POLICRONICA
Desesperación...Ante su desesperación y locura del gobernador de Guerrero del Partido de la Revolución Democrática (PRD), y para mantenerse en el cargo, porque tiene los días contados, irresponsablemente ha enviado a los empleados de gobierno a una zona minada zona por la delincuencia organizada para localizar a 43 desaparecidos normalistas desde hace siete días en Iguala de la Independencia.
El gobierno del Partido de la Revolución Democrática (PRD) que encabeza Angel Heladio Aguirre Rivero vive –y casi muere- la peor crisis después de los acontecimientos de diciembre de 2011. Los signos son inequívocos. Desesperación y locura por todos lados. Primero estuvo desaparecido seis días a partir del 26 de septiembre, y apareció ayer por la noche en la residencia oficial de “Casa Guerrero” con perversa intención de que los medios de comunicación, no le descubrieran que llevaba un rostro desencajado e hinchado de tanto alcohol. Para ello su directora general de comunicación social, María Fernanda Lasso Martínez, apenas despertó de su letargo, únicamente invitó a sus “cuates”, luego de que tampoco ofreciera un trabajo de control de daños en los medios de información. Al cumplirse seis días, el gobernador perredista Angel Heladio Aguirre Rivero, llamó a conferencia de prensa acompañado de su figurín e inútil, Secretario General de Gobierno, Jesús Martínez Garnelo, y el hombre del vitíligo, ahora pomposamente llamado Fiscal estatal guerrerense, Iñaki Blanco Cabrera. Para comenzar su drama-conferencia, Angel Heladio Aguirre Rivero, ofreció un millón de pesos a quien ayude a encontrar a los estudiantes desaparecidos, que si hacemos cuentas está “pagando” con dinero del erario público la cantidad de 23 mil 500 pesos- ¿Eso vale la vida de una persona?- por cada uno de los 43 estudiantes de la escuela normal rural “Raúl Isidro Burgos” de Ayotzinapa, que están desaparecidos desde la noche del viernes 26 y la madrugada del sábado 27 de septiembre y hoy jueves envía a todos los trabajadores del gobierno del estado a “peinar” completita la ciudad de Iguala de la Independencia y sus alrededores, lo que demuestra simplemente la falta de conocimiento, porque si habla de recompensa debió de haberlo anunciado y canalizado a traves de la Fiscalía Guerrerense, eso demuestra que carece de oficio e inteligencia para resolver conflictos graves. Con esta última acción, Aguirre Rivero, está supliendo el trabajo de diversas dependencias, entre ellas la misma Fiscalía Guerrerense, Secretaría de Seguridad Pública y Protección Civil, pero lo más grave es que manda a los empleados a una zona minada por la delincuencia del crimen organizado, en donde se disputan la plaza las bandas Los Rojos y Guerrero Unidos. También queda demostrado con esto el mandatario estatal perredista recurre a puras ocurrencias –léase pendejadas- que salen de la mente enferma de Ernesto Aguirre Guitérrez, el “Gurú” del alcoholizado Gobernador, que no atina ni siquiera a percibir la realidad clara. Es una tontería y un acto de locura enviar a ingenieros, abogados, contadores, médicos, a realizar tareas policiacas, en primer lugar porque no es su obligación, fueron contratados para tareas distintas; en segundo término, porque resulta estúpido pensar que lograrán algún resultado, pues quienes secuestraron a los normalistas no van a espantarse y a decir con rapidez “aquí están”. Sin embargo, lo más importante y condenable es que se trata nuevamente de un intento del gobernador Aguirre Rivero por darle “atole con el dedo” a la sociedad, tratando de demostrar que está bien preocupado por encontrar a los normalistas de Ayotzinapa, cuando lo que realmente quiere y necesita es un poco de aire ante la gran presión social que su gobierno está padeciendo, y apenas empieza. Además sabe que si no aparecen vivos los 43 estudiantes, su gobierno se está tambaleando y tiene los días contados, por ello que no es fortuito lo que declaró el presidente de que “asumiera su responsabilidad”, pues