exacta a como lo hicieron en abril de 2013, cuando se aprobó la Reforma Educativa en el Congreso federal y en la cámara de senadores. E incendiaron las sedes partidistas locales del PAN, PRD y PRI porque se opusieron recalcitrantemente, a la evaluación que les aplicaría la federación. Y recurrieron a los métodos primitivos y rupestres que ya los identifican. Pero en la actual coyuntura: ¿Hasta dónde llegarán los cetegistas? ¿Esperan que los guerrerenses les aplaudan sus acciones propias de bárbaros, iguales a las aplicadas por aquellos delincuentes que desaparecieron a los normalistas? ¿Dónde comienza y dónde termina el manoseado y mal aplicado estado de derecho? Hay lecturas insoslayables al respecto.
DESCOMPOSICIÓN Y ANARQUÍA.- En el incendio a la sede del Congreso local de ayer, prevalecieron conductas autoritarias e intolerantes de los cetegistas. Curiosamente, las mismas que condenan de las autoridades. La contradicción discursiva bien asimilada de los políticos. Llegaron al extremo de amenazar a los reporteros de la prensa local y nacional. E incluso, se metieron con ciudadanos comunes. Es una frontera peligrosa. Porque la Ceteg está rebasando el ataque a las instituciones y pretende ya, involucrarse con la gente de a pie. Canalizando su ira también contra ellos. Y de paso, censurando la práctica informativa que es también, un derecho ganado a base de sangre y sacrificio en la democracia a la mexicana que se quedó estancada y administrada por los partidos políticos. Es decir, los cetegistas hicieron de sus deplorables acciones de ayer, una completa dictadura. Pero todo lo anterior se sustenta en otros hechos: 1.- Los de la Ceteg pusieron la mira ahora, en la caída del presidente priísta Enrique Peña Nieto. Les beneficia doblemente. Porque por un lado atizan su renuncia con vistosos desmanes y en las redes sociales, atribuyéndole pasividad, indolencia y complicidad en el asunto de los 43 normalistas desaparecidos. Y con una eventual salida presidencial del actual inquilino de Los Pinos, les abren la cancha a otros actores políticos a fin de revertir y derogar la Reforma Educativa que se niegan a cumplir. Por incapacidad, dejadez u ocio. El incremento de sus presiones y su cada vez más ambiciosa meta política no pueden dejar de leerse en ese contexto. 2.- Al asumir como gobernador interino, Rogelio Ortega Martínez, prometió no reprimir a los movimientos sociales. Y si lo hacía, renunciaría. Los de la Ceteg le tomaron la palabra. Por eso cuando incendiaron la sede del PRI estatal y se enfrentaron a pedradas con policías estatales, el primer reproche fue en ese sentido contra el mandatario estatal, por parte de estas hordas primitivas. Es decir y justo como ayer ocurrió en el Congreso local y la Contraloría de la SEG, requerían que les dejaran a plenitud los edificios públicos a fin de disponer de ellos como mejor les viniera en gana. Y ya se vio su natural tendencia piromaníaca. Tolerancia para incendiar y destrozar, pero no para ser reprimidos. 3.- Explotando la coartada de los 43 estudiantes desaparecidos, el estado y el país se quedaron en el limbo, gracias a la agresiva conducta de entes radicales. Sin ley y sin instituciones. El comercio en la capital, en Acapulco e Iguala, amenaza con empacar maletas e irse de Guerrero, ante la falta de garantías para distribuir sus productos. El turismo también cancela miles de reservaciones en los principales destinos de la entidad. Crece el desabasto de los productos básicos y se incrementan los precios. Es decir, los Cetegistas ya no están afectando solo a las instituciones gubernamentales, sino a todos los guerrerenses. Y eso lejos de abonarle a la concordia y a la paz, incrementa la polarización y el repudio de los ciudadanos. ¿Acaso llegará la Ceteg al extremo de quemar también las propiedades de la población? ¿Es uno de sus fines enfrentarse ya no con antimotines, sino con habitantes de estos lares? La cuerda sin duda, ya la tensaron demasiado los cetegistas. Y se instalan en fronteras realmente peligrosas.
HOJEADAS DE PÁGINAS…El que de plano está mal, es el ex secretario general de gobierno, Jesús Martínez Garnelo, quien promovió un amparo ante el juzgado séptimo de distrito, contra el Tribunal Superior de Justicia, pues demanda ser reinstalado como Magistrado Presidente de ese poder público. Su primera audiencia será el próximo 17 de noviembre. Garnelo olvida una lección fundamental de la política: perdió la cobija que lo arropaba. Y así, será inútil alcanzar su ambiciosa pretensión.
dragonato@hotmail.com
Las únicas preguntas "soslayables" -dejar de lado- son las que formula el autor del texto, puesto que desde su comodidad como escribano contribuye a fomentar la polarización, sus preguntas son infundadas y con dolo hacia quienes ciertamente han optado por senderos radicales que innegablemente atentan con el estado de derecho. Le ruego evite ese tipo de planteamientos: "¿Acaso llegará la Ceteg al extremo de quemar también las propiedades de la población? ¿Es uno de sus fines enfrentarse ya no con antimotines, sino con habitantes de estos lares?", son tendenciosos, los hechos hablan, no necesitamos de malos traductores como en esta parte de su columna se ha mostrado.
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