PRIMERA PLANA
Asquerosa farsa y burda
búsqueda de los 43:EPR
Teodomiro Ortega de la Cruz.--Es una asquerosa farsa y una burda maniobra mediática-gubernamental, que se busquen a los 43 normalistas en los cerros, cuando debería ser en las instalaciones gubernamentales de todos los niveles, residencias, y jefes policiaco-militares, ya su condición de detenidos-desaparecidos de manera forzada por motivos políticos y la mano que lo ejecutó es el aparato represivo del Estado.
Además históricamente se confinan a los detenidos-desaparecidos por motivos políticos, señalan mediante comunicado hecho llegar a la redacción de La Crónica, Vespertino de Chilpancingo por el Comité central del Partido Democrático Popular Revolucionario (PDPR) y comandancia general del Ejército Popular Revolucionario (CG-EPR), con fecha 21 de octubre, en la que denuncian que hay un cerco mediático, la censura, la dictadura de opinión y la autocensura, sobre todo con las voces críticas y revolucionarias.
El grupo armado, indica que “No hay lugar a dudas, la masacre contra estudiantes normalista de Ayotzinapa es un crimen de Estado; un doble crimen de lesa humanidad por las ejecuciones extrajudiciales y la detención-desaparición forzada por motivos políticos; y un acto múltiple de terrorismo de Estado. Responsabilidad única y exclusiva del Estado burgués mexicano en sus tres órdenes de gobierno”.
Insiste el EPR, que es una acción premeditada desde la cúpula represiva y las estructuras políticas al servicio de la voluntad oligárquica, los autores materiales fueron las fuerzas policiaco-militares, el aparato represivo en su conjunto dirigido por el mando único, crimen perpetrado por unidades especiales para asesinar al pueblo y cometer crímenes de lesa humanidad, por lo que el comando de “civiles” entre los férreos controles policiaco militares nunca existió, en realidad, son elementos en activo del ejército, la marina, la policía federal y la gendarmería en un operativo de aniquilamiento típico de los escuadrones de la muerte.
Cuestionan que esas acciones, son actos abominables que responden a las medidas contrainsurgentes en el marco de la Guerra de Baja Intensidad (GBI), implementadas en el mundo por el imperialismo a través de Estados policiaco-militares para imponer los intereses del capital monopolista transnacional.
Califican de grotesco, ridículo y perverso el montaje mediático que se ha desplegado desde las entrañas del aparato policiaco-militar para imponer la hipótesis de que este doble crimen de lesa humanidad fue obra del “crimen organizado” “que infiltró” a las estructuras policiacas y políticas municipales, pretendiendo eludir la responsabilidad del Estado y diluir esta masacre y detención-desaparición forzada en las miasmas de la “delincuencia organizada”.
Asimismo, el EPR, sostiene que la búsqueda en los cerros por policías federales, el ejército y la marina, así como la recompensa ofrecida por los gobiernos federal y estatal “por información veraz y útil” para “localizar” a los 43 normalistas desaparecidos y la identificación-detención de los “probables responsables” es una asquerosa farsa y una burda maniobra mediática-gubernamental. Peinan los cerros, pero no buscan en los cuarteles policiaco-militares, en las instalaciones gubernamentales de todos los niveles, residencias, haciendas, fincas, propiedades de funcionarios y jefes policiaco-militares, de caciques y empresarios, lugares donde históricamente se confinan a los detenidos-desaparecidos por motivos políticos.
Lo sucedido a los estudiantes normalistas los días 26 y 27 de septiembre, es doble crimen de lesa humanidad y múltiple acto de terrorismo de Estado que se hace mayúsculo al pretender con hipócrita y cínica mentira oficial desplegar una vez más la táctica del desgaste, el olvido, la desmovilización, la corrupción y el terrorismo de Estado contra familiares, amigos, organizaciones populares y pueblo en general que demandamos ¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
Añaden en su comunicado, que la condición profascista así como la perversidad del Estado y sus personeros no tienen límites en la intención de diluir los crímenes de Estado, la bajeza humana y la degradación son esencia criminal que los caracteriza en la imposición de la voluntad oligárquica burguesa.
Añaden, los “desaparecidos” no están ausentes por sí solos o por su voluntad; no son ni un desastre, ni una fatalidad social, los 43 normalistas están en condición de detenidos-desaparecidos de manera forzada por motivos políticos y la mano que lo ejecutó es el aparato represivo del Estado.
Por enésima ocasión los monopolios de los medios masivos de comunicación imponen una dictadura de opinión, desde la cual desarrollan la concepción maltusiana y kafkiana para infundir el terror, confundir y mediatizar la conciencia del pueblo e inducir la autoincriminación, la inmovilización, desmovilización, el aislamiento y la apatía política del pueblo movilizado con el propósito de cavar una fosa más donde se entierre la verdad histórica y prevalezca la impunidad de los autores materiales e intelectuales, que se cobijan con el manto del el estado de derecho oligárquico.