a partir de ahí, comenzó la cuenta regresiva de su estancia en el cargo de mandatario estatal de Guerrero. Viene al recuerdo esta misma época, pero de 1995, después de los hechos de Aguas Blancas en donde fueron asesinados 17 campesinos. El destino es circular. Un hecho sangriento encumbró a Ángel Heladio Aguirre Rivero y otro lo hundirá. Una mente fría y sobria tomaría otras medidas para dar con el paradero de los muchachos “levantados” por la policía municipal de Iguala de la Independencia, realizando un análisis juicioso de todos los elementos para construir una hipótesis lógica y efectiva. En principio se debe considerar que quienes se llevaron a los estudiantes son profesionales del crimen y la desaparición de personas, por lo tanto, resulta iluso pensar que todavía permanecen en algún domicilio de Iguala de la Independencia, por lo que resulta absurdo e inútil el aparatoso operativo montado por el gobierno estatal. Segundo punto, ante el impacto político y mediático de los acontecimientos, los criminales se llevaron lejos del sitio del delito a sus rehenes, por lo que la búsqueda debe ampliarse a un radio mucho mayor, partiendo de Iguala de la Independencia. Son cinco las rutas posibles de los sicarios con sus secuestrados. La primera es rumbo a Cocula; la otra muy posible es hacia Taxco de Alarcón, Estado de México o Morelos. La siguiente es la carretera a Huitzuco de los Figueroa, que va a dar a Copalillo pasando por Atenango del Río. Otra podría ser Mezcala-Carrizalillo, municipio de Eduardo Neri (Zumpango) o Teloloapan-Apaxtla, dependiendo del área de control del cartel de Guerreros Unidos, los causantes de todos estos hechos sangrientos, según información oficial ofrecida por las autoridades. Con todo lo doloroso que esto pueda parecer, será muy difícil encontrarlos con vida, pues los “sicarios-policías municipales” ya demostraron su gran capacidad para asesinar a sangre fría. Cuarenta y tres seres humanos no son fáciles de ocultar, a menos que lo hagan, como acostumbran, enterrando los cuerpos. Para encontrar a los estudiantes –vivos o muertos- existe una ruta más práctica: los policías municipales que están detenidos en Acapulco, acusados de los hechos violentos, saben perfectamente lo que sucedió con los detenidos, porque no es la primera vez que sucedía, ya que hace unos meses fueron encontrados 28 cuerpos de personas asesinadas, en la colonia del Sol Azteca de la Ciudad Tamarindera, y diversas versionas aseguran y ahora toman certeza, que fue la policía municipal, como brazo armado de la delincuencia organizada, la que se encargó de levantar a esa gente. Ahora, podrían las autoridades ministeriales presionar –que para eso se pintan solos- a algunos de estos uniformados presos, para que digan la verdad de quiénes y a dónde se llevaron a los estudiantes detenidos en el lugar de la balacera. Seguramente, Ángel Heladio Aguirre Rivero ya recibió la advertencia del Gobierno Federal, en voz del poderosos secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong: un estudiante muerto más y te vas, porque el Presidente de la República ya lo dijo claro: el gobierno del estado debe asumir su responsabilidad, y cómo le piden eso a un irresponsable como Ángel Heladio Aguirre Rivero. La deducción es de sentido común: las horas de Aguirre Rivero en el gobierno del estado están contadas a partir de este momento, sólo falta ser testigo de la manera de su salida, por renuncia o juicio político. No cabe duda que a cada santito se le llega su día. El de Ángel Heladio Aguirre Rivero puede ser San Francisco, el próximo cuatro de octubre. Pero nadie debe llamarse a engañado. Todos conocíamos al actual gobernador; su debilidad por el alcohol, su nepotismo, su corrupción y, sobre todo, su frivolidad para atender de fondo los delicados problemas de un estado vivo y rebelde como Guerrero. Ya lo dijo Carlos Zeferino Torreblanca Galindo: no se puede ser gobernador de 12 a tres de la tarde. O Florencio Salazar Adame: Ángel Heladio Aguirre Rivero es un Gobernador ausente y sin operación política. Ni los cientos de millones de pesos que se ha robado, ni las lamidas de zapatos de todos sus incondicionales lo salvarán. Es urgente y necesaria su renuncia y que siga los veloces pasos de José Luis Abarca Velázquez, que seguramente ya llegó a Canadá…¿Perdonados?