COLUMNA

El Grillito Sin Censuras

Alfonso Cerdenares Domínguez

 -.Guerrero, un Estado fallido. -.Mucho se hubiese ahorrado, Aguirre Rivero. -.Un perredista por conveniencia. -.Priístas y perredistas son la misma cosa.

 En Guerrero hay un Estado fallido, existe ingobernabilidad, negligencia, ineptitud por parte del gobernante en turno, Ángel Heladio Aguirre Rivero; de ahí las actitudes que ha tenido la sociedad desde hace tiempo que han abonado el estado de inseguridad en la que vive la sociedad; pareciera que se está aplicando la vieja idea porfirista: “Primero disparo y luego averiguo”; ya lo vimos con el caso de El Charco, allá por 1996, cuando el actual gobernador estaba como interino en Casa Guerrero, tras la caída de Rubén Figueroa Alcocer, “El Tigre de Huitzuco”, por el caso de Aguas Blancas; ahí demostró que no tenía las agallas suficientes para estar al frente de los guerrerenses, para representarnos, para liderearnos; luego, tras la llegada del ignorante muñeco de plástico,
Enrique Peña Nieto, a la Presidencia de la República, se notó su sumisión, su barberismo, pues con tal de que éste le solapara sus constantes aquelarres apoyó sus Reformas Estructurales y comenzó a danzar en “caballo de hacienda”, como tiovivo que placenteramente se planta en un solo lugar para que nadie lo moleste; así dejó que pasaran las cosas, prácticamente sin mover un dedo y con los reflectores de periodistas chayoteros que lo ensalzaban tratando de convertirlo en un semidios ante la sociedad; todo eso comenzó a decaer cuando ocurrió el brutal asesinato del dirigente de la Unidad Popular de Iguala, Arturo Hernández Cardona, en el que hizo caso omiso de la denuncia hecha por Nicolás Mendoza Villa, sobreviviente que escapó a la ejecución múltiple y que señalaba directamente al alcalde de Iguala, José Luis Abarca Velázquez, como la mano ejecutora del luchador social; mucho se hubiese ahorrado, Aguirre Rivero, si hubiera actuado como debía de ser; lo peor de todo es que no nada más él incurrió en esa omisión, sino también quien estaba al frente de la Procuraduría de Justicia en el Estado, presumiblemente, Iñaky Blanco Cabrera, luego de la renuncia de Martha Elba Garzón Bernal, quien se fue limpia de polvo y paja, pero sin que diera solución a los casos de los crímenes de Armando Chavarría y de los dos normalistas asesinados el 12 de diciembre de 2011; ahora, luego de los sangrientos hechos ocurridos en Iguala y la desaparición de 43 estudiantes de la Normal de Ayotzinapa, la dimisión del gobernador es inminente, pues la bomba le ha estallado en las manos; la gente se ha cansado de esperar luego de más de 15 días en espera de respuestas; la misma representación de la Iglesia Católica lo ha llamado “perredista por conveniencia”, debido a su arribismo político a un partido presuntamente de izquierda, pero con un corazón tirando a la ultraderecha; en fin, los hechos violentos en Chilpancingo simplemente reflejan el hartazgo de la ineptitud, de la negligencia, de un gobierno que pudo ser el parteaguas en Guerrero, pero en un descuido pudieran derivar en el nacimiento de una guerrilla para combatir al mal gobierno; ahora sabemos que priístas y perredistas son la misma cosa: dictadores, chantajistas y hasta criminalizadores de la lucha social; esperemos que pronto se acabe todo esto y que Aguirre Rivero haga sus maletas y enfrente a la justicia como debe de ser; veremos qué pasa, si no, al tiempo y… ¿quién es el que anda ahí? Comentarios y sugerencias al E-Mail: alfcerdenaresd@hotmail.com

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