Lo que acontece en Guerrero y en todo el país no es la ingobernabilidad; ni ausencia, ni quebranto del estado de derecho; tampoco debilitamiento institucional y mucho menos un Estado fallido. Es la fiel expresión de la imposición y despliegue del Estado policiaco-militar, de la imposición violenta de la voluntad burguesa sobre el pueblo, validada por un estado de derecho oligárquico que fue apuntalado con las recién impuestas reformas neoliberales.
El narcotráfico y la delincuencia organizada como fenómeno son inherentes al capitalismo, un fenómeno desde y para el Estado. El “crimen organizado” es utilizado como una modalidad más del terrorismo de Estado y sus acciones son parte de la violencia institucional que desangra sistemáticamente al pueblo. El narcotráfico a medida que se incrementan las contradicciones económicas y la lucha de clases es utilizado como medida contrainsurgente y actividad económica burguesa para financiar el terror contra el pueblo.
El EPR, considera también, que paralelamente la descomposición social tiene origen y es promovida desde el Estado, con la intención de que el conjunto de los oprimidos y explotados no tomen conciencia de sí y para sí, para que se queden empantanados en la alienación y enajenación pretendiendo perpetuar la opresión burguesa sobre el pueblo trabajador.
Una verdad inocultable aflora, sobre la base de los crímenes de lesa humanidad se remilitariza Guerrero y se impone de facto un estado de sitio que remacha aún más los grilletes de la explotación económica y opresión política en las regiones de interés del capital monopolista transnacional, so pretexto de combatir a los inmaculados funcionarios públicos que han sido “corrompidos” por unos malosísimos criminales y “restablecer la normalidad institucional”.
Manifiestan que así como ayer se cometieron los crímenes de Estado en el norte del país, posteriormente el occidente estaba en llamas por la violencia institucionalizada a través de los grupos paramilitares legalizados y hoy el sur está siendo desangrado, todo bajo la misma lógica de acumulación originaria del capital, del despojo y saqueo de los recursos naturales a través de la violencia pura.
Ni declaraciones estridentes, ni golpes de pecho, ni rasgaduras de vestiduras, tampoco con renuncias de funcionarios van a sanar las heridas profundas hechas al pueblo, tampoco garantizan justicia, ni reparación del daño para las víctimas y mucho menos el juicio y castigo a los responsables intelectuales y materiales de este acto múltiple de terrorismo de Estado y doble crimen de lesa humanidad.
No se olvide, ni se omita, téngase presente, que la ejecución extrajudicial en su modalidad de masacre y la detención-desaparición forzada por motivos políticos es un crimen de lesa humanidad que no prescribe, que se investiga, sentencia y castiga en tribunales internacionales en base al territorio, jurisdicción, instituciones, gobernantes, funcionarios públicos y mandos policiaco-militares. ¡A impulsar el enjuiciamiento del Estado mexicano y la actual junta administrativa en los tribunales internacionales de justicia por crímenes de lesa humanidad!
Señala el comunicado, que ni indemnización degradante, ni negociación de rodillas, la vida y la libertad no son moneda de cambio ni instrumento mercantil, la voluntad combativa del pueblo no se expresa en tramposas mesas de diálogo o negociación ante los crímenes de lesa humanidad, sino en las acciones políticas concretas que emanen de la iniciativa y creatividad de todos los sectores y organizaciones del pueblo, para obligar a que sean presentados con vida todos los detenidos-desaparecidos de ayer y Ayotzinapa. El ayer es más de 70 mil detenidos-desaparecidos por motivos políticos y sociales; hoy son 43 hijos del pueblo detenidos-desaparecidos violentamente por motivos políticos a manos del Estado policiaco-militar.
Hace un llamado, el PDPR,¡Hermanos, hermanas, camaradas! El cobarde asesinato de los hijos del pueblo, la detención-desaparición de miles de ciudadanos nos genera a todos un inmenso dolor humano, nos llena de indignación ante tanta barbarie del Estado, sin embargo, el dolor debe ser transformado en energía revolucionaria contra el régimen oprobioso.
Destaca que no son tiempos de desesperanza, desesperación, resignación, inmovilidad política, de impotencia; para nada, nada de eso, son tiempos de generalizar la resistencia popular combativa en todo el país; que nadie se quede sin dar la solidaridad, no hay lugar para espectadores, ni para falsas neutralidades, estamos con el pueblo o contra el pueblo.
Desde ahora, manifiestan que nadie se asuste por la acción popular, este es un pueblo con dignidad y voluntad de combatir. Hoy más que nunca cobra legitimidad la autodefensa popular; que los loables actos de fe hagan comunión con las acciones políticas de masas; si por voluntad del pueblo es necesario que ardan los símbolos de la opresión burguesa, que salten por los aires los símbolos del capital monopolista transnacional, que se derrumben las corruptas instituciones de la democracia burguesa ¡que así sea!
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