…En lugar de investigar las verdaderas causas y castigar a los responsables, simplemente fueron perdonados las enfermeras y doctores borrachos del hospital general “Raymundo Abarca Alarcón”, porque su director Carlos Juárez Monroy, se hace el “muerto”, porque tiene la complicidad y protección del secretario de Salud en Guerrero, Lázaro Mazón Alonso. Como se recordará el sábado 21 de septiembre un grupo de enfermeras y doctores del área de quirófano, en lugar de trabajar su día, nada más llegaron a checar su tarjeta de entrada y se salieron disque a desayunar, pero lo cierto es que se fueron a emborrachar. Por esta acción alcohólica, está moribundo el traumatólogo, Agripino Felipe Hernández Quijano quien está hospitalizado en el Distrito Federal desde el 22 de septiembre pasado. Los empleados borrachos de la Secretaría de Salud, no los dejaba dormir su conciencia, por ello es que el jueves de hace ocho días, convocaron al resto de sus compañeros del hospital general de “Tierras Prietas” para que asistieran a una misa religiosa para pedir por la salud del médico, quien por exceso de alcohol sufrió un bronco aspiración, y ahora está al borde la muerte. Es más los médicos que conocen del caso, lo sintetizan con cinco palabras “solo un milagro lo salvaría”. Eso debiera preocuparles a esas enfermeras y doctores borrachos del hospital general “Raymundo Abarca Alarcón”, sin embargo el sábado pasado 27 de septiembre, a los ocho días de los sucesos, se realizó una reunión en el mismo hospital, en la que se ventiló lo ocurrido el 21 del mes pasado, en la que participaron el director del nosocomio Carlos Juárez Monroy, los involucrados y hasta la presencia de la secretaria general de la sección 36 del Sindicato Nacional de Trabajadores de Salubridad y Asistencia, Beatriz Vélez Núñez. Se esperaba que por lo menos se hiciera contra los ebrios una reprimenda en privado, público o una sanción ejemplar, porque las enfermeras y doctores del área de quirófano en lugar de trabajar su jornada acumulada, se fueron a emborrachar, abandonando sus labores. En lugar de fincar responsabilidades, fueron perdonados, a raíz de esto se manifestaron difamados por los “crónicos”, llegando al extremo de sinvergüenzas que algunos irracionales tal vez todavía bajo los efectos del alcohol propusieron hasta demandar penalmente a La Crónica, Vespertino de Chilpancingo por atreverse a exponer ante la opinión pública esa criminal actitud, que no conformes con cobrar un jugoso salario, sin devengarlo, ahora están ofendidos. Por cierto a esa reunión no fue convocado el Secretario de Salud, Lázaro Mazón Alonso, y si lo hicieron, no llegó para que se enterara de viva voz de que sus empleados son unas verdaderas fichitas que incumplen con su servicio “profesional nosocomial”. Sería bueno que presentaran una demanda contra los “crónicos”, porque eso evidenciaría su irracionalidad extremosa y que se siente intocables, pese a que está de por medio la vida de un médico que es querido en el mismo hospital general. Preguntamos ¿Qué dirá su familia del doctor Hernández Quijano? Hasta este momento, tampoco Mazón Alonso no ha girado instrucciones para investigar y castigar a los responsables de la borrachera, por ello abandonaron el servicio a favor de la sociedad capitalina. Existen elementos para aplicar sanciones contra ese grupo de trabajadores de la cofia y bata blanca. Se lo dejamos en su conciencia de estos, del director del hospital y del secretario de salud. Mientras tanto nosotros elevamos una plegaria para que regresa salvo y sano el doctor Agripino Felipe Hernández Quijano.